Italia se juega mucho en referéndum constitucional | El Nuevo Siglo
Estadísticamente hablando, Italia tiene uno de los parlamentos más grandes del mundo y un calculó comparativo con otros parlamentos de países desarrollado reveló que el número óptimo para el país sería 570 escaños.
AFP
Lunes, 14 de Septiembre de 2020
Redacción internacional

A pesar de ser este un año sin precedentes por el impacto de la pandemia, la política italiana continúa su curso y el próximo referéndum es una apuesta fuerte para el actual gobierno, quizá la más alta desde que llegó al poder.

Una apuesta que se mantiene pese al nuevo aumento preocupante de contagios de coronavirus, un pronóstico del PIB peor de lo esperado, la confusión sobre los protocolos para las reaperturas de escuelas y una lucha política interna por el destino que debe darse a la billonaria ayuda proveniente de la Unión Europea para la reactivación económica.

A continuación EL NUEVO SIGLO presenta las principales claves de un referéndum que, sea cual sea su resultado, tendrá importantes consecuencias en el desarrollo de la política italiana actual y de cara al futuro.

El referéndum

Inicialmente programado para el 29 de marzo de 2020, pero pospuesto a causa del confinamiento, los italianos acudirán a las urnas del 20 al 21 de septiembre para aprobar o rechazar una reforma constitucional. El fondo del referéndum se refiere a los artículos 56, 57 y 59, que dictan el número de diputados tanto en la Cámara baja (Camera dei Deputati) como en la Cámara alta (Senato).

Según la propuesta, los escaños en la Cámara baja se reducirían de 630 a 400 y el número de escaños en el Senado pasaría de 315 a 200. Además, la cifra de senadores vitalicios, título honorífico que puede otorgar el Presidente de la República a las personas que han servido al país de alguna manera significativa, se reduciría a 5.

El referéndum no incluye ninguna medida dirigida a concentrar el poder en una Cámara en otra, no cambia el proceso de los representantes electos y no transfiere mayores poderes al gobierno central (todo lo cual fue propuesto en 2016).

Sin embargo, es uno de los puntos emblemáticos de la agenda del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), partido que se ha hecho un nombre gracias a la noción de reducir la burocracia, disminuir los costos del gobierno para los contribuyentes y racionalizar las prácticas democráticas entre ciudadanos y ministros.

Las reformas fueron aprobadas por abrumadora mayoría en el Parlamento el año pasado y continúan obteniendo un alto nivel de aprobación popular.

Un argumento quizás un poco más interesante a favor de la racionalización del Parlamento es que su inmanejable tamaño impide el desarrollo de actividades propias de la democracia directa

Según el M5S, el principal beneficio de la reducción del Parlamento sería una baja de costos y un aumento de la eficiencia económica y legislativa. Se estima que la reducción ahorraría a los contribuyentes alrededor de €40 millones anuales y aunque no es una cifra particularmente impresionante, sí refuerza la idea, ilusoria para muchos analistas, de que el M5S está trabajando activamente en políticas de redistribución efectivas dirigidas a los más necesitados.

Un argumento quizás un poco más interesante a favor de la racionalización del Parlamento es que su inmanejable tamaño impide el desarrollo de actividades propias de la democracia directa, que gracias al uso de las tecnologías de la información y la comunicación podría aplicarse de manera efectiva para ciertas cuestiones en las que se apele al concurso del constituyente primario.

Representación

En Italia está cada vez más extendida la idea de que los casi 1.000 parlamentarios que posee “conducen inevitablemente a una mayor fragmentación y la prevalencia de grupos que no representan las principales fuerzas e ideas políticas del país, y solo intentan asegurar su propia supervivencia”. A este respecto se cree que un número más razonable de parlamentarios significa menos clanes políticos, lo cual obligaría a los partidos y movimientos más votados por los ciudadanos a establecer plataformas integrales en las que se representen los ideales que, de manera puntual, eran defendidos por pequeños colectivos.

Estadísticamente hablando, Italia tiene uno de los parlamentos más grandes del planeta, sobre todo frente a un calculo comparativo con otros de países del mundo desarrollado, según el cual el número óptimo para el país sería 570 escaños en total.

Los defensores del referéndum argumentan que reducir el número de representantes también disminuye la corrupción, ya que un mecanismo de gobierno más racionalizado con menos tentáculos tiene un mayor potencial de rendición de cuentas y transparencia.

Según la propuesta, los escaños en la cámara baja se reducirían de 630 a 400 y el número de escaños en el Senado pasaría de 315 a 200

Inconvenientes

Ahora bien, los defensores del “No” alegan que la medida atenta contra la representación democrática, aunque eso no es del todo exacto. Si bien, un menor número de congresistas significaría que la relación entre representantes y representados aumente, no cambiaría de manera significativa el ejercicio real de gobierno o participación democrática.

Por otra parte, un menor número de escaños podría plantear desafíos particulares a los partidos políticos más pequeños y con menos fondos que, sin embargo, representan las opiniones políticas de su electorado. Sin embargo, esto no parece preocupar a las principales bancadas del Parlamento, al punto de que la iniciativa contó con el apoyo del M5S, Italia Viva y Partido Demócrata (PD), así como de Fratelli d'Italia, la Lega y Forza Italia, agrupaciones lejanas ideológicamente hablando. Al final, se logró un aplastante 553 a 14 en la aprobación de la convocatoria.

Es de suponer que un apoyo tan amplio entre los partidos ha contribuido al apoyo público generalizado a la medida.

Sin embargo, las cosas se complican un poco a partir de ahí y, a medida que se acerca la votación, han surgido diferencias entre las partes que estuvieron de acuerdo el año pasado. Si bien, el M5S se ha mantenido sólidamente a favor del referéndum, el PD ha vacilado internamente y su apoyo parece menos unánime, tanto que el líder del partido, Nicola Zingaretti, hizo un llamado público pidiendo la unidad del partido para el voto del Sí.

Postura de Conte

El gobierno de Giuseppe Conte se ha mantenido en gran parte fuera del foco de atención con respecto al referéndum, aunque ha declarado que votará a favor del mismo, citando la necesidad de avanzar hacia un sistema legislativo más eficiente.

Sin embargo, se ha esforzado mucho para distanciar a su gobierno de los resultados y en cambio, ha orientado el voto hacia el “peso de la opinión pública” que recae sobre los propios parlamentarios. Por supuesto, sin un partido propio y obligado a depender de un gobierno de coalición formado por el firme M5S, el turbulento PD y la siempre incómoda Italia Viva, no se puede evitar pensar que el resultado de la votación será acogido como un significativo apoyo al gobierno.

En Italia los referéndums constitucionales no requieren quórum, por lo que la votación se mantendrá independientemente del número de participantes

Cabe recordar que en Italia los referéndums constitucionales no requieren quórum, por lo que la votación se mantendrá independientemente del número de participantes. Si bien, la participación política es alta en el país y la votación del referéndum coincide con la de varias elecciones significativas en las principales regiones del país, un resultado bajo, así sea por el “Sí”, deslegitimaría el resultado y dificultaría su implementación.

Considerando que la mayoría de las personas no sabe quiénes son sus representantes, se cree que su votación será más un llamado a la transparencia y la responsabilidad de los representantes ya electos.

Así las cosas, si bien este referéndum puede no parecer tan importante en su esencia, sentará un precedente para la participación política que mantiene a las democracias vibrantes y vitales. Finalmente, este será el cuarto referéndum constitucional que se ha convocado en Italia y, si se aprueba, solo sería la segunda vez que la Carta sea enmendada con la aprobación popular.

Cambiar la Constitución de cualquier país, sin importar cuán antigua, poderosa o disfuncional sea, no deja de ser un gran reto. En un momento en que Italia se encuentra en la cúspide de importantes reformas económicas, un movimiento hacia una reforma política de cualquier magnitud es digno de mención.

Eso, por supuesto, es lo mejor de la democracia: se puede ser de derecha o de izquierda, populista o elitista, erudito o torpe, pero aun así se puede moldear el rumbo de una nación. Entonces, aunque puede que no sea la noticia más importante del año, es un referéndum que, sea cual sea su resultado, tendrá consecuencias trascendentales en la política italiana y, por ende, en la europea.