El sentido de la Navidad | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Diciembre de 2015

Las palabras del papa Francisco

Más allá de regalos y festividades

 

Al celebrarse hoy la Navidad es necesario dejar por algunos minutos de lado la fiesta y alegría que acompaña esta fecha, para profundizar en su significación doctrinal para el cristianismo. Una significación que el propio papa Francisco definía días atrás, trayendo a colación las palabras de San Agustín de Hipona, como la fiesta de la infinita Misericordia de Dios: “¿Pudo haber mayor misericordia para los desdichados que la que hizo bajar del cielo al creador del cielo y revistió de un cuerpo terreno al creador de la tierra? Esa misericordia hizo igual a nosotros por la mortalidad al que desde la eternidad permanece igual al Padre; otorgó forma de siervo al señor del mundo, de modo que el pan mismo sintió hambre, la saciedad sed, la fortaleza se volvió débil, la salud fue herida y la vida murió. Y todo ello para saciar nuestra hambre, regar nuestra sequedad, consolar nuestra debilidad, extinguir la iniquidad e inflamar la caridad”.

 

En ese orden de ideas, agregó en otro contexto el Pontífice, la Navidad debe entenderse como una época de especial cercanía con Dios. Una Navidad que, en este 2015, se da en un tiempo muy especial por cuanto está dentro del llamado “Año del Jubileo” que comenzó días atrás y que tiene como mensaje principal el del perdón y la reconciliación, precisamente el espíritu doctrinal que la Iglesia atribuye al nacimiento de Jesucristo, en el sentido de que cómo el Hijo de Dios se hizo hombre para sacrificarse luego por todos los pecados cometidos por la humanidad y abrir paso a una nueva etapa de reconciliación entre el Creador y sus creados.

 

El papa Francisco ha insistido a lo largo de su pontificado en que ese principio de sacrificio por los demás, de amor por el prójimo y de humildad al servicio de los más desamparados debe ser la guía del buen cristiano. Un mensaje que no sólo va dirigido a la feligresía, sino también a la propia Curia que tantos escándalos ha protagonizado en los últimos tiempos. Precisamente en el mensaje navideño a los trabajadores de la Iglesia, el Pontífice hizo un profundo análisis sobre las características que debe tener quien se pone al servicio de la misma. “Las resistencias, las fatigas y las caídas de las personas y de los ministros representan también lecciones y ocasiones de crecimiento y nunca de abatimiento. Son oportunidades para volver a lo esencial, que significa tener en cuenta la conciencia que tenemos de nosotros mismos, de Dios, del prójimo, del sensus Ecclesiae (el sentir, pensar y querer de la Iglesia)y del sensus fidei (el sentido de la fe). Una vuelta a lo esencial que el Papa situó sobre cinco principios básicos que deben guiar el proceder de todos los que prestan servicio a la Iglesia: gratitud, conversión, renovación, penitencia y reconciliación. Principios que, a su turno, se transmutan en otras premisas básicas: misionariedad y pastoralidad, idoneidad y sagacidad, espiritualidad y humanidad, ejemplaridad y fidelidad, racionalidad y amabilidad, inocuidad y determinación, caridad y verdad, honestidad y madurez, respetuosidad y humildad, dadivosidad y atención, impavidez y prontitud, y, por último, atendibilidad y sobriedad.

 

Revisada esa reflexión profunda es evidente que la Navidad cobra un significado que va más allá de la época de los regalos, las viandas, los paseos y las celebraciones familiares. En realidad significa la celebración de la solidaridad, el amor, la reconciliación, la unión familiar y el premio al buen samaritano. No se trata, en modo alguno, de considerar que la fiesta y todo el ritual que acompaña a esta fecha, esté mal. No, simplemente es un llamado a que todos los que profesan el cristianismo no pierdan de vista el norte espiritual y doctrinal que significa esta celebración.

 

Desde estas páginas aprovechamos para desear a todos nuestros lectores y anunciantes, así como a la totalidad de colombianos, las más felices navidades, que la paz y la alegría brillen para todos. Al mismo tiempo enviamos un especial saludo a los miles de mujeres y hombres de la Fuerza Pública que sacrifican el estar con sus familias y seres queridos para proteger al resto de los colombianos en sus celebraciones.