Son varios los interrogantes que genera el momento que vive Millonarios de David González, quien asegura que las derrotas, como la del miércoles frente al Once Caldas y que los dejó fuera de la Copa Sudamericana, “nos fortalecen”.
Una de las principales preguntas es ¿qué está pasando?, a la que sigue ¿por qué no despega? Una tercera es ¿le está costando a los jugadores captar la idea del técnico? Y el listado puede ser mucho más amplio si se tiene en cuenta la irregularidad del equipo.
La posición que ocupa en el Torneo Apertura, la cuarta con 13 puntos, se podría interpretar como que todo marcha bien porque, a hoy, se va logrando el objetivo de estar entre los ocho primeros.
Sin embargo, a la hora de hacer un análisis detallado, hay que tener en cuenta el rendimiento de los demás clubes de la liga y el único que no ha tenido altibajos es el ‘Poderoso’ Medellín.
Así como los celestes han tenido buenos partidos, han tenido otros muy malos, como el que perdieron frente al Cali.
Hasta ahora no se ha notado la mano del técnico González en el funcionamiento del plantel y las únicas novedades son en la confección de la nómina, en la que el único inamovible, sin importar si juega bien, regular o mal, es Juan Carlos Pereira, y los minutos que ha sumado Daniel Mantilla.
Pero la mano del estratega antioqueño todavía no se nota para solucionar los problemas de funcionamiento que vienen desde la era Gamero.
Millonarios, cuando elabora, tiene problemas y sus mejores pasajes son cuando acude al juego directo. Así ganó un título, mientras que cuando tenía el balón, no logró los resultados esperados.
Otro aspecto por el que este Millonarios de González no despega es porque no ha podido corregir los errores defensivos.
El estratega paisa ha ensayado variantes o rotado el cuarteto posterior y, aun así, los defectos son los mismos.
A los laterales, llámense Delvin Alfonzo, Helibelton Palacios o Sander Navarro por derecha, o Danovis Banguero o Nicolás Giraldo por izquierda, siempre les explotan la espalda. Además, una pareja de centrales que fuera prenda de garantía, Juan Pablo Vargas-Andrés Llinás, perdió consistencia y las combinaciones ensayadas tampoco han dado los resultados esperados.
En el sector medular tampoco se está generando ese volumen de juego ofensivo que se espera y que antaño le permitía crear siete o más oportunidades de gol y solo convertir una o dos.
A ello se suma que en ataque, en algunos partidos es solvente y en otros es totalmente inofensivo, como ocurrió frente al Once Caldas, partido en el que a duras penas se arrimó al arco de James Aguirre.
La motivación tampoco parece ser una aliada del plantel azul y la actitud, por momentos, deja entrever que hay jugadores muy lejos de la de ese equipo que ganó la estrella 16.
Los jugadores que llegaron poco o nada han aportado y, en cambio, le taparon la salida a elementos que venían consolidándose o pidiendo pista.
Ahora, la situación actual de Millonarios no es para rasgarse las vestiduras. Ya iniciando otros procesos tuvo malas rachas o con altibajos como la que vive actualmente y al mismo González le pasó en el Tolima.
El fracaso en la Sudamericana duele porque en el plan quinquenal estaba presupuestado llegar a la final y no se logró, pero a nivel local se puede recomponer el andar si se estabiliza la nómina, se mejora la actitud y se corrigen los errores defensivos.