La difícil convivencia con la mafia calabresa de Italia | El Nuevo Siglo
EL fiscal Nicola Gratteri es el responsable de los procesos contra la poderosa mafia 'Ndrangheta y es visto como la última esperanza para dar a la región de Calabria la seguridad y paz que no conocen
Foto AFP
Sábado, 1 de Enero de 2022
Agence France Presse

MILES de personas salieron hace dos años, en plena Navidad, a las calles de Vibo Valentia, en Calabria, en el sur de Italia, para celebrar la detención de cientos de presuntos miembros de la mafia. Era la primera vez que ocurría.

Para una población que ha vivido por décadas a la sombra de la 'Ndrangheta, la temida mafia calabresa, fue un momento clave, ya que con ese gesto se atrevieron a enfrentar a la organización criminal más poderosa del país, infiltrada en las instituciones de esa región y que ha sofocado su economía y aterrorizado a la población.

A diferencia de otras ocasiones, cuando los familiares de los detenidos por pertenecer a la 'Ndrangheta ocupaban las comisarías para intimidar a las autoridades, esta vez los aplausos resonaban en honor de la policía. 

"Los aplausos eran incesantes, aún me da escalofrío", recuerda Giuseppe Borrello, representante local de la asociación antimafia Libera. 

"Desde el punto de vista simbólico, fue algo importante", reconoce. 

Dos años después, quedan muchas cosas aún pendientes. Las 355 personas detenidas entonces han sido acusadas de una larga lista de delitos, que van desde la extorsión y usura hasta el blanqueo de capitales y asesinato, y están siendo sometidas a un mega juicio. 

Sin embargo, un tiroteo el mes pasado reavivó los temores después del periodo de calma relativa tras las detenciones en esa ciudad de 31.000 almas. 

Entre el miedo y la confianza

Filippo La Scala, propietario de un restaurante, contó que recibió a finales del 2017 dos llamadas telefónicas anónimas, en las que le ordenaban que entregara dinero "a los amigos de Vibo".

Un cóctel molotov lanzado contra la terraza del restaurante, terminó por convencerlo de ir a la policía a denunciar el caso.

"Fue un momento difícil", confesó La Scala. "Son cosas que te estresan mucho". 

Hoy en día es parte civil en el juicio y asegura que "confía mucho" en las autoridades que enfrentan a la 'Ndrangheta después de décadas de inercia y corrupción. 

El jefe del cuerpo de carabineros de la región de Vibo, el coronel Bruno Capece, es consciente de que aún queda mucho por hacer. 

"Antes, casi todas las noches, recibíamos llamadas para indicar autos quemados, disparos contra puertas y vitrinas", cuenta el oficial. 

El último asesinato registrado en Vibo se remonta a abril del 2020 y su autor fue rápidamente detenido. 

La policía resolvió también en sólo 48 horas diez intentos de asesinato después de las detenciones de diciembre de 2019. 

La estrecha colaboración entre la policía y los fiscales es una demostración concreta para la población de la presencia del Estado en todo el territorio, ya que los habitantes estaban acostumbrados a que las denuncias caían en el olvido y los juicios se prolongaban por años o terminaban en absoluciones gracias a la connivencia entre la mafia y el poder, explicó Capece.

"Aquí reinaban los clanes de la mafia hasta hace unos años porque la respuesta del Estado era prácticamente inexistente", sostiene el fiscal general de Vibo, Camillo Falvo. 

Para el magistrado, la confianza en las autoridades se gana con los resultados y la debilidad del Estado ha jugado a favor de la 'Ndrangheta. 

"Si presentas una denuncia y no ocurre nada, la segunda vez va a donde el jefe de la mafia y le dice 'oiga este tipo me debe dinero'", resume.

Colapso total

Vibo Valentia, sede de la antigua colonia griega de Hipponion, todavía tiene un castillo del siglo XII sobre una colina donde pastan cabras, un lugar espectacular de donde se puede admirar el volcán de la isla de Stromboli. 

Pero si se desciende a la ciudad, marcada por fachadas de tiendas abandonadas y estructuras horribles de hormigón a medio terminar, no merece la pena visitarla.

Alrededor del 47% de los jóvenes de la provincia están desempleados, la quinta tasa más alta de Italia. 

"Vibo es un pueblo triste y arruinado, donde la gente se vuelve fea y no tiene ánimo para dar lo mejor de sí mismo", sostiene el bloguero Argentino Serraino, de 25 años, al describir su ciudad de nacimiento.

Décadas de interferencia de la 'Ndrangheta han contribuido al declive económico de Vibo. 

La malversación de fondos públicos, el cierre de empresas que no quieren pagar por la protección de la mafia y la falta de oportunidades frente a las licitaciones públicas manipuladas, han contribuido al declive de Vibo.

El fenómeno se repite en toda Calabria. 



"Arruinaron mi vida"

No todos los residentes de Vibo están convencidos de que el Estado los puede proteger. En el maxi-juicio de Vibo, un comerciante figura tanto como víctima como cómplice de la 'Ndrangheta, y pertenece a una cierta zona gris indefinida

"Arruinaron mi vida", asegura Rocco Tavella al referirse al sistema de justicia que lo encarceló cinco días tras la redada del 2019. 

Tavella, que según los fiscales fue presionado para vender ropa por debajo del costo a miembros de la mafia, niega haber sido intermediario en un caso de préstamo de dinero en 2011, como sostiene uno de los informantes que se convirtió en testigo en el juicio. 

"Quiero ver cuánta gente será absuelta", lanza con tono escéptico.

Una mujer, Paola, que no quiso dar su apellido, asegura que muchos en Vibo están paranoicos, debido a los estrechos vínculos familiares y sociales con los acusados. 

"No se puede detener a alguien sólo porque ha escuchado algo o ha visto a alguien", dice, acusando a los fiscales de exceso de celo al no limitar los arrestos por mafia a los grandes jefes. 

Una guerra sin recursos

La lucha contra la 'Ndrangheta se complica aún más por la falta de recursos, según el fiscal Falvo. 

Son pocos los fiscales con experiencia que desean trabajar en la región, por lo que los juicios están a cargo de jóvenes magistrados. 

"¿Cómo podemos librar una guerra contra la mafia con nuestras propias manos?", se pregunta. 

La violencia además no se ha detenido en Vibo. El mes pasado, la policía sospecha que el hijo de un reconocido jefe de la mafia disparó contra uno de los involucrados en el juicio. 

Las imágenes del video de seguridad mostraban autos pasando al lado del hombre herido, y nadie, ni siquiera la víctima, se presentó para denunciar el ataque. 

"Es como si hubiéramos retrocedido tres años, como si todo nuestro trabajo se hubiera esfumado", lamenta el coronel Capece. 

El dueño del restaurante La Scala confesó que cuando lo amenazaron, se preguntó si no había llegado la hora de irse para siempre de Vibo.

"Calabria es un lugar hermoso y Vibo es el más hermoso de todos ... pero si no estuviera corroído por ese cáncer que es la 'Ndrangheta", asegura.

 

Fiscal antimafia

Una vez a la semana, el célebre fiscal