El cerro de La Popa, en alto riesgo de deslizamiento | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Universidad Nacional
Martes, 16 de Agosto de 2016
Redacción Nacional

Rubén Darío Aguilar, magíster en Ingeniería – Geotecnia, estudió las condiciones de la ciudad amurallada con el propósito de identificar un escenario de amenaza por deslizamiento. En este análisis, el ingeniero encontró que el 20 % de las zonas examinadas tiene riesgo alto de sufrir procesos de remoción en masa. 

Cartagena está compuesta por tres grandes geoformas (formas de la superficie del terreno) que fueron consideradas en el estudio: la loma del Marión, el cerro de Albornoz y el cerro de La Popa. Este último es la zona más susceptible a la inestabilidad de ladera. Uno de los principales factores es la gran cantidad de asentamientos humanos irregulares, edificados con el paso de los años. 

En la primera etapa de la investigación, el ingeniero Aguilar utilizó la metodología SES (Evaluación de Estabilidad para Zonas Homogéneas), con base en la estimación de parámetros de susceptibilidad y parámetros detonantes de la inestabilidad (como clima, erosión, amenaza sísmica y factor antrópico). Además, evaluó los tipos de materiales, el relieve, el drenaje y la vegetación. 

Esta metodología funciona de acuerdo con las características específicas de cada zona, por lo que fue necesario calibrar (ajustar) los parámetros según las condiciones de estabilidad de los terrenos. 

Inestabilidad en la ladera 

Para realizar su trabajo, el magíster utilizó información recopilada en 2001, por el Instituto Colombiano de Geología y Minería (Ingeominas), con el fin de abordar un escenario actualizado. 

En cuanto al clima, los datos obtenidos sobre precipitación acumulada provienen de seis estaciones hidrometeorológicas del Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia): Aeropuerto Rafael Núñez, Bayunca, Cañaveral, Oceanografía Operacional (CIOH), Galerazamba y Santa Ana. A partir del análisis de esta información, se obtuvieron datos de los periodos de retorno, es decir, el tiempo promedio entre dos episodios de precipitación de gran magnitud. 

Para estudiar la amenaza sísmica, el investigador tuvo en cuenta el tipo de material de las zonas estudiadas y su relieve. Así, la evaluación de la erosión incluyó la pérdida de suelo, la longitud de la pendiente y la cobertura vegetal, principalmente. 

Con esta información y visitas de campo, el estudio evidenció que los procesos de remoción en masa se han reactivado con respecto a los datos registrados en 2001. En ese momento, el cerro de La Popa presentaba una condición de amenaza intermedia que, actualmente, alcanza un nivel alto. 

“Los asentamientos humanos han crecido de forma descontrolada y se está presentando la quema de basuras, sumada a la disposición de residuos sólidos en zonas no aptas, cortes inadecuados en la ladera para ampliar los lotes de las viviendas, entre otros factores que, con el tiempo, han generado inestabilidad y fallas en la infraestructura”, precisa el experto Aguilar. En La Popa y Albornoz también se registraron niveles importantes de erosión que se han estimado en 38,39 toneladas métricas por hectáreas y año. 

La investigación también reportó que la ciudad de Cartagena tiene un nivel de amenaza bajo. No obstante, si se presenta un sismo en las zonas de ladera, puede generar un proceso de ampliación sísmica que incrementaría la onda, la cual generaría alerta. 

Acciones inmediatas 

Las alternativas propuestas en la investigación incluyen la implementación de obras de contención y protección en sitios críticos, así como la revegetalización con especies nativas, instalación de muros en gavión, construcción de canales y cunetas para el manejo de las aguas, y nuevas estructuras de fijación de sedimentos para impedir la profundización de los surcos. 

Adicionalmente, no existe un plan de acción sostenible y efectivo de prácticas de conservación de suelos, más allá de algunos proyectos aislados de intervención local de zonas verdes, que son difícilmente representativos dentro de un marco de ciudad. 

Próximamente, en Cartagena se realizará un proceso de actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Uno de los objetivos de la investigación es que sus resultados sirvan como insumo para desarrollar prácticas sostenibles de manejo y conservación, enfocadas en las zonas de ladera por parte de las autoridades locales, así como consultores y profesionales que lo requieran.