La empresa privada se ha convertido hoy en Colombia en uno de los principales motores de apoyo a la conservación de la naturaleza.

Un ejemplo de ello es que ISA y la ONG Cumbres Blancas anunciaron una alianza para la construcción de dos viveros para la germinación y siembra de un total 10.000 individuos pertenecientes a especies de frailejones y árboles nativos en el páramo de Belmira, en Antioquia, y en el páramo de Chingaza, Cundinamarca.

De acuerdo con la multilatina energética, los viveros servirán para la propagación, producción y siembra de plántulas, especialmente de frailejones (género Espeletia), una especie endémica que se encuentra en peligro de extinción, que además juega un papel clave en la regulación de los ciclos del agua y la preservación de la biodiversidad del páramo.

“Colombia resguarda a más de la mitad de los páramos del mundo. De ahí la importancia estratégica de esta alianza con la que, además de amplificar nuestro esfuerzo por la protección de la biodiversidad, respondemos al llamado del Gobierno de Colombia sobre la inminencia de avanzar en la protección de estos ecosistemas que son fuente primaria de agua para más de 16 millones de personas en el país”, dijo Jorge Andrés Carrillo, presidente de ISA.

Alrededor de la construcción de los viveros se realizarán campañas de educación y sensibilización con las comunidades de estos páramos, así como programas de voluntariado con trabajadores de ISA y otras instituciones para su conservación.

“En el último siglo, ocho de nuestros glaciares en Colombia se extinguieron y los seis restantes probablemente seguirán su ejemplo durante este siglo. Si no tomamos medidas rápidas para restaurar nuestros ecosistemas de alta montaña, los próximos en enfrentar la extinción serán los páramos”, afirmó Marcela Fernández, fundadora de Cumbres Blancas.