El precandidato del partido Dignidad, Jorge Enrique Robledo, había advertido que no tendrá alguna relación política con Alejandro Gaviria, lo que mostró de nuevo una división fuerte dentro de la Coalición Centro Esperanza, que en esta ocasión parece tener una reconciliación a la vista.
“Eso tiene un resultado práctico, si yo gano la consulta él no tiene que respaldar mi candidatura, no aspiro a su respaldo, nada con mi proyecto. Si él llegara a ganar, cosa que no creo que vaya a suceder, pues significa que no lo respaldaré, no quiero estar en su campaña, no quiero hacer parte de nada que tenga que ver con este caballero, porque en la política hay que ser serios y coherentes”, expresó Robledo en su cuenta de Twitter.
El representante de Dignidad aseguró que como Gaviria rompió los acuerdos de la coalición, ninguno tiene algún compromiso con él y su campaña.
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Por su parte, el exrector de Los Andes y exministro de Salud, Alejandro Gaviria, también mandó un mensaje contundente en contra de esas críticas con respeto a sus alianzas políticas. “Esta elección, en medio de una crisis profunda, del descontento y la desilusión, va a ser una disputa entre dos visiones distintas de cambio. Yo represento una de ellas, la visión de cambio que necesita el país, la visión que une, que plantea una transición entre un pasado ya agotado y un futuro todavía por construir”.
“Una visión de cambio fundada en las ideas liberales, que defiende la libertad y la dignidad humana, que cree en la libre empresa y que rechaza la criminalización de los problemas sociales. Metiendo a la cárcel a los jóvenes, los campesinos y las mujeres no resolveremos nada. El liderazgo liberal es compasivo por definición”, agregó.
“Una visión, además, progresista que quiere construir oportunidades para los jóvenes, conectando el mundo de la educación con el mundo del trabajo, que aspira a acabar con la indignidad de una vejez sin ingresos, con una pensión ciudadana para todos, que cree en la paz, en un pacifismo radical, en la paz entendida como equidad territorial, que cree que la seguridad se construye con la gente, no contra la gente. La única presencia del Estado en la periferia no puede ser una avioneta tirando veneno”, finalizó.