Dramático. Así es el panorama en muchas regiones del país en donde los violentos se han tomado los territorios a sangre y fuego. La semana que termina, precisamente, es una evidencia del agravamiento de una crisis de seguridad y orden público que no solo comprueba que el Estado y la institucionalidad no prevalecen en muchas zonas, sino que la ciudadanía está quedando a merced de los delincuentes.
No se sabe qué termina siendo más grave. Primero, en zona rural de Tibú (Norte de Santander) una familia completa fue asesinada, incluyendo a un bebé, al parecer en una retaliación de guerrilleros del Eln porque el esposo, que trabajaba en una funeraria, estaba entrando a la zona del Catatumbo a recoger cadáveres de los presuntos insurgentes muertos en los combates entra esa facción y las disidencias de las Farc.
Este triple crimen puso al descubierto que los combates de los últimos días en el Catatumbo han dejado más de veinte muertos, entre guerrilleros y civiles, en tanto que dos decenas de habitantes habrían sido secuestrados y centenares más se encontraban confinados en sus casas o empezaron a desplazarse para no caer en medio de este nuevo pico de confrontación entre grupos ilegales que buscan dominar los enclaves del narcotráfico, minería criminal y otras economías ilícitas. La situación es tan complicada que, incluso, llevó a que se suspendiera el proceso de paz entre el Gobierno y el Eln.
Como si lo anterior fuera poco, en zona rural de Santa Rosa, en el sur de Bolívar, se registró una nueva masacre. Cruentos enfrentamientos entre el ‘Clan del Golfo’ y el Eln dejaron no menos de nueve personas asesinadas. Ambos grupos ilegales pelean por el control de rutas de narcotráfico y socavones de minería criminal en el corredor estratégico en que confluyen el sur de Córdoba, el Bajo Cauca antioqueño y el sur de Bolívar.
Con esta matanza ya son cinco este año. Las primeras cuatro fueron en Cauca, Cali, Barrancabermeja y la ya referenciada en Tibú. Además, en los combates en el Catatumbo habrían sido asesinados cinco desmovilizados de las Farc. Este año ya serían ocho los muertos de este grupo poblacional en todo el país.
También en los primeros diecisiete días de 2025 han sido asesinados tres militares y dos policías. Al mismo tiempo, se han presentado hostigamientos a estaciones y patrullas de la Fuerza Pública, como ocurrió este viernes en Pelaya (Cesar), en donde siete policías resultaron heridos tras ser atacados con explosivos.