Extorsión y estructuras micro-mafiosas locales | El Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Mayo de 2024

No es menor la preocupación que empieza a surgir en muchas ciudades y municipios −incluso muy pequeños− en torno al surgimiento de una nueva categoría delincuencial cuya principal fuente de recursos no es otra que la extorsión.

Las autoridades civiles y la Policía están multiplicando las alertas en cuanto al surgimiento de estructuras micro-mafiosas que se han ido apoderando de barrios, comunas y sectores más amplios en donde extorsionan a todos los negocios, a los propietarios de vivienda e incluso a los trabajadores que día a día salen a cumplir sus obligaciones laborales.

Algunos expertos han advertido la peligrosidad que implica que el pago de las extorsiones se esté “normalizando” en muchas actividades cotidianas pese a los esfuerzos de las autoridades por neutralizar de forma ágil y eficiente estas redes criminales que no temen acudir al asesinato, los atentados sicariales, secuestros, los robos de los negocios e incluso a las amenazas contra los miembros de las familias de las víctimas con tal de lograr el pago de los dineros exigidos.

Causa impresión la forma en que no pocos alcaldes admiten que en determinadas zonas de su jurisdicción los transportadores de alimentos y víveres, los vehículos de servicio público, los mototaxistas, los bicitaxistas e incluso hasta los vendedores ambulantes tienen que pagar diariamente ‘cuotas’ a estas redes de extorsionistas, cuyos ingresos diarios en algunos casos están ya por encima de los 20 o 30 millones de pesos.

No se trata, entonces, de un fenómeno criminal de baja intensidad. Por el contrario, es tal el nivel de las ganancias ilícitas de estas bandas criminales que muchos delincuentes comunes han optado por ‘migrar’ de otras actividades ilegales y concentrarse en la extorsión como principal modus operandi.

De allí que no pocos expertos adviertan que se requiere, dentro de las reformas que se están haciendo al plan operacional de la Policía y las Fuerzas Militares, un diagnóstico más actualizado y preciso del fenómeno de la extorsión a nivel local, en los barrios y los corregimientos. Esto con el fin de hacer una caracterización más realista de este tipo de estructuras micro-mafiosas, compuestas por delincuentes colombianos y venezolanos. Es imperativo detectar la forma en que mueven las cuantiosas cifras que manejan, identificar sus organigramas, la forma en que contactan a sus víctimas y el porqué del bajo nivel de denuncia de la ciudadanía. De lo contrario, será muy difícil contener la expansión de este fenómeno.