Por: Pablo Uribe Ruan*
Análisis El Nuevo Siglo
Su nombre, durante muchos años, fue un mito que recorrió cada uno de los rincones de México. Hasta que lo capturaron en un pequeño aeropuerto cerca de El Paso, Texas, este 28 de julio, luego de cuatro décadas sin que las autoridades conocieran su paradero. El mito se derrumbó: Ismael “El Mayo” Zambada era mortal y estaba siendo traslado a una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos.
El fundador del Cartel de Sinaloa, que llegó a ser el máximo socio de Joaquín “El Chapo” Guzmán, hoy está recluido en una cárcel norteamericana, luego de que las autoridades de Estados Unidos lo capturaran en la frontera con México, en una operación que tuvo como base la información suministrada por Guzmán sobre Zambada a cambio de beneficios legales, según la prensa mexicana.
La captura de alias “El Mayo”, de 76 años, además de ser catalogada como una de las más importantes de la historia, por tratarse de un narcotraficante que dirigía una gigante organización de crimen organizado y del que no había rastro desde hace 40 años, ha puesto en evidencia un organismo policial de Estados Unidos poco conocido en América Latina, que ha estado detrás de la captura de Guzmán, unos de sus hijos y otros criminales en la región, y que -vale la aclaración- no es la DEA (Drug Enforcement Administration, en inglés).
HSI
El Homeland Security Investigations (HSI, en inglés), en español la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional, ha estado detrás de las capturas de los principales narcotraficantes en México y América Latina en la últimas dos décadas. A pesar de ello, pocos hablan de este organismo y se sigue creyendo que la DEA es la principal oficina de Estados Unidos encargada de enfrentar el narcotráfico. “Netflix”, la política y la narrativa se han encargado de ello, pero esta idea no puede estar más lejos de la realidad.
Creada en el marco del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, el HSI, según su página de internet, tiene como objetivo la responsabilidad no sólo de lucha antiterrorista, sino de un conjunto más amplio de misiones relacionadas con la seguridad interior, como la seguridad de las fronteras, la seguridad del transporte, la respuesta ante catástrofes y la protección de infraestructuras críticas.
El HSI, además, “tiene la mayor presencia internacional de las fuerzas del orden estadounidenses, con oficinas en más de 50 países, y su mayor avanzada internacional en México” y, aunque cuenta con menos agentes que el FBI, tiene 7.000 agentes desplegados en todos el mundo, siendo la segunda con más hombres de todas las organizaciones encargadas de la seguridad internacional en Estados Unidos.
Parte importante de las operaciones antinarcóticos en América Latina son lideradas por el HSI, de ahí que esta organización esté trabajando con la Policía Nacional de Colombia y otras entidades en la captura de una red dedicada al tráfico sexual que explota niñas menores de edad en Colombia.
Prioridades
En la última década, durante los gobiernos de Donald Trump (2016-2020) y Joe Biden (2020-24), el HSI se ha enfocado en dos temas primordiales, tanto para republicanos como demócratas, que son el fentanilo y la migración ilegal, problemas que se originan, principalmente, en América Latina.
La captura de alias “El Mayo” Zambada ha sido el resultado de la expansión, desde el 2020, del HSI en México. En ese año, el gobierno de Donald Trump decidió detener sorpresivamente a Salvador Cienfuegos, exministro de Defensa de México, presuntamente por vínculos con el narcotráfico. Conocida la noticia, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) revocó la inmunidad diplomática para los agentes extranjeros de la DEA y ralentizó las solicitudes de visado para los nuevos agentes. Cienfuegos, finalmente, fue liberado y volvió a su país, pero la relación con la DEA empeoró y la agencia dejó de tener un trato prioritario para cooperar con las agencias mexicanas en materia de narcotráfico.
La crisis con la DEA no significó, sin embargo, el fin de la relación entre México y Estados Unidos para combatir las economías ilegales. En su reemplazo, el HSI, por el contrario, profundizó los lazos con funcionarios mexicanos, demostrando una cooperación positiva durante los gobiernos de Joe Biden y López Obrador.
“El HSI fortaleció sus relaciones compartiendo información de inteligencia sobre delincuentes importantes para las autoridades mexicanas, incluso cuando eran de interés limitado para Estados Unidos, dijeron funcionarios mexicanos”, cuenta The Wall Street Jorunal, en el artículo, “The Little-Known U.S. Agency Behind the String of Coups Against Mexico’s Drug Lords”, publicado el 14 de agosto online.
En el mismo artículo, el exdirector adjunto de delincuencia organizada del HSI, Oscar Hagelsieb, revela que la HSI es “una agencia menos conocida pero más poderosa” que la DEA, en parte porque tiene más funciones que cumplir.
Una de estas funciones viene siendo la captura de los máximos líderes de las organizaciones criminales de México dedicadas hoy a la producción y comercialización de fentanilo, un potente opioide que ha causado más de 270,000 muertes en Estados Unidos y, según los candidatos Donald Trump y Kamala Harris, hoy no sólo representa uno de los mayores desafíos del país, sino el más.
El HSI, además de la captura de alias “El Mayo” Zambada, también ha detenido a Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, uno de los hermanos de alias “El Chapo”, que lideraba el negocio del fentanilo. Con el arresto de ambos, las redes que llenan Estados Unidos de este adictivo opioide pierden sus máximos líderes.
Así mismo, las autoridades mexicanas en alianzas con el HSI han capturado a Ofelia Hernández, alias “Doña Lupe”, una de las principales criminales dedicadas a la trata de personas, quien lideraba una gigantes red que cobraba para transportar migrantes que procedían de países como Egipto, India o Venezuela para entrar a Estados Unidos.
Una organización mucho más poderosa que la DEA está desarticulando a los líderes del crimen organizado de México y ha probado que, después de 40 años, “El Mayo” Zambada existe, tiene 76 años y hoy es un convicto en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos, que abre todo un abanico de posibilidades para conocer las entrañas del crimen organizado en este país.
* Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.