¿‘Muerte cruzada’ en Ecuador? | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Abril de 2023

* Lasso se juega audaz y riesgosa carta

* Violentos buscan acorralar al Estado

 

La tensión política sube en Ecuador y las altas temperaturas amenazan con ‘quemar’ a numerosos políticos. El vecino país vive un momento de descontento inmenso por cuenta del poderío y la capacidad de violencia que vienen demostrando los capos del narcotráfico y sus facciones, que en los últimos días han perpetrado más homicidios y masacres en distintas ciudades y provincias. Todo ello al tiempo que la Policía y las Fuerzas Militares combaten a estos grupos y decomisan toneladas de cocaína listas para exportar. Como se recuerda, en reciente referendo el presidente Guillermo Lasso invocó la voluntad popular para aprobar la extradición de los mafiosos, alternativa que, según las encuestas, contaba con apoyo popular mayoritario.

Sin embargo, la campaña del gobernante en pro de recuperar el imperio de la ley, frenar el auge delincuencial y acabar la financiación ilegal a algunos políticos, se volvió en su contra. Todo indica que las bandas criminales giraron millonarias sumas a opositores del gobierno para mover las masas y evitar la extradición de nacionales. Perdió, entonces, el Gobierno el referendo, en tanto que en las elecciones regionales y locales paralelas repuntó el prófugo y exiliado expresidente Rafael Correa, cuyo partido no solo ganó en Quito, sino en Guayaquil y otras regiones.

A partir de esa debacle electoral la violencia se ha disparado. Las mafias locales y extranjeras se multiplican, disputando a sangre y fuego corredores estratégicos y buscando cooptar autoridades en muchas zonas. Además, desde Bélgica, Correa, pese a estar condenado, interviene en la política interna y posa de gran elector.

En medio de esa difícil coyuntura, ahora se viene impulsando un juicio político contra el presidente Lasso en el Congreso, sin importar que los cargos en su contra sean inanes y, por el contrario, resulte evidente un móvil político con miras a desestabilizar su gobierno, desprestigiar a un presidente que en el campo económico y social lo viene haciendo bien, pese a que no cuenta con una fuerza parlamentaria fuerte para acelerar reformas y programas. Incluso se especula que Correa, vista la debilidad gubernamental, intentaría negociar un indulto o que la Corte Suprema revise su caso judicial.

Tras los álgidos choques políticos entre el Gobierno y el bloque opositor, se abrió un nuevo frente de batalla: la posibilidad de que el Ejecutivo revoque el Congreso y llame a elecciones generales, según las posibilidades que le otorga la Constitución al gobernante. Al parecer, Correa se opone, temiendo que dada la descomposición social y auge de la violencia criminal que azota al país, en unas nuevas elecciones las mayorías se inclinen por recuperar el orden y la autoridad, favoreciendo así una reelección de Lasso en esos comicios extraordinarios.

Entre los mejor informados se afirma que se abre paso día tras día la idea de avanzar al cierre del Congreso y convocar elecciones parlamentarias y presidenciales, lo que en la jerga política se conoce como “muerte cruzada”. Se dice, incluso, que los militares que combaten las mafias y su influjo lesivo en la sociedad, favorecen la aplicación de esa figura constitucional con la finalidad de recomponer el camino del orden y la autoridad, llamando a la población a que advierta la gravedad del pico criminal y la necesidad de frenar de raíz esta crisis nacional.

Sin embargo, en la academia se teme que ir a otras elecciones empantane y degrade aún más la política por cuenta del alto riesgo de infiltración de dineros ilícitos. Citar a las urnas, en todo caso, no deja de ser una carta que podría favorecer al gobernante, en la medida que el pueblo ecuatoriano lo acompañe ahora sí en su cruzada contra los carteles y la corrupción.

Los influyentes sectores partidarios de Lasso, ligados algunos de ellos a las altas finanzas, se muestran dispuestos a apoyar el cierre del Congreso, si se consigue el respaldo de los dirigentes industriales y los comerciantes. Todo ello en pos de forzar un pacto nacional para desinfectar la política y cerrarle la puerta a los dineros sucios que tanto pesaron en las recientes elecciones.

Sin duda, Ecuador atraviesa una encrucijada política, en la cual la izquierda nacional e internacional maniobra para defenestrar a un presidente demócrata que, en medio de la tormenta que sacude nuestra región, ha conseguido que la economía del país se mantenga y el país recupere el rumbo.

Se espera, en consecuencia, que los ecuatorianos entiendan que el futuro del país está en juego. En tal caso, no sería de extrañar que el pueblo respaldara el cierre del Congreso y acompañe a Lasso en una movida política, para muchos audaz y para otros suicida. Pero una movida que busca ser un último esfuerzo para salvar la institucionalidad democrática y el estado de derecho.