EL NUEVO SIGLO: ¿El hambre será un tema prioritario de los que salgan elegidos el próximo domingo?
DANIEL SALDARRIAGA: Seguramente, estará dentro de las preocupaciones porque la sensibilidad del pueblo colombiano, de los que podemos ayudar, hará que ojalá nos sumemos muchos más.
En las naciones más desarrolladas, el país no responde a todas las necesidades básicas insatisfechas de la población en estado de vulnerabilidad.
El logro de esas satisfacciones, el fruto de juntar las voluntades de muchas personas que con sus recursos sienten la satisfacción de poder ayudar, por un lado.
De otro lado, el mirar cómo hacemos para que la balanza quede un poco mejor equilibrada, para que, como dicen algunos, la cancha quede en un mismo nivel de oportunidades para todos.
ENS: ¿Cómo está Colombia en el tema de crisis alimentaria?
DS: Hoy nuestro país es uno de los 20 países, según las investigaciones que hace la Asociación de los Bancos de Alimentos de Colombia con la ANDI, que puede tener emergencia de hambre. Es que estamos dentro de los 5 países donde hay más desplazamientos y más refugiados en el mundo. Esta es una cifra que preocupa y duele.
Somos uno de esos países donde se habla de una inseguridad alimentaria de más de 19 millones de personas, porque muchos de los venezolanos que se están moviendo dentro de nuestro país, muchos de los desplazados, muchas de las personas que, en medio de este fenómeno del Niño, hoy no están teniendo la capacidad de trabajar y la posibilidad de poder comprar productos, tienen dificultades.
ENS: ¿Y después de la pandemia se recrudeció el tema?
DS: Después de la pandemia vino un paro que fue muy duro. Después del paro, hemos intentado nadar juntos a ver si logramos llegar a esa orilla en la que haya mejores oportunidades para todos.
Pero hoy hay mucha inseguridad alimentaria en buena medida porque el trabajo de nuestros campesinos a veces no es suficientemente aprovechado porque hay mucha gente en las ciudades que no alcanzan a comprar, no tienen recursos suficientes.
La ingesta de frutas y verduras, dos alimentos fundamentales según la FAO, podrían garantizar mejor calidad de vida de la población en estado de vulnerabilidad. Pero, hoy no se está dando.
Las industrias que transforman y que producen alimentos están enfrentadas a un reto muy grande y es que, si la gente no es capaz de comprar los productos que se pueden importar, los productos que se transforman y deberían comercializar están quedando a veces en un punto en el que no son comprados. Esto hace que para todos no haya las mismas oportunidades.
Si nuestras industrias no van bien y nuestro campo no van bien, ¿entonces qué más podemos hacer?
Hoy, para mucha gente ver que hay unas organizaciones en la base de la pirámide que se preocupan por la alimentación de los niños, de los adultos mayores y de personas con discapacidad, nos tiene que hacer pensar en que tenemos que sumarnos para que se vean mejores resultados y oportunidades.
Trabajo campesino
ENS: ¿Desaprovechamos el trabajo del campesino?
DS: Lo estamos desaprovechando. El IICA, que es un organismo de Naciones Unidas, habla de que cerca del 40% de los productos que pueden salir de nuestros campos y que son óptimos para ser consumidos, no alcanzan a ser comercializados. A veces ni siquiera salen de los campos.
No solamente son los mangos en las épocas de cosecha y las naranjas. Hay muchos alimentos que a veces se producen y no se alcanzan a comercializar.
Si el producto no tiene precio, no se justifica ni siquiera cosecharlo, y a veces hay buldócer que están pasando por encima de la comida y queda como compostaje.
ENS: ¿Qué llamado les hace a los próximos gobernantes?
DS: Ojalá, los que están hoy haciendo una apuesta por presentar una propuesta de cambio y una propuesta por continuar muchas cosas buenas que seguramente están pasando en este país, se esfuercen en reconocer que la realidad del hambre y la realidad de la pobreza no pueden ser realidades que sigan pasando de lado.
Necesitamos tener más oportunidades en generación de trabajo, en mejores salarios y de oportunidades para acercarse a la alimentación aquellos que aún no están en etapas productivas como niños, adolescente y jóvenes.