China, en el ojo del huracán | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Sábado, 18 de Abril de 2020
Redacción internacional
Crece desconfianza mundial sobre cifras y manejo que Pekín ha dado al Covid-19. Presidente Trump acusó a OMS de ser “chinocéntrica” y de no informar a tiempo sobre el virus y Macron pide no ser ‘ingenuos’ con información del régimen.

NO es una guerra comercial como la del pasado reciente. No es tampoco la guerra política tradicional por sus modelos políticos. Y no es una guerra como generalmente ha ocurrido de un país contra otro. Lo que hoy el confinado mundo registra es la duda creíble y creciente sobre las informaciones que China, país origen del Covid-19, ha entregado sobre el mismo.

Es esa gran preocupación global la que llevó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a liderar una ofensiva para exigir veracidad y transparencia al régimen chino frente a los casos que registra y el origen del ‘enemigo invisible’ que hoy afecta a más de 193 países y territorios, que contabilizan casi 2 millones 300 mil contagios y 157 mil decesos.

Wuhan, en la provincia china de Hubei, era hasta comienzos de este año desconocida por la mayoría del mundo. Comenzó a ser noticia a final de enero porque registraba una neumonía considerada ‘rara’, reportada en su momento a las autoridades sanitarias por el Instituto de Virología de esa ciudad, que de entrada descartó que se tratara de un SARS.

Así de los 7 casos inicialmente reportados en Wuhan y que de inmediato fueron tratados con aislamiento, lo que significaba ‘per se’ que se contagiaba entre humanos, a los pocos días se pasó a cientos y al cabo de un mes a miles, con elevadas cifras de fallecimientos.

Fuera de las ‘murallas’ chinas, la alarma temprana la dio el gobierno de Taiwán, que el 31 de diciembre de 2019 envió un correo electrónico a la Organización Mundial de la Salud, de la que paradójicamente no es miembro, en la que no solo registraba la situación de Wuhan, sino que pedía orientación sanitaria para actuar. En ese momento, el envío electrónico señaló: “Las noticias indican que al menos siete casos de neumonía atípica fueron reportados en Wuhan, China. Sus autoridades de salud respondieron a los medios de comunicación que no creían que los casos fueran de SARS; sin embargo, las muestras aún están bajo examen y los casos han sido aislados para tratamiento. Agradecería enormemente si tiene información relevante para compartir con nosotros”.

Pero ni a ese mensaje ni a una carta posterior que en el mismo sentido envió a la OMS recibió Taiwán respuesta, lo que ha sido calificado tanto por el presidente Donald Trump como por otros mandatarios como una falta de acción oportuna de la Organización ante el virus, que solo hasta el 13 de marzo declaró como pandemia, por su velocidad de expansión en el mundo. Ello, señala tanto el mandatario de EU como el gobierno taiwanés y otros europeos, llevaron a que la respuesta global para contener el Covid-19 empezara tarde o fuera lenta.

A ello se suma que el Instituto de Virologia de Wuhan, explicó que recibió el 30 de diciembre el nuevo coronavirus, entonces desconocido. Luego, el 2 de enero, determinó la secuencia del genoma viral y sometió la información sobre el patógeno a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de enero.

Sin embargo ni éste ni el régimen comunista hicieron pronunciamiento alguno sobre donde se originó el Covid-19, si realmente fue transmitido de un murciélago a un humano, si ‘escapó’ ese enemigo invisible de un laboratorio, donde y que día se registró el paciente cero.

Y aunque una vez el Covid-19 traspasó fronteras informaban a diario sobre los contagios y decesos, así como ahora señalan un posible rebrote del mismo, la forma como manejó la información y las cifras, restaron credibilidad mundial a sus informaciones, atizadas por el hermetismo con que el régimen maneja el país.

El reporte de ayer sábado del Ministerio de Salud de China indicaba que se registraron 27 nuevos casos pero ningún fallecimiento. Con esos guarismos, las autoridades que debieron corregir los mismos el jueves, ubican en 4.632 los decesos y 82.719 contagios, la gran mayoría en Wuhan, donde precisamente hace una semana comenzó a levantarse parcialmente el confinamiento social.

Esa creciente desconfianza global tuvo como un primer vocero al presidente de Eu, Donald Trump, que contundentemente no solo se expresó contra la OMS por el prolongado silencio y la información oportuna al mundo sobre el Covid-19, sino contra China, a la que acusó de ocultar los datos reales sobre los afectados y decesos por el coronavirus en ese país y que tras las críticas se vio obligado a elevar dichos guarismos en los últimos días.

"China acaba de anunciar el doble del número de muertes a causa del enemigo invisible. La cifra es mucho más alta que esa y mucho más alta que en Estados Unidos. "No está ni cerca", trinó el jueves pasado Trump, horas después de que anunciara al mundo que Estados Unidos dejaba de pagar cuotas a la Organización Mundial de la Salud, por las razones ya expuestas y tras señalarla de ser "chinocéntrica" por las "equivocadas" recomendaciones que, en su opinión, dio para combatir la pandemia de coronavirus.

Por su parte, su secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, pidió el miércoles a China "transparencia total" y que "comparta información" para hacer frente a la pandemia de coronavirus.

EU no es el único

Pero Trump no es el único de los líderes que han manifestado públicamente su desconfianza hacia Pekín. En Francia y Reino Unido también han criticado el manejo chino de la crisis y el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que sería "ingenuo" pensar que ese régimen había gestionado bien la pandemia.

El mandatario galo llamó a no establecer comparaciones sobre la gestión del coronavirus de los distintos países y, en particular, exhortó a no ser "ingenuos" con el que caso de China, ya que "sin duda han pasado cosas que desconocemos".

En una entrevista al 'Financial Times', Macron aseguró que la pandemia trasciende el ámbito sanitario y el económico para convertirse en "un profundo impacto antropológico" a nivel mundial. "Hemos parado la mitad del planeta para salvar vidas, no hay precedentes de algo así en nuestra historia", dijo.

También previó que el virus cambie "la naturaleza de la globalización", una vez que ha quedado de manifiesto que "ya no hay fronteras", pero ha advertido del riesgo de caer en la tentación de combatir la pandemia renunciando a los derechos y libertades occidentales.

El presidente francés finalizó indicando que, "estamos en el momento de la verdad, en el que decidirá si la Unión Europea es un proyecto político o solo un proyecto de mercado".

Y precisamente ese llamado se dio luego de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen ofreciera disculpas públicas a Italia por la falta de reacción en los inicios de la pandemia, ya que dicho gobierno solicitó, desde que comenzaron sus primeros contagios, directrices para enfrentarla.

"Es cierto que nadie estaba realmente preparado para esto, pero también es cierto que hubo demasiadas ausencias cuando Italia necesitó ayuda en los primeros momentos", dijo Von der Leyen en su intervención del jueves ante el Parlamento, donde agregó que es de "de justicia" que el bloque pida "perdón de todo corazón" a los italianos y que esa disculpa se traduzca también en un "cambio de actitud".

Y es que precisamente ante el presunto ocultamiento de información de China y la demora de la OMS de alertar al mundo sobre la gravedad del Covid-19 y las medidas sanitarias a tomar es lo que tanto Estados Unidos como varios gobiernos le han reprochado en la seguridad de que, como en toda enfermedad, actuar a tiempo salva vidas y, ante el Covid-19, también evitado la depresión económica que hoy se cierne sobre el mundo Es por todo ello que Pekín está en el ojo del huracán../Redacción internacional