Dolorosos testimonios de explosión de submarino | El Nuevo Siglo
Foto xinhua
Jueves, 23 de Noviembre de 2017
Redacción internacional
La desgarradora noticia de que el submarino ARA explotó por una “anomalía hidroacústica” golpeó a las familias de las víctimas. “Vine por primera vez a la base (naval) y me acabo de enterar que soy viuda”, dijo Jessica Gopar. Testimonios de un lamentable final

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“VINE por primera vez a la base (naval) y me acabo de enterar que soy viuda”, dijo Jessica Gopar ahogada en lágrimas, esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino desaparecido hace ocho días, tras ser informada sobre una explosión ese 15 de noviembre en el Atlántico Sur.

Fernando Santilli, electricista del San Juan, “fue mi gran amor, estuvimos siete años de novio, seis de casados y tenemos un hijo, Stefano, que nos costó mucho que Dios nos mandara”, relató a las puertas de la base naval de Mar del Plata, 400 km al sur de Buenos Aires, donde los familiares recibieron la noticia. 

"Se murieron todos"

"Se murieron todos, es lo primero que pensé", dijo sobre el momento que supo de la explosión. Tenía en sus manos un cartel escrito a mano con la fotografía de su hijo que había traído para dejarlo en la entrada del predio naval, poblado de mensajes para los tripulantes.

La mujer relató que ante la terrible noticia "me dieron un vaso de agua y una pastilla para la presión, esa fue toda la contención" recibida en la base.

“No me va a servir una placa que diga 'los héroes del San juan”, dijo antes de volver a ahogarse en llanto.

La Armada anunció el registro de un sonido violento y repentino compatible con una explosión en el Atlántico, horas después del último contacto del “ARA San Juan” con la base el 15 de noviembre.

Se trató de "un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión", dijo el portavoz de la Armada (Marina de guerra), Enrique Balbi, en conferencia de prensa en Buenos Aires.

“Yo me siento engañada, ¡cómo van a saberlo recién ahora! son unos perversos y nos manipularon”, dijo enfurecida Itatí Leguizamón, abogada y esposa de German Suarez, sonarista del San Juan, al salir de la base naval en Mar del Plata, 400 km al sur de Buenos Aires. 

“No nos dijeron que están muertos, pero dicen que el submarino está a 3.000 metros (de profundidad) ¿qué se puede entender?” dijo en medio de una crisis nerviosa.

Casi un centenar de familiares aguardaban esperanzados en el interior de la base naval de Mar del Plata cuyo perímetro en los últimos días se pobló de mensajes de aliento, imágenes religiosas y banderas argentinas.

En las instalaciones de la base naval algunos familiares se abrazaban, otros lloraban desconsoladamente sentados en el suelo.

La Marina había transmitido la noticia a los allegados en la ciudad portuaria de Mar del Plata, minutos antes de divulgarlo en conferencia de prensa en la capital argentina.

Desconsuelo

Una familiar de un tripulante se acercó abatida a los periodistas, rompió en llanto y se fue. No pudo pronunciar palabra.

"Al escuchar la noticia, se les abalanzaron encima y no dejaron seguir leyendo el parte, la gente se puso muy agresiva", relató Itatí sobre lo vivido en el interior de la base.

Leguizamón llevaba dos años de casada con Germán Suárez.

"Se hizo una búsqueda para quedar bien, porque mandaron una mierda a navegar, en 2014 ya había tenido problemas porque no pudo emerger y eso no trascendió. Ahora no me importa que se sepa todo si total él ya no está", dijo la mujer.

"Él estaba preparado para la muerte. Siempre se confesaba y estaba en paz. Él estaba listo", dijo Itatí.

La peor tragedia

"Fuerza para las familias de los 44", escribió con una fibra que tenía entre sus pertenencias Julián Colihuinca, de 19 años, sobre una bandera de plástico que acababa de comprar.

"Soy hijo de un buzo táctico, la tragedia pega de cerca. Los conozco de cara a muchos de los tripulantes", dijo a la AFP mientras enganchaba la bandera al alambrado que rodea la base naval.

Desde la entrada se ve el mar y alejado unos cien metros está el casino de oficiales donde la espera angustiosa de las familias se transformó en un grito desgarrador.

"Dani volvé, traé a tus compañeros", escribieron en una bandera firmada por varias personas, entre ellas "mami, papi, Isabella, Naty, mellizos".

Otro cartel, lleva la firma de los trabajadores de Tandanor, el astillero argentino que hizo el mantenimiento del sumergible que estuvo parado entre 2007 y 2014. 

"Nosotros dimos todo de cada uno para que vuelvan a navegar. Ahora te toca a vos traerlos de vuelta", le dice al San Juan.

La noticia de la explosión deja poco margen para que haya sobrevivientes.

"Es una tragedia que va a quedar en la historia", sentenció Hugo Daniel, de 43 años, que pasaba por ahí en su bicicleta.

"Las máquinas fallan, la gente que estaba arriba del submarino sabía a lo que se exponía", dijo este hombre y evoca que "en esta base, durante la dictadura militar (1976-1983) se torturaba. Era un "centro clandestino de detención", recuerda una placa.

Qué pasó

Un nuevo informe llegado desde la embajada argentina en Austria confirmó lo detectado por Estados Unidos el miércoles respecto a un "anomalía hidroacústica".

La confirmación de una explosión coincide con las conjeturas respecto a que el submarino sufrió un accidente repentino luego de su último reporte, en el que avisó a la base sobre una avería en las baterías.

También se condice con la ausencia de señales de emergencias, como soltar hidrobalizas, que ha dificultado su localización tras ocho días de una búsqueda sin tregua en un operativo en el que participan 13 países.

La explosión se detectó el miércoles 15 casi tres horas después de la última comunicación del submarino, "a 30 millas al norte de donde estaban en ese contacto y en la misma línea de navegación a Mar del Plata" que debía seguir el submarino.

Mauricio Macri, presidente de Argentina, al finalizar la noche destituyó toda la cúpula de la Armada por negligencia y mal manejo de la coyuntura, tras encontrarse con los familiares de las víctimas, en un encuentro que quedó marcado por el reclamo de muchas de ellas.

 

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