Incógnitas de ómicron | El Nuevo Siglo
Martes, 21 de Diciembre de 2021

* Desconcierto en Europa

* Los retos de Colombia

 

Como se sabe, la pandemia, con las diferentes variantes del coronavirus, ha impactado hasta el momento primero en otros países y luego en América Latina y Colombia. En buena medida, pues, esto le ha permitido al país actuar con base en la experiencia adquirida en diferentes partes del mundo y proceder en consecuencia.

En principio, luego del estallido del coronavirus en Wuhan, hace dos años, el globo adoptó, en su mayoría, el procedimiento chino. Es decir, pruebas, aislamiento social y cuarentenas drásticas.

Inclusive nuestro país fue más allá al establecer el tapabocas obligatorio y prolongar el confinamiento por encima de lo acordado en otras naciones. Esto se llevó a cabo, al mismo tiempo, con el fin de evitar las presiones sobre las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), que llegaron al tope y hubieron de complementarse, con importaciones urgentes, así como adecuar sobre la marcha al personal médico y de salud respectivos.

Del mismo modo, las cuarentenas llevaron, en mayo y junio de 2020, prácticamente al cierre de la economía y la caída estrepitosa del empleo, formal e informal, por lo cual el Gobierno recurrió a la protección de las nóminas y a establecer el programa de Ingreso Solidario para proteger a los más vulnerables. Así se enfrentó el primer golpe del coronavirus. Hasta que después, en un tiempo extraordinario, los laboratorios mundiales descubrieron las vacunas. Entonces Colombia logró, no solo la adquisición de millones de dosis, apenas estuvieron disponibles y un cronograma de entrega por etapas, sino activar un exitoso plan de vacunación, durante 2021, pese a la temeridad de una porción minoritaria de la población que insiste en dejar de lado sus responsabilidades cívicas y colectivas.

Pero ahora la alerta mundial es la nueva variante de ómicron. Aparecida en Suráfrica, hace tan solo unas semanas, se ha dispersado vertiginosamente por el orbe. Cuando el país africano puso la advertencia en la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pidió cautela, mientras se analizaba, pero a poco se informó que ómicron gozaba de unas características diferentes a las otras variantes. En especial, por contener una mayor cantidad de espículas y ser mucho más contagiosa, aunque en principio con letalidad inferior.

Transcurridos unos días, cuando se siguió avanzando en el desciframiento, se descubrió asimismo que ómicron tenía mayor resistencia a las vacunas que, por ejemplo, la variante delta, procedente de India y causante de los últimos picos planetarios y la meseta colombiana de las últimas semanas.

En efecto, tantos las vacunas de mayor acreditación, como las otras que han sido autorizadas, mostraron índices de menor efectividad frente a la nueva variante. Por descontado, la situación de los no vacunados se hizo más desfavorable. Y las autoridades, tanto mundiales como colombianas, enfatizaron en una tercera dosis para los ya vacunados, incluso señalando que aún de este modo no se lograrían los registros de protección previa. Aunque, en todo caso, en un 75 por ciento. Por su parte, los laboratorios indicaron que, de ser necesario, ya tenían información apreciable para desarrollar un biológico dedicado exclusivamente contra ómicron. 

En poco tiempo, igualmente, la OMS subió los niveles hasta el grado de “muy preocupante”. De hecho, autoridades políticas de máximo nivel, en la Unión Europea, hablaron de un “tsunami” de contagios en un lapso muy corto. Y así ha venido ocurriendo, efectivamente, en muchos de los países europeos y las ciudades que se preparaban para celebrar Navidad. No en vano, de otra parte, ómicron está ya presente en no menos de 90 países, incluida Colombia. También hay que decir, de otro lado, que las infecciones en Suráfrica han venido bajando luego de un mes.

En Europa, entonces, además de prohibir las fiestas empresariales de fin de año, se comenzó a hablar de toques de queda en ciertas partes (como en Barcelona), para evitar la presión sobre las UCI. Igualmente se adoptaron medidas más restrictivas, en muchos países, como reimplantar el uso del tapabocas y las PCR obligatorias para cualquier encuentro. Todavía así, en la última semana la multiplicación de contagios ha sido geométrica, sin hacer diferencia de edades. Basta ver a los efectos los registros de Madrid o Londres. De suyo, en esta última ciudad el gobierno se ha visto afectado en su estabilidad por las drásticas medidas adoptadas, cuando los ingleses se preparaban para las vacaciones.

En Estados Unidos, por igual, la situación tiene idénticas características epidemiológicas y se está a la expectativa de medidas adicionales a las ya tomadas.

En Colombia, cuando se estaba pendiente de la variante delta y su eventual pico, que se ha venido aplazando, ha llegado ómicron, como estaba supuesto. Teniendo aristas impredecibles, no sobra para nada, sin embargo, mayor claridad de las autoridades y una pedagogía más concreta en la materia. No se trata, por supuesto, de exagerar, pero tampoco de dejar la cautela a un lado.