Escasez de agua afecta al 38% de población mundial y aumentará | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 22 de Marzo de 2023
Redacción internacional con AFP

La escasez de agua se agravará en las próximas décadas, sobre todo en las ciudades si no se impulsa la cooperación internacional en este ámbito, según advierte el informe de la Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, que alerta de que en la actualidad entre 2.000 y 3.000 millones de personas en el mundo padecen falta de agua.

El informe, publicado por la Unesco en nombre de ONU-Agua, estima que el 26 por ciento de la población mundial, unos 2.000 millones de personas no cuentan con agua potable mientras que el 46 por ciento, 4.600 millones carecen de acceso a un saneamiento gestionado de forma segura.

El trabajo fue divulgado este miércoles en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, que se celebra en Nueva York. En concreto, alerta de que entre 2.000 y 3.000 millones de personas sufren escasez de agua durante al menos un mes al año, lo que supone graves riesgos para sus medios de subsistencia, en particular la seguridad alimentaria y el acceso a la electricidad.

Se prevé que la población urbana mundial que sufre escasez de agua se duplique, pasando de 930 millones en 2016 a 1.700-2.400 millones de personas en 2050. La creciente incidencia de sequías extremas y prolongadas también está estresando los ecosistemas, con consecuencias nefastas para las especies vegetales y animales.

"Estamos drenando la sangre vital de la humanidad a través del sobreconsumo vampírico y el uso insostenible y evaporándola a través del calentamiento global", advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres y recordó que casi "tres de cuatro desastres naturales están relacionados con el agua".

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, considera que es "urgente" establecer mecanismos internacionales sólidos para evitar que la crisis mundial del agua se descontrole, mientras que el presidente de ONU-Agua y director general de la Organización Internacional del Trabajo, Gilbert F. Houngbo, consideró que "queda mucho por hacer…El tiempo no está de nuestro lado y es nuestro momento para marcar la diferencia".

El documento refleja que casi todas las intervenciones relacionadas con el agua implican algún tipo de cooperación, ya que, por ejemplo, los cultivos requieren sistemas de riego compartidos o que suministrar agua segura y asequible a ciudades y zonas rurales solo es posible mediante una gestión comunal de los sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento.

El informe aboga por que la cooperación entre estas comunidades urbanas y rurales es esencial para mantener tanto la seguridad alimentaria como los ingresos de los agricultores.

Asimismo, admite que la gestión de los ríos y acuíferos internacionales complica aún más las cosas, pero la cooperación en cuencas y acuíferos transfronterizos aporta "muchos beneficios" más allá de la seguridad del agua, incluida la apertura de canales diplomáticos adicionales, pero solo 6 de los 468 acuíferos internacionalmente compartidos del mundo son objeto de un acuerdo formal de cooperación.

Entre los beneficios compartidos más destacados en el informe figuran los servicios ambientales como el control de la contaminación o el enriquecimiento de la biodiversidad y las oportunidades de compartir datos, información y cofinanciación.

Por ello, el documento aboga por la participación inclusiva de las partes interesadas que fomenta asimismo la aceptación y la apropiación; por involucrar a los usuarios finales en la planificación y ejecución de los sistemas de agua crea servicios que se ajustan mejor a las necesidades y recursos de las comunidades pobres, y aumenta la aceptación y apropiación públicas.



En cuanto a América Latina se manifiesta que la gestión de los recursos hídricos es "débil" pese a que la extracción por habitante aumentó entre 2000 y 2018 y recomienda "apoyo político de alto nivel" a las iniciativas.

A nivel local, critica que la mayoría de las organizaciones que trabajan con los recursos hídricos sigan "acantonadas" en su sector, en particular el suministro de agua para irrigación.

El informe propone más sistemas de riego compartidos entre agricultores, cooperación entre comunidades urbanas y rurales e interacción agua-energía-alimentación.

Los efectos combinados del crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos y la expansión de las ciudades empujarán la demanda de agua de forma "exponencial" advirtió la ONU en esta conferencia, la primera desde Mar del Plata (Argentina) en 1977.

Aunque no da cifras por regiones, el informe asegura que a diferencia de otras partes del mundo la extracción de agua en América Latina y el Caribe aumentó entre 2000 y 2018.

"Estas crisis no son accidentales, son producto de nuestras formas y sistemas irracionales de consumo", criticó el presidente de Bolivia, Luis Arce, en la apertura de la conferencia, y están "directamente relacionadas con problemas de pobreza, desigualdad y justicia”.