DONALD TRUMP retomó la campaña acusando a Kamala Harris de incitar a la violencia contra él, cuando la candidata demócrata a la Casa Blanca parece recuperar un ligero impulso en los sondeos.
Harris llamó al expresidente “para hablar directamente con él y manifestarle lo agradecida que se siente de que se encuentre a salvo”, afirmó un alto cargo de la Casa Blanca. La conversación fue “cordial y breve”, añadió.
“Le dije lo que he dicho públicamente: no hay lugar para la violencia política en nuestro país”, afirmó más tarde Harris en una entrevista con la Asociación Nacional de Periodistas Negros (NABJ).
Trump, de 78 años, estima que el sospechoso detenido el domingo en Florida por un presunto intento de asesinato contra él “se creyó la retórica” del presidente Joe Biden y de Harris, “y actuó en consecuencia”.
Según él, “debido a esta retórica de la izquierda comunista, las balas vuelan, ¡y esto no hará más que empeorar!”.
“Dinámica a favor”
Trump y Harris recorren los seis o siete estados clave, cuando la demócrata de 59 años lleva una muy ligera ventaja en los sondeos desde el debate del 10 de septiembre.
“Si miramos las encuestas realizadas después del debate y las hechas antes, la dinámica a favor de Harris es clara”, escribió este martes un especialista del sitio Five Thirty Eight, que agrega y analiza numerosos sondeos. Precisa, sin embargo, que el margen es corto.
El mismo sitio señala que, por primera vez desde julio de 2021, Harris obtiene tantas opiniones favorables como desfavorables (46,6%), mientras que hasta hace poco dominaban en gran medida las negativas.
La candidata ha recibido el respaldo de artistas influyentes como Taylor Swift y la artista pop Billie Eilish.
En un mensaje dirigido a sus 119 millones de suscriptores en Instagram, que obtuvo más de un millón de “me gusta”, la cantante declaró que votará por la demócrata y su compañero de fórmula Tim Walz “porque luchan por proteger” la “libertad reproductiva”, “el planeta” y la “democracia”.
En su entrevista en Filadelfia, Harris condenó el papel de Trump en la difusión del bulo de que los migrantes haitianos comen perros y gatos en una pequeña ciudad de Ohio, donde se suceden las amenazas de bomba y los cierres de lugares públicos.
“Es un verdadero escándalo”, denunció, y afirmó que la responsabilidad de ser presidente de Estados Unidos es incompatible con “este tipo de discurso de odio”.
La vicepresidenta basa su programa en pocos puntos: la promesa de una “nueva generación” y un “nuevo camino” para el país, una economía centrada en la clase media y la protección de las libertades fundamentales, incluido el derecho al aborto.
El martes condenó las restrictivas leyes sobre interrupción voluntaria del embarazo en Estados Unidos, tras la publicación de un artículo del medio ProPublica sobre la muerte de una mujer de 28 años en Georgia (sur) porque no se le practicó un legrado a tiempo.
“Esta joven madre debería estar viva, criando a su hijo y persiguiendo su sueño” de estudiar enfermería, afirmó. Según ProPublica, que consultó documentos confidenciales, es la primera muerte evitable desde que en 2022 la Corte Suprema, de mayoría conservadora, sobre todo desde el mandato de Trump, dejó en manos de los estados la posibilidad de legislar localmente sobre el derecho al aborto.
Tensión extrema
La tensión en torno a esta campaña, ya de por sí fuera de lo común, se disparó el domingo. Trump ya sobrevivió en julio a un intento de asesinato cuando un hombre armado abrió fuego contra él durante un mitin en Pensilvania.
El domingo se encontraba en el campo de su club de golf de Florida cuando varios agentes del Servicio Secreto “abrieron fuego contra un hombre armado” que se hallaba cerca del lugar. Se trata de Ryan Routh, un estadounidense de 58 años.
Estaba armado con un rifle con mira telescópica y un equipo de grabación de vídeo, pero, según la policía, no disparó a Trump. Huyó del lugar antes de ser detenido poco después.