EL  reconocimiento del Gobierno de Suecia del Estado Palestino, sigue al de los 135 países que ya lo habían hecho, dentro de la política de puertas abiertas y la autodeterminación de los pueblos que defiende la ONU. Según la diplomacia de Estocolmo se trata de favorecer la negociación entre el Estado de Israel y el de Palestina, cuyas disensiones y hostilidad han provocado miles de muertes, desde cuando la ONU avaló la creación del Estado de Israel. El tema es complejo en cuanto Estocolmo aduce que: “El Gobierno toma la decisión de reconocer el Estado palestino (basado en las fronteras de 1967) y esperamos que otros países sigan el mismo camino”. Esa  es la postura que comparten la mayoría de países miembros de la ONU, que no están acordes con la política de expansión y colonización de los colonos israelitas.

El país escandinavo ha dicho que existe en Palestina un territorio, un pueblo y un Gobierno, condiciones básicas del derecho internacional para  reconocer la soberanía y el derecho a la autodeterminación de Palestina. No se limita el reconocimiento de Suecia a la ritual declaración diplomática, ni al intercambio de funcionarios bilaterales que representen ambos gobiernos, el país europeo  anunció que contribuirá con una importante ayuda en metálico, del orden de 1.500 millones de coronas suecas (161 millones de euros) para los próximos cinco años.

La ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallstrom, considera que la medida de su país es un tanto tardía, mas no menos trascendental. A su vez, su homólogo de Israel ha calificado la decisión de Suecia a favor de los palestinos, como “deplorable”. Muy seguramente en velada referencia a la afirmación de Suecia en el sentido de que las fronteras de Palestina sean las que reconoce la ONU de 1967, lo que contradice la existencia de colonias expansionistas dentro de esos límites.

Suecia es el primer Estado occidental de la UE, que reconoce a Palestina.