Algunos casos emblemáticos de hiperinflación | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Viernes, 1 de Octubre de 2021
Redacción internacional con AFP

FRUTO DE la hiperinflación, Venezuela cerró la semana con la tercera reconversión de su moneda (el bolívar) en dos décadas. De esta forma quitó seis ceros a sus billetes para facilitar las operaciones. Para tener una idea, la cotización oficial del dólar pasó de 4,18 millones de bolívares el jueves a 4,18 el viernes.

El caso venezolano es el más reciente pero no el único que se ha visto obligado a adoptar dicha medida. Varios países del mundo se han enfrentado a la hiperinflación, como la que vive actualmente este país latinoamericano, donde se espera que los precios suban un 1.600% este año. 

Este fenómeno, definido como una subida de precios superior al 50% mensual, suele ser el resultado de un desajuste de las finanzas públicas, especialmente en condiciones extremas como un conflicto o un cambio de régimen. 

Se caracteriza por un colapso de la actividad, combinado con la creación de moneda.  

Estos son los casos en los que sus gobiernos debieron acudir a reconvertir su moneda:

La Alemania de Weimar

La República de Weimar, arruinada y endeudada tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, recurrió a la creación de moneda, desencadenando una hiperinflación entre 1921 y 1924. 

En 1923, las imágenes de los alemanes comprando pan con carretillas de billetes causaron impresión. 

La inflación alcanzó entonces hasta un 20% diario, según el laboratorio de ideas estadounidense Cato Institute. Según muchos historiadores, este fenómeno alimentó el ascenso del nazismo. 

La peor hiperinflación jamás registrada fue la de Hungría, donde en 1946 los precios podían duplicarse en 15 horas. 

Argentina en 1989

En Argentina, la hiperinflación alcanzó el 3.079% en 1989 y el 2.314% en 1990, lo que llevaba a los clientes a apresurarse a realizar sus compras por el temor del cambio de precios constante. 

Esta crisis desencadenó un estallido social con saqueos de supermercados y provocó la salida anticipada del presidente Raúl Alfonsín.  

La hiperinflación se frenó con un programa de convertibilidad de paridad fija (1 dólar por 1 peso) a partir de 1991, cuando la inflación se limitó al 84%.

Pero la paridad acabó sumiendo al país en la recesión, lo que llevó a su abandono en 2002.  

La antigua Yugoslavia (1993 -1994)

La República Federal de Yugoslavia (RFY, Serbia y Montenegro), sumida en la crisis por la desintegración de la antigua Yugoslavia en 1991 y luego por el embargo de la ONU en 1992, se hundió en la hiperinflación en diciembre de 1993, con una subida de precios del 300.000.000%. 

La población se enfrentó a los comercios vacíos y a una devaluación vertiginosa y permanente.

En enero de 1994, con una inflación del 1.000.000%, el gobierno puso en marcha un programa de reformas e introdujo un "superdinar", cuyo valor oficial era de un marco alemán. 


Le puede interesar: Presos disparan a policías en cárcel de masacre en Ecuador


Zimbabue en 2008

Los cambios de precios en Zimbabue se dispararon entre 2008 y 2009, cuando el dólar zimbabuense se desplomó a causa de controvertida reforma agraria que llevó el desalojo forzoso de la mayoría de agricultores blancos del país. 

En un intento de frenar la caída de su moneda, el gobierno de Robert Mugabe empezó a fabricar dinero sin freno. También introdujo un billete de 100 billones de dólares zimbabuenses, suficientes para comprar una barra de pan.  

Los productos básicos como el azúcar y la harina de maíz se convirtieron en un lujo. 

En la década de 2000, los zimbabuenses todavía llevaban bolsas o incluso carretillas de dinero en efectivo para hacer sus compras.  

Tras varias devaluaciones, las autoridades abandonaron su moneda en favor del dólar estadounidense en 2009.  

Venezuela hoy

En este país rico en petróleo, la hiperinflación alcanzó el 400.000% en 2018, casi el 10.000% en 2019, el 3.000% en 2020 y se espera que llegue al 1.600% este año.

Es por ello y aunque el régimen señala que es un paso necesario “al comenzar la recuperación económica” que decidió eliminar seis ceros a su moneda en una nueva reforma, tras llevar años luchando contra la mayor inflación del mundo.

