Llamado a la unidad nacional | El Nuevo Siglo
Martes, 21 de Julio de 2015

El discurso presidencial en el Congreso

Los propósitos más urgentes, agenda común   

El    llamado a la unidad nacional que hiciera ayer el presidente Juan Manuel Santos durante la instalación de la segunda legislatura no debe caer en tierra infértil, pues es apenas claro que el anhelo de terminar la guerra alcanza a todos los colombianos sin excepción. La metáfora que utilizó el Jefe de Estado en torno de que en este momento Colombia no puede repetir la aciaga época de la “patria boba” cuando el primer envión por la libertad republicana casi se pierde por el divisionismo de la dirigencia criolla cobra actualidad. Obviamente estamos hoy en una coyuntura distinta en la que el enemigo no es un colonizador extranjero, sino la guerra que se ha enquistado por más de cinco décadas y causado miles de muertos y tragedias a lo largo y ancho del territorio. Dejando atrás la desgastante polémica entre “pacifistas” y “guerreristas”, que termina siendo a todas luces inexacta y peyorativa, lo cierto es que el país debe mostrarse unido en momentos en que el proceso de paz atraviesa una de su más difíciles instancias, a tal punto que si en cuatro meses no muestra avances sustanciales en materia de modelo de justicia a aplicar a los guerrilleros y disminución de la intensidad del conflicto, la viabilidad misma de la negociación estará en peligro.

Es claro que el llamado presidencial en modo alguno apuesta por el unanimismo. Se reconoce que existen diferencias de criterios frente al rumbo del proceso, lo que es natural por cuanto, como se dijo inicialmente, la polarización nacional no se da entre quienes quieren o no la paz, sino por las distintas rutas que cada quien considera más viables para alcanzarla. En no pocas ocasiones hemos recalcado desde estas páginas que el Presidente de la República es el primero que debe concitar y simbolizar la unidad nacional y, por lo tanto, el énfasis en el discurso de ayer le cae muy bien al país.

Los colombianos enfrentamos otros retos que requieren esfuerzos conjuntos para superarlos de forma más eficiente y estructural. El desempleo, la pobreza, la inequidad e inseguridad, el desbalance de progreso y calidad de vida entre zonas urbanas y rurales, y las deficiencias en materia de infraestructura, entre otras, no admiten pausa en la gestión oficial ni que sus políticas se puedan obstaculizar por cuenta de pulsos políticos, electorales, ni intereses de menor calado frente a las grandes urgencias nacionales. Nadie niega que en muchos flancos se ha avanzado en los últimos años pero también es evidente que hay largo camino por recorrer. Es ahí en donde la unidad nacional a que se refiere el Presidente, hablando más como Jefe de Estado que como Jefe de Gobierno, implica una sumatoria real y tangible de voluntades no solo de los partidos políticos y el Congreso, sino de todos los sectores sociales, económicos e institucionales.

Esa conjunción de propósitos es más urgente aún en materia económica por cuanto la coyuntura es muy difícil, conocidos los efectos de la descolgada petrolera y la urgencia de mantener la disciplina fiscal en momentos en que la desaceleración se profundiza en la región y el país; afortunadamente se mantienen muchos de sus indicadores en sendero positivo. Igual ocurre con la política educativa, la de infraestructura, la social, cuyo corte de cuentas y objetivos a corto y mediano plazos expuso el Presidente ayer ante el Congreso.

Lo importante ahora es saber cuál será la reacción del Congreso y las bancadas al llamado presidencial que, como se dijo, no implica el unanimismo ni sacrificar las diferencias propias del debate democrático, sino de privilegiar los objetivos comunes más importantes para la nación. La agenda de proyectos para este segundo semestre se muestra muy ambiciosa sobre todo en lo relativo a iniciativas tan complejas como la reforma al Código de Policía, el proyecto de baldíos, las leyes estatutarias de la reforma al equilibrio de poderes, y otras de iniciativa parlamentaria.

Obviamente mucho va de hacer un llamado por una Colombia unida, una Colombia educada, una Colombia en paz, una Colombia equitativa, una Colombia moderna y una Colombia segura, a alcanzar esos objetivos en el corto plazo, sin embargo, corresponde al Presidente de la Republica ser el motor de esos llamados y eso, precisamente, fue lo que hizo ayer en la instalación del Congreso.