Fin de la guerra en Ucrania, ¿cada vez más lejano? | El Nuevo Siglo
Archivo AFP
Sábado, 15 de Julio de 2023
Redacción internacional

A ESCASOS días de cumplir un año y cinco meses, la guerra en Ucrania sigue intensificándose y con mayor posibilidad de seguir escalando que de llegar a su fin, bien por el triunfo de alguno de los bandos o por la vía negociada.

Con el pasar de los meses, la ‘ofensiva militar especial’ ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en el país vecino argumentando como una grave amenaza a su seguridad nacional la expansión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este con la entonces posible entrada de Ucrania a ésta, parece encontrarse en tablas: sin avances significativos en el terreno, que permita a alguna de las partes proclamarse vencedora.

Sin fin a la vista, la coalición occidental liderada por Estados Unidos no sólo mantiene, sino que ha ampliado su programa de ayuda militar, con moderno armamento que escaló de misiles a tanques y no se descarta se refuerce con aviones de combate. Entre tanto, el Kremlin, ya sin los mercenarios del grupo Wagner en el terreno, la amenaza de usar armas nucleares y con el espaldarazo de la poderosa China, con la que proyecta generar un nuevo orden mundial, resiste en el terreno la anunciada contraofensiva ucraniana que avanza lentamente y con poca efectividad.


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¿Cuándo y cómo acabará la guerra en Ucrania? es la pregunta que el mundo se hace desde el primer día de la ofensiva. Y aunque nada ni nadie se atreve a contestarla por todo lo que hay en juego, el desconocimiento de lo que pasa en el frente y los intereses geopolíticos de lado y lado, la percepción que subsiste es que será de largo, muy largo aliento. Con ello de que se avecinen tiempos peligrosos e inciertos que hacen difícil pronosticar su fin. Aquí algunas razones del por qué:

1. Armas más letales. De los uniformes, pertrechos y armas defensivas suministradas al inicio de la guerra por la coalición occidental se ha pasado a misiles de largo alcance, tanques modernos y en breve a bombas de racimo, como lo anunció en la reciente cumbre de la OTAN, el presidente estadounidense Joe Biden. Se trata de armas terribles que se dispersan y explotan en una amplia zona y según expertos militares están diseñadas específicamente para matar personas en lugar de destruir infraestructuras, instalaciones militares o centros de comunicaciones. Estas bombas guardan una especie de aguijón en su cola que guardan explosivo que se detona posteriormente, convirtiéndose en ‘minas antipersona’. Por su alta letalidad están prohibidas por la Convención sobre Municiones en Racimo, un tratado internacional firmado en 2008 por 108 países entre los que no se encuentran Estados Unidos, Rusia, Ucrania y China.

2. Cazas, siguiente paso.  Aunque por ahora ninguno de los países de la coalición se ha comprometido a entregar aviones de combate, ya son decenas los pilotos ucranianos que reciben instrucción en algunos de ellos para manejar los modernos F-16. Si la contraofensiva ucraniana no tiene el impacto previsto con la entrega de las bombas de racimo, algunos gobiernos decidirían entregar esas aeronaves para reforzar la avanzada terrestre con ataques aéreos. Rusia ha advertido que una situación como ésta lo forzaría a usar armas nucleares y, por ello, parte de ellas las ha movido a territorio de su aliada Bielorrusia. Escalar la guerra a ese nivel es indeseable, más no improbable si Putin se vislumbra perdedor.  Por ahora, las bombas racimo, el seguro refuerzo aéreo y el plan de ayuda militar a largo plazo anunciado por el G-7 a Ucrania evidencian que la guerra continuará y escalará.

3. Guerra existencial. Desaparecida la razón que generó la invasión rusa (el ingreso de Ucrania a la OTAN) esta guerra se existencial para las partes enfrentadas, así como para el mundo unipolar, dominado por Estados Unidos. Daud Khan, licenciado en Economía de la Escuela de Londres y de Oxford, así como asesor de diversos gobiernos, explica que como en todas las guerras “hay muchas causas cercanas de corto y largo plazo”. Así, entre las primeras, manifiesta que “según la lente con que se mire, Rusia inicialmente esgrimió la protección de los rusohablantes en el Donbás”, opositores a que Ucrania entrara en la línea europea. Y, a largo plazo, -añade- tiene que ver con el plan expansionista de Putin y su rechazo a “crear una Ucrania bien armada, aunque desnuclearizada, una espina clavada en el costado de Rusia”.

4. Difícil una salida negociada. El sostenido espaldarazo de Occidente al presidente Volodimir Zelenski, convertido en figura mundial por la valentía y resistencia de su país de un lado, y el férreo Putin, hombre fuerte de Rusia con planes de cambiar la gobernanza global con China como gran aliado, han convertido esta guerra en una lucha por el prestigio y, de allí, que ninguno de los protagonistas contemple la posibilidad de ser el vencido. Por ello, han fracasado la diplomacia y tanto un cese al fuego como una mesa de negociación son, por ahora, improbables. Si se llega al escenario de un ‘ganador’ sus consecuencias geopolíticas serán grandes. Para Khan, una victoria ucraniana pondrá fin a la era de Putin y con ello su aspiración de construir una gran potencia mundial: la Gran Rusia. Si, por el contrario, éste es el triunfador, sepultaría las aspiraciones de Ucrania de formar una Europa democrática liberal y ser miembro tanto de la Unión Europea (UE) como de la Otan. 

5. Estados Unidos y China. Ese último escenario, según el experto, “también significaría también un duro golpe para Estados Unidos, sus aliados y el actual orden mundial”. De otra parte, advierte que mientras la guerra en el Viejo Continente se alarga, hay un actor de peso tan gigante como su extensión: China. Con su consabida y constante rivalidad con la potencia del Norte, espera el desarrollo de la guerra, la que como se sabe no ha condenado limitándose a señalar que “debe respetarse la soberanía territorial”. Sin embargo, han sido recurrentes sus declaraciones sobre la “amistad como una roca” que mantiene con Rusia, así como que son los que deben “liderar la reforma de la gobernanza mundial”, tal cual lo expresó esta semana el presidente Xi Jinping. /