Con el objetivo de promover la conservación de la biodiversidad y la producción baja en carbono, el Programa Colombia Sostenible adscrito al Fondo Colombia en Paz (FCP), cofinancia el proyecto Valle Rural Productivo, cuya administración está a cargo de la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla (FCGRC). La iniciativa que combina los dos grandes componentes del Programa incluye el desarrollo de esquemas alternativos de conservación y el fortalecimiento agroindustrial sostenible en la producción limpia de plátano y banano en 15 veredas del municipio PDET de Florida en el Valle del Cauca.
Los beneficiarios son 164 pequeños productores campesinos, indígenas y afrodescendientes, que junto con sus familias creen que es posible ‘conservar produciendo y producir conservando’, razón por la que también suscribieron Acuerdos Cero Deforestación como aporte a la sostenibilidad en una zona ambientalmente estratégica al suroccidente del país.
Para el director del FCP, Juan Carlos Mahecha, la propuesta es muestra fehaciente de los avances en la política Paz con Legalidad que “nos permite impulsar el PDET Alto Patía y Norte del Cauca y aportar nuestro granito de arena para dinamizar la economía local que se ha visto afectada por las restricciones ocasionadas a raíz de la emergencia sanitaria del Covid-19”.
Según Ana Milena Lemos Paredes, directora Ejecutiva de la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla “con este proyecto unimos esfuerzos de diversos actores para mejorar la calidad de vida de los participantes e implementar prácticas favorables a la conservación de nuestra riqueza natural tanto en fauna como en flora”.
La propuesta que fue priorizada en el marco de la Convocatoria No 1 “Para mejorar la conservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos y para prácticas e inversiones productivas sostenibles, bajas en carbono y con medidas de adaptación al cambio climático”, acaba de iniciar ejecución y se extenderá por 24 meses hasta finales del 2022.
En territorio del Resguardo Indígena el Triunfo Cristal Páez, 96 familias indígenas trabajan acciones encaminadas a la restauración asistida (activa) utilizando herramientas de manejo del paisaje en 220 hectáreas de bosques degradados, que incluyen 20 hectáreas en sistemas silvopastoriles y dos hectáreas de bosque de uso doméstico para la generación de alimento (frutos y forraje) y la anidación de fauna. El proyecto también plantea la protección de 30 hectáreas de bosques que poseen nacimientos y cuerpos de agua y que a su vez abastecen acueductos veredales.
Con la conservación de las 250 hectáreas contempladas en la iniciativa se proyecta la reducción de más de 7.100 toneladas de CO2 y la captura de más de 37.300 toneladas de CO2, un gran aporte a la sostenibilidad, la calidad del aire y la protección de la biodiversidad en la zona.