El ELN, ¡otra vez! | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Junio de 2023

Retorno inmediato de los secuestrados

* ¿Dónde queda el Derecho Internacional Humanitario?

 

Tal como lo dejamos entrever en editorial del sábado anterior, era prácticamente un “pensamiento con el deseo” que pudiera firmarse la paz total entre el gobierno y el ELN para mayo de 2025. Desde el mismo viernes no dejó de sorprender, ciertamente, que en el discurso habanero del presidente Gustavo Petro, en vez de resaltar las condiciones del cronograma para el establecimiento del cese de fuegos por seis meses iniciales (que parecía el avance central), se hiciera más bien énfasis en que todo estaba listo para que en 2025 se diera por finiquitado, de una vez por todas, el proceso con esa organización y se proclamara la conclusión del prolongado levantamiento. Era, sin duda, un elemento nuevo de la mayor trascendencia, puesto que por primera vez, en 60 años de historia de esa facción, se hablaba de una fecha exacta para su desmovilización, con el desarme plenamente vigente.   

Nadie discutiría, claro, que los anhelos presidenciales son los mismos de la mayoría de los colombianos que querrían una paz en el término de la distancia, es decir, ipso facto y con las instituciones a salvo. Ese “pensamiento con el deseo” es, por supuesto, normal en todo aquel que entienda que las épocas de las insurgencias están hace tiempo superadas en América Latina, como del mismo modo lo recordó el primer mandatario de cara al máximo jefe del ELN, ‘Antonio García’, y la delegación de esa agrupación en los salones cubanos.

De hecho, así lo dijo frente al propio presidente de la isla, heredero de las consignas castristas, uno de cuyos fundamentos fue, precisamente, llenar de guerrillas a la región latinoamericana como legado de los combates de la Sierra Maestra y luego de la fuga (sin disparar un tiro, ni ningún acto de valor que se recuerde) del acobardado Batista, con el obvio desmoronamiento de la espuria dictadura militar al dejar precipitadamente La Habana y dispuesta al ingreso sin resistencia de los Castro, Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos. En efecto, Cuba cayó por ineficiencia, corrupción y desplome, y en particular porque no había ninguna democracia de aliciente popular qué defender. Ya después, entre los sistemas democrático y comunista, el nuevo régimen escogió al bloque soviético y sus tenebrosos procedimientos autoritarios, incluso siendo un mero espectador de la Guerra Fría, como ocurrió con las tratativas entre Kennedy y Kruschev en la crisis de los misiles que estuvo a poco de llevar a una Tercera Guerra Mundial. Y así hasta hoy, cuando en pleno rigor prevalece el comunismo frente a un sistema de libertades democráticas.    

La noticia dada por Petro sobre el ELN, en medio de la reunión habanera que, a la vez, parecía un comité izquierdista nacional e internacional de variado espectro, terminó siendo, de nuevo, una audaz precipitación sin ningún asidero. Se creyó, en principio, que tenía algo de validez, pues era un anuncio hecho en presencia de la cúpula del ELN, además sin ninguna rectificación inmediata. Por lo tanto, era por descontado deducible que fuera producto al menos de un mínimo acuerdo bilateral. Ahora se sabe que no fue así. Efectivamente, en una aclaración posterior al respecto, ‘García’ dice que Petro está confundido; que hay una agenda que parece no haber leído; y que hasta ahora solo hay anuncios sobre temas procedimentales. Y al mismo tiempo, en una información de ayer, el llamado “Comando Central” lo acusa, entre muchas otras críticas, de retórico, cínico, clientelista y populista. Por demás, es sabido de antemano que el ELN se considera la guerrilla supérstite de la América Latina; que desestima procesos como los del M-19 y las Farc por no haber llevado al cambio que dicen; y que mantiene sus frentes en medio de una guerra multifacética que incluye múltiples contingentes en Venezuela, el combate por los corredores estratégicos del narcotráfico, la minería criminal y el dominio territorial de algunas zonas colombianas, no solo frente al Estado, sino ante las diferentes expresiones de la barbarie en el país.   

Pasados los hervores de la reunión cubana, donde se anunció que el cese de fuegos comenzaría el 3 de agosto próximo, ayer el ELN volvió a incurrir en el secuestro, esta vez la esposa de un teniente y un conductor, en Arauca. Se suponía que mientras se discuten y formalizan los protocolos del cese de fuegos se seguirían a rajatabla los estrictos cánones del Derecho Internacional Humanitario, que proscriben esas prácticas. Tendrá el ELN que devolver de inmediato a los secuestrados o la Fuerza Pública liberarlos. Cualquier otra razón, no procede. El solo hecho del plagio ya destroza cualquier credibilidad en lo supuestamente avanzado.