Nicaragua vivía este jueves un panorama incierto tras la suspensión de un diálogo nacional en busca de salidas a la crisis política que vive el país, mientras estudiantes y pobladores volvieron a las calles a reclamar justicia y democracia en el marco de las protestas que dejan 78 muertos en poco más de un mes.
Las conversaciones entre el gobierno y la oposición entraron el miércoles en un impasse, luego que la mediación de los obispos católicos no logró acercar las posiciones para avanzar en la discusión, centrada en la propuesta de anticipar las elecciones para acortar el mandato del presidente Daniel Ortega.
El gobierno reafirmó el jueves su disposición a dialogar e insistió en que es "indispensable resolver y acordar la eliminación de todos los tranques" (bloqueos) en las carreteras, evitar "la violencia en todas sus formas y asegurar el derecho al trabajo", según un comunicado leído por el canciller Denis Moncada.
Tras la suspensión del diálogo se produjeron ataques de grupos afines a Ortega en las ciudades de León (noroeste), Chinandega (oeste), Juigalpa (centro) y Nueva Segovia (norte).
En la ciudad colonial de León se registraron incidentes violentos la noche del miércoles, que dejaron al menos dos muertos y 54 heridos, 10 de ellos de gravedad, por disparos de armas de fuego, piedras y morteros artesanales y golpes contusos, dijeron familiares y la Cruz Roja.
Uno de los fallecidos, Manuel Chévez, murió por disparo de fusil, según su tía Justa Ramírez.
La otra víctima fue identificada como Luis Díaz, integrante del grupo de seguidores del gobierno, habría sido alcanzado por un mortero artesanal, dijo el director de Cruz Roja de León, Marcio Ocón.
Centenares de estudiantes y pobladores salieron a primera hora del jueves a marchar sobre la concurrida carretera a Masaya (sur) agitando banderas y pidiendo la renuncia de Ortega y su esposa y vicepresidente Rosario Murillo. También había movilizaciones en otras ciudades del interior.
"Nos estamos manifestando de forma pacífica y condenamos los ataques en Chinandega y León. El gobierno ya nos tiene cansados con su doble discurso", reclamó Edwin Carcache, dirigente del estudiantil Movimiento 19 de Abril.
Según Moncada, la propuesta de adelantar las elecciones es "una ruta para un golpe de Estado (...) para derrocar al gobierno haciendo aparentar un proceso legal".
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Crisis se agrava
Las protestas contra el gobierno comenzaron el 18 de abril cuando estudiantes se opusieron a una reforma al sistema de pensiones, pero se extendió a otros sectores tras la represión que deja 76 muertos, 868 heridos y 438 detenidos, según un informe preliminar de Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que no incluye a los dos fallecidos el miércoles.
La suspensión de las sesiones plenarias por parte de los obispos "viene a agravar la crisis porque el pueblo tenía muchas esperanzas y confianza de que el diálogo nacional puede ser una salida cívica y pacífica", dijo a la AFP el académico Carlos Tunnermann.
El gobierno insiste en pedir el despeje de las carreteras, pero "el uso de estos tranques (bloqueos) están contemplados como formas de protesta. Los que están en los tranques son ciudadanos, campesinos, estudiantes que no están armados", subrayó Tunnermann, delegado de la sociedad civil en el diálogo.
Defendió la agenda presentada por los obispos y aseguró que "no se trata de un golpe de Estado" como dijo la delegación del gobierno.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, se pronunció el miércoles por una salida electoral a la crisis en Nicaragua.
"Cualquiera que piense que Nicaragua tiene una solución diferente a la electoral se equivoca gravemente. Cuando la sociedad esta polarizada, la decisión debe volver en forma urgente al soberano: el pueblo", dijo Almagro en un mensaje divulgada por la OEA.
La dirigente del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera, consideró que "el dialogo nos tenía con un nivel de esperanza" de encontrar una solución a la crisis y detener la represión.
"Ahora lo que nos queda es no dejarnos desenfocar y ser mas audaces, creativos y mas fuertes con las protestas". Ortega "quiere tiempo para ganar impunidad (...) él ya esta claro que sus días en el poder están contados", agregó.