El norte cafetero | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Julio de 2015

Hoja de ruta, más allá de la terna

El divisionismo, flanco débil de la Federación

 

LA  escogencia de la terna de candidatos a la Gerencia General de la Federación Nacional de Cafeteros marca la recta final del proceso para elegir al timonel de la que es sin duda la organización gremial rural más grande del país. Según el Comité Nacional de Cafeteros, instancia en la que tienen asiento quince representantes de los comités departamentales, tres ministros y el Director de Planeación, el sucesor de Luis Genaro Muñoz estará entre Adriana Mejía Cuartas, Luis Guillermo Vélez Cabrera y Roberto Vélez Vallejo. Como es apenas natural la conformación de la terna dejó a muchos sectores satisfechos y a otros no tanto, a lo cual se suma la cantada oposición de las llamadas “dignidades cafeteras”, esas organizaciones de base que surgieron hace dos años en el marco del paro agrario del tercer trimestre de 2013 y que poco a poco fueron ganando terreno en poder de convocatoria e incluso entraron a disputarle vocería y representatividad a los propios comités seccionales y la misma Federación.

Esperando que las reacciones encontradas por la escogencia de la terna se vayan disipando con el correr de los días, lo importante ahora es concentrarse en la evaluación objetiva de las propuestas de los tres finalistas con el fin de que la elección del nuevo gerente, el próximo 12 de agosto en el Congreso Extraordinario del gremio, sea la más acertada posible, ya que si bien estará a cargo de noventa delegados escogidos en los pasados comicios cafeteros, el voto de cada uno de ellos obviamente debe reflejar el sentir de las quinientas mil familias que se dedican a este cultivo en todo el país así como de las instancias locales y seccionales que las agrupan. Sin desconocer que el guiño gubernamental siempre pesa en la elección del timonel cafetero, es claro que el grueso de la definición está ahora en manos de los seis delegados de cada uno de los quince comités departamentales que harán parte del Congreso Extraordinario. No será una elección fácil, dado el pulso regional entre zonas productoras tradicionales, y aquellas en ascenso, que hoy es mucho más tangible y será el elemento determinante a la hora de la selección del titular de un cargo que desde 1982 solo ha sido ocupado por tres personas: Jorge Cárdenas Gutiérrez (1982-2002), Gabriel Silva Luján (2002-2009) y el saliente Muñoz Ortega.

La balanza de posibilidades terminará inclinándose a favor del candidato que sea más claro en delinear la hoja de ruta de la reingeniería de la caficultura, que tiene su marco conceptual en el Plan Estratégico de Desarrollo 2015-2020 aprobado en diciembre pasado y que se hizo con base en las políticas aplicadas en la última década, que han dado un resultado positivo en su mayor parte, pero que también tomó como insumo estudios tan serios como los de la OCDE, la Misión Rural, y la Misión para Competitividad de la Caficultura Colombiana, que recomienda reformas de fondo al sector. La clave estará en la forma en que cada uno de esos candidatos sepa comunicar y señalar cuáles van a ser los énfasis del nuevo rumbo de la Federación, sobre todo en temas muy puntuales como las políticas de renovación de cafetales, la estructura de los subsidios de apoyo a los cultivadores pequeños, medianos y grandes, las directrices sobre nuevos mercados, cafés especiales y rangos de competitividad para, con base en valor agregado, costo-beneficio y mercadeo eficiente, mantener y conquistar la masa de consumidores del producto insignia colombiano. A ello deben sumarse las propuestas de cada uno sobre el derrotero a seguir en marcas como Juan Valdez, la Denominación de Origen, el norte del Centro Nacional de Investigación (Cenicafé) y todas las demás variables necesarias para aumentar el nivel de producción, que a junio era un diez por ciento más alto que en el primer semestre de 2014.

Sin embargo, quien finalmente sea elegido Gerente de la Federación debe ser aquella o aquel que presente a los cafeteros una estrategia realista y moderna que no solo supere las falencias de la caficultura y afronte de manera eficiente sus retos, sino que contribuya efectivamente a frenar el divisionismo, el pulso regional, y la consecuencial debilidad en materia de convocatoria, representación y vocería, que son, sin lugar a dudas, el flanco más vulnerable que hoy tiene la Federación.