España, de pie | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Diciembre de 2013

Visión política y económica

Reciprocidad diplomática

 

En la actualidad los gobiernos de España y Colombia mantienen las mejores relaciones políticas y diplomáticas, así suene como un pleonasmo. El presidente Mariano Rajoy se encontró con un país que descendía por el despeñadero, a velocidades de desastre y debió tomar medidas duras e impopulares para capear el temporal. La lección española es conveniente que la repasemos, puesto que esa nación si bien no tiene petróleo recibió durante el gobierno de José María Aznar inversiones extranjeras multimillonarias, lo mismo que por cuenta del turismo y capitales en vivienda e infraestructura, lo que le permite a su Ejecutivo entregar a su sucesor un país con superávit. Es bien conocido que de no presentarse el sangriento atentado de Atocha, Mariano Rajoy habría ganado en ese momento las elecciones. Por desgracia ocurrió lo contrario y el pueblo ibérico, tan fuerte de carácter, se desconcertó y salió a votar por el socialista Rodríguez Zapatero, quien ganó.

El socialista creyó que la bonanza que vivía el país continuaría e hizo oídos sordos a unos pocos hombres de Estado entendidos en economía que percibían una crisis en el horizonte. Así que se dedicó a darle más dinero a las autonomías y propiciar el manirrotismo populista, como él mismo explica en el entendido que la crisis era pasajera y que gastar contribuiría a levantar el ánimo ciudadano y no espantar las inversiones foráneas. Lo aconsejaron mal los economistas del partido socialista y el país se encontró, en un momento dado, que la bonanza económica  pasaba a vivir aulagas desastrosas. Por largo tiempo el presidente Rodríguez Zapatero perdió la sonrisa que le era habitual en campaña y su rostro se ensombreció por la perplejidad y el ver que todas las cosas le salían al revés de lo que había prometido como candidato.

Mariano Rajoy, pese a la oposición de algunos sectores ultra de su partido, el Partido Popular (PP) consiguió ser elegido nuevamente candidato y ganar las elecciones, sin hacer demagogia ni caer en el populismo. Él advirtió a tiempo que tomaría medidas conducentes para capear el temporal  mientras conocía a fondo cuál era el estado real de la Nación. En un principio parecía que con algunas medidas provisionales, si se recuperaban los vecinos y Grecia recibía ayuda de la banca europea y las instituciones financieras internacionales, muy pronto España superaría el bache. No fue así, la situación del país, como cuando le entregan un balance adulterado a quien va a comprar una compañía, ocultaba los saldos en rojo y la situación era desesperada. En ese momento, Rajoy decide agarrar el toro por los cuernos -como dicen en Madrid- y tomar medidas de contracción financiera para conseguir poner la casa en orden. Los españoles, de un momento para otro, pasaron de sentirse rentistas felices a sufrir las necesidades básicas de no poder pagar la vivienda, el estudio de sus hijos y muchas veces, ni el mercado. El desempleo se multiplicó y no faltaban los economistas que insistían en que las medidas de Rajoy no darían resultado, sin que eso cambiara nada por cuanto las arcas españolas estaban vacías y el sacrificio, en gran parte, era para cancelar intereses de la deuda y ablandar el duro corazón de la canciller alemana Ángela Merkel para que les tendiera la mano y les avalara una refinanciación.

Como es público, España comienza a dar señales de recuperación económica y ahí se comprueba que la visión de un político y hombre de Estado que piensa en grande y en toda la población supera la miopía de los analistas y expertos en economía librescos que se aferran a las fórmulas y son incapaces de otear el porvenir.

Esa lección la debemos tener en cuenta en Colombia donde el populismo toca la puerta de casi todos los partidos y gobiernos desde que gozamos de la bonanza petrolera, la de los minerales y la inversión extranjera en distintos campos. La vieja tesis del sueño del faraón que dice que hay vacas gordas y hay vacas flacas se sigue interpretando de la misma manera. Se deben aprovechar los tiempos de bonanza para invertir bien los recursos estatales y tener reservas por si el mercado doméstico o el internacional se contraen.

Nos une con Rajoy no solamente una gran amistad política, sino que él ha hecho un gran esfuerzo para que sea abolida la visa Schengen para los colombianos, puesto que el dou des debe ser elemental cuando nosotros firmamos un TLC generoso con la Unión Europea y lo mínimo es que deben retribuirnos quitando ese estorbo para los viajeros colombianos. Hoy estamos a pocos meses de que en el seno de la UE se apruebe acabar con ese requisito que tanto mortifica a nuestros nacionales y que en países como España y Colombia, que tenemos la hermandad de la sangre, no debiera existir. Y también el presidente Juan Manuel Santos ha sido un impulsor a favor de España para facilitarle su ingreso a la Alianza del Pacífico, fundamental para la política exterior del país ibérico.