Preocupación cafetera | El Nuevo Siglo
Lunes, 14 de Noviembre de 2011

* Invierno golpea a los cultivadores

* Redoblar el plan de contingencia

 

Que  la segunda temporada invernal le iba pasar factura al campo colombiano ya estaba advertido, más aún después de que las autoridades meteorológicas anunciaron que asomaba de nuevo el fenómeno climático de La Niña. Sin embargo, preocupa en forma grave el nivel de afectación que está teniendo en algunos cultivos, sobre todo en uno tan insignia y del cual dependen miles de familias como lo es el café.

El viernes pasado la Federación del ramo informó que debido al exceso de lluvias, la disminución del brillo solar y las menores temperaturas ocasionadas por la inclemencia climática se impactó a la baja la producción del grano. Ello quedó evidenciado con los resultados al cierre de octubre toda vez que la cosecha apenas llegó a los 656 mil sacos, lo que implica un 19 por ciento menos frente al volumen registrado en igual mes del año anterior, cuando se alcanzaron 807 mil sacos de 60 kilos.

Así las cosas, en los primeros diez meses del año la producción de café sólo llegó a los 6,2 millones de sacos, lo que representa una disminución del ocho por ciento en comparación a los 6,8 millones cosechados en enero-octubre del año pasado.

Aún así, el nivel de exportaciones se mantiene, puesto que la Federación indicó que entre noviembre del año pasado y octubre reciente se enviaron al exterior ocho millones de sacos, un 10% más si se compara con el mismo período anterior. Como es tradicional, Estados Unidos y Japón continúan como los principales compradores del grano suave de nuestro país.

Como se ve, el panorama cafetero es complicado y si bien es normal que la temporada invernal afecte el rendimiento de los sembradíos, urge que tanto Gobierno como Federación así como los cultivadores trabajen de la mano para amortiguar el impacto de la contingencia climática. Ya está claro que la meta de alcanzar los nueve millones de sacos este año se ve cada día más difícil de alcanzar.

Debe resaltarse, eso sí, que la situación sería más preocupante si meses atrás no se hubiera previsto la problemática que asomaba por la cuestión invernal y fijado una oportuna hoja de ruta para hacerle frente. En el marco de esa estrategia, por ejemplo, se dio inicio a un plan de choque contra la roya así como un programa para  recuperar la producción a través de la renovación de cafetales mediante la siembra de variedades resistentes a esta plaga. Gracias a ello se han beneficiado más de 100 mil hectáreas y cayó el nivel de infección por este hongo hasta un 12 por ciento, abiertamente controlable.

No obstante es necesario redoblar esfuerzos para disminuir la afectación a las miles de familias cafeteras. El Ministerio de Agricultura señalaba que los cultivadores pueden asegurar su seguridad alimentaria sembrando maíz en los surcos, que quedan libres durante uno o dos años, en las socas que resultan durante el proceso de renovación. La misma cartera había anunciado días atrás que se destinaron más de 400 mil millones de pesos para la rehabilitación y mantenimiento de las vías terciarias del país. Esto resulta clave para asegurar una mejor comercialización del grano. Incluso, se sugirió a los alcaldes y dirigentes de las zonas en donde predomina este cultivo impulsar estrategias para desarrollar el turismo en la región, aprovechando la declaración que hizo la Unesco del paisaje cafetero como Patrimonio de la Humanidad.

Si algo ha demostrado la familia cafetera es que sabe afrontar los altibajos y es seguro que la actual coyuntura no será la excepción. Afortunadamente el precio internacional de la libra de grano colombiano se mantiene por encima de los dos dólares con treinta centavos y es posible que suba en los próximos días ante el anuncio de una cosecha menor a la esperada.