Jóvenes presionan cambios globales | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Octubre de 2014

En  los últimos años la juventud irrumpe con fuerza y es protagonista de la inconformidad en diferentes escenarios y países. Las nuevas generaciones dejan a un lado cierta indiferencia que parecía caracterizar a las predecesoras. Durante muchos años en diferentes latitudes se mostraban apáticos hacia la política. Las cosas hoy son distintas y en todas las partes del mundo donde se han producido manifestaciones exigiendo libertad, autodeterminación y garantías de una vida digna, oportunidades de educación y de desarrollo, han estado presentes los jóvenes. En la primavera árabe fue determinante la juventud para derribar regímenes que se habían perpetuado, como los casos de Egipto, Libia, entre otros.

Y este despertar se extiende a todo el planeta. Aun adolescentes como la líder por la educación de la mujer, Malala Yousafzai, libran una lucha pacífica en búsqueda de reivindicar derechos inalienables. En Chile se recuerda a una joven que lideró manifestaciones por mejoras educativas y puso en aprietos al anterior gobernante de la nación austral. En Venezuela quienes comandan la oposición al régimen son jóvenes, como Leopoldo López, que exigen libertad de expresión y no se amilanan ante la amenaza del gobierno y la cárcel. Están dispuestos mediante la lucha pacífica, quizá al estilo de grandes figuras mundiales pacifistas como Gandhi, Luther King y otros, de obtener lo que desean, una mejor calidad de vida y acabar con la opresión de sistemas totalitarios.

En Hong Kong, la antigua colonia británica, que luego pasó a manos de China, los jóvenes están en la ‘revolución de los paraguas’ para exigir autonomía, dirigidos por Joshua Wong, que apenas cumplió 18 años y desafía al régimen de Pekín. Él se ha convertido en el representante de una generación que pretende ser oída. Ha pedido ‘voluntad para seguir luchando’ y que el gobierno continental chino termine por aceptar “el verdadero sufragio universal en Hong Kong”.

La juventud está escribiendo una página decisiva y será el motor del cambio en el mundo contemporáneo. La fuerza de la juventud sin duda se impondrá sobre modelos políticos tiránicos y obsoletos hoy en pleno tercer milenio.