El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, anunció ante la Cámara de los Comunes un endurecimiento de las restricciones para hacerle frente a la pandemia de coronavirus, admitiendo que el país está en un "peligroso punto de inflexión" y que es necesario "actuar" para contener el repunte de contagios que se ha venido registrando en estos últimos días.

Johnson admitió que es necesario un "delicado equilibrio" en el que por una parte se contemplen cuestiones de salud pública y, por otra, se garanticen los menores efectos posibles para una economía que arrastra los efectos de las sucesivas medidas adoptadas desde marzo, incluido un confinamiento nacional.

El Premier descartó un segundo confinamiento, pero advirtió que los ingresos en hospitales ya se han duplicado y la situación solo puede empeorar conforme avancen los meses y llegue el invierno. En este sentido, aunque defendió la capacidad del sistema para aumentar el número de pruebas, advirtió que solo con esto no basta.

El Primer Ministro añadió que los negocios podrán seguir funcionando pero respetando los nuevos protocolos, algo que se hará palpable -por ejemplo- en bares y restaurantes. Los establecimientos de hostelería deberán cerrar a las 22:00 horas y permitir únicamente servicio en mesa, mientras que el número de invitados a bodas cae a un máximo de 15.

"Lamento que vaya a afectar a muchos negocios que estaban empezando a remontar, pero tenemos que actuar", remató Johnson.