Autoridades anunciaron que ahora solo se podrá manifestar en las calles, siempre y cuando se tenga una autorización.
LA POLICÍA nicaragüense reprimió con bombas aturdidoras, golpes y cerca de 20 arrestos la marcha "Unidos por la libertad" que la oposición intentaba realizar en Managua en repudio al gobierno de Daniel Ortega.
Entre los detenidos figuran varios dirigentes de grupos de la sociedad civil y del disidente Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), denunciaron los organizadores de la protesta.
"No disparen", "libertad", gritaban los manifestantes a los agentes que de forma violenta los rodearon en el parqueo de un centro comercial, donde se estaban agrupando para iniciar la marcha.
Hombres, mujeres y algunas personas mayores fueron golpeadas y arrastradas por la calle para luego ser subidos a patrullas de la policía.
Algunos periodistas también recibieron golpes y fueron retenidos pero luego les dejaron ir, según denunciaron algunos medios de comunicación independientes.
"No respetan a nadie, ni a (personas) mayores ni a niños. Eso demuestra que hay una escala superior de represión", declaró Azhalea Solís, dirigente de la Alianza Cívica de grupos sociales, empresarios y estudiantes.
La policía anunció el sábado que no iba a permitir marchas sin la debida autorización y que tomaría las medidas necesarias para impedirlo.
Cientos de agentes antimotines fueron desplegados a primera hora en varios puntos de la capital y la carretera a Masaya, donde estaba prevista la marcha entre la rotonda Jean Paul Genie a la Rubén Darío, en el sector oeste de Managua.
Pero seguidores del gobierno ocuparon las rotondas, según voces oficiales para honrar el legado de monseñor Óscar Romero, canonizado por el papa Francisco.
El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pablo Abrao, calificó en Twitter de "inaceptables actitudes represivas y autoritarias en este momento en #Nicaragua". Un "Estado de Excepción se va consolidando con medidas estatales incompatibles con la democracia y los derechos humanos", agregó.
Las protestas antigubernamentales iniciaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de seguro social pero, tras la violencia que hasta ahora deja 320 muertos, se convirtió en una demanda para la salida del gobierno de Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.