Un nuevo bolívar representará 100 billones de bolívares de 2007.

"Todo aquello expresado en moneda nacional se dividirá entre un millón", comunicó el Banco Central de Venezuela (BCV) el viernes al oficializar la tercera reconversión que realiza este país en crisis desde 2008, con lo que 14 ceros en total han sido eliminados al bolívar en 13 años.

Las enormes sumas de dinero que contienen los billetes solo alcanzan para comprar unas pocas verduras o un trozo de carne en una economía ampliamente dolarizada.  Los billetes locales valen tan poco que los niños los utilizan para jugar. 


Además lea: Tres trabajadores murieron en las obras de la Expo 2020 de Dubái


El gobierno culpa a las sanciones internacionales impuestas desde 2019, principalmente por Estados Unidos en un intento de derrocar al presidente socialista Nicolás Maduro, aunque la crisis dura desde hace más de ocho años. 

Acompañando la reconversión salió a la calle un nuevo cono monetario: una moneda de un bolívar y billetes de 5, 10, 20, 50 y 100. Y esta última, la máxima denominación, equivale a unos 24 dólares de acuerdo a las tasas del Emisor.

El mayor billete de la vieja familia, de un millón, apenas representa 25 centavos de dólar y ni siquiera compra un caramelo. Seguirá en circulación junto a los nuevos por unos meses.

La situación refleja "la poca capacidad que han tenido los actores económicos en Venezuela para controlar la hiperinflación", un fenómeno que "ha empobrecido mucho a la población", comentó Luis Arturo Bárcenas, economista de la firma Ecoanalítica.  

Tres de cada cuatro hogares venezolanos están en pobreza extrema, con ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades alimenticias, según los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, coordinada por una de las principales universidades del país, divulgados el miércoles.

La primera reforma del bolívar fue puesta en marcha por el fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), quien le quitó tres ceros a la moneda. Su sucesor, Nicolás Maduro, emprendió una nueva en 2018, con cinco ceros menos, y ahora saca de la ecuación seis ceros más tan solo tres años después.

La inflación, proyectada en 1.600% en 2021 por Ecoanalítica, ha sido destructiva y combinada con gigantescas devaluaciones y una constante depreciación, 73,34% solo este año, ha vaciado de valor al bolívar. 

Todo ello derivó en una dolarización informal, pues los venezolanos tratan de proteger sus ingresos usando moneda extranjera, lo que Maduro ha tildado de "válvula de escape" en un país que lleva ocho años de recesión.

Aunque el mandatario socialista no levantó formalmente el control de cambio impuesto en 2003, se ha visto obligado a flexibilizarlo ante el colapso de los ingresos del país provocado debido al derrumbe de su industria petrolera y las restricciones de financiamiento por las sanciones de Estados Unidos para intentar desplazarlo de poder. Los bancos locales, pese a limitaciones, están autorizados a mover dólares después de 15 años de prohibición. 

Dos tercios de las transacciones en Venezuela se hacen en dólares, según Ecoanalítica.

Nerviosismo

Previa a la entrada en vigencia de la reconversión, el dólar se disparó en el mercado negro, surgido en respuesta al control de cambio, aunque siguió estable en las cotizaciones oficiales.

Las tasas de cambio paralelas se dispararon de 4,3 millones de bolívares por dólar a más de 5 millones.

Temerosos de problemas operativos por la reconversión, muchos comercios en Caracas limitaron las transacciones en bolívares, en su inmensa mayoría con tarjetas de débito o transferencias bancarias debido a la escasez de efectivo.

El régimen de Maduro ha multiplicado sus llamados a la calma. "(El bolívar) no va a valer más, no va a valer menos, es solamente una escala monetaria que estamos aplicando suprimiendo seis ceros para facilitar las transacciones", dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez-

Y, finalmente, Maduro habla de "bolívar digital" al referirse al reconvertido bolívar, pidiendo la "digitalización" total de pagos.

Pero más allá de la reconversión y el dólar digital, los venezolanos siguen sumidos en la incertidumbre por la grave crisis social y económica. Lo que ganan escasamente les alcanza para alimentarse una o dos veces al día y, ello, con lo que pueden conseguir ya que los alimentos escasean.