Estado apuesta a los jóvenes | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Junio de 2021

* Aplicar lecciones aprendidas tras ola de paros

* Urge dar a conocer nuevos programas de apoyo

 

Una de las principales lecciones dejada por la ola de paros que se extendió por todo el país desde el pasado 28 de abril, es la necesidad imperante de activar políticas más audaces y efectivas para la juventud. La desconexión entre el Estado y este sector poblacional fue quizá la única coincidencia en medio de la polémica por el desborde violento de la protesta social, sobre todo por las implicaciones de los bloqueos viales, el vandalismo y el desorden público de marca mayor que se saldó con más de una treintena de decesos y centenares de heridos tanto de la población civil como de la Fuerza Pública, sumado todo ello a pérdidas billonarias por siete semanas de movilizaciones y disturbios.  

El Gobierno decidió moverse rápidamente y lanzó el que llamó “Pacto: Colombia con las Juventudes”, en el marco del cual ha logrado activar en pocas semanas herramientas tangibles y directas para apoyar a los jóvenes. Y lo hizo, incluso, superando su propia equivocación inicial con un proyecto de reforma tributaria que no solo adoleció de una necesaria socialización con todos los sectores políticos, económicos y sociales, sino que planteaba un apretón impositivo imposible de asumir en medio del drástico coletazo de la pandemia.

Tras el forzado retiro de la iniciativa y el cambio de ministro, la Casa de Nariño decidió activar desde ya algunas de las medidas de tipo social que contenía el fracasado proyecto. Por ejemplo, se anunció que a partir del segundo semestre de este año las matrículas de los estudiantes de estratos 1, 2 y 3 en las universidades e instituciones técnicas y tecnológicas públicas serán gratuitas. En cuestión de semanas y tras múltiples convenios con instituciones de educación superior oficiales, la cartera de Educación ya logró poner en marcha este beneficio a cerca de 700 mil alumnos. Igual se anunciaron nuevas facilidades en los créditos otorgados por el Icetex, en tanto avanza la estrategia de regreso a la presencialidad académica a partir de julio, una vez baje el actual y mortal pico pandémico.

De igual manera, se dio luz verde a una estrategia para incentivar la contratación laboral de jóvenes entre 18 y 28 años, esto mediante un mecanismo en el cual el Estado asume una parte importante de los costos de los rubros de seguridad social de estos nuevos empleados. De hecho, ayer se sancionó el respectivo decreto por parte del Presidente de la República y el objetivo inicial es impactar a no menos de 600 mil jóvenes para que ingresen al mercado laboral.

A ello debe sumarse que desde la cartera de Vivienda se lanzó un plan para facilitar el acceso de los jóvenes a soluciones residenciales de interés social, al tiempo que se activaron desde otros ministerios y entidades programas con énfasis en apoyar esta franja poblacional.

Esta semana el presidente Iván Duque sostenía que su gobierno ha sido el que más ha invertido en la juventud en las últimas décadas. Sin embargo, el reto no solo está en arrancar estos programas diferenciados sino en activar una estrategia de socialización de las medidas que permita a todos los jóvenes estar enterados de esa nueva línea de beneficios y cómo acceder a los mismos. Sería ingenuo negar que en medio de la naciente campaña parlamentaria y presidencial, hay sectores que a punta de propuestas populistas quieren no solo allanar apoyos en las urnas sino radicalizar a los menores de 28 años, manipulándolos para que se conviertan en un factor de caos y desestabilización.

Precisamente en ese campo de la inclusión y participación política es imperativo darle más despliegue y promoción a la elección de miembros de los Consejos Municipales de Juventud, que será el 28 de noviembre.

Los escenarios de diálogo regionales dentro del programa “Escucha Activa” que el Ejecutivo está realizando en todo el país son claves en este propósito de dimensionar las nuevas medidas de apoyo a la juventud y agilizar el acceso a las mismas. También debe acudirse a los canales de información de las entidades públicas, redes sociales, campañas publicitarias… En fin, toda herramienta que permita a los millones de jóvenes que se consideran excluidos e ignorados, que afrontan pobreza, desempleo y ausencia de alternativas de progreso y mejora de la calidad de vida, conocer que hay una nueva política estatal para apoyarlos en el aquí y ahora. Beneficios directos, concretos y asequibles que deben aprovechar. Ayudas y respaldos de un Estado que, por fin, decidió escucharlos y poner manos a la obra para impulsarlos en sus deseos y ganas de realización personal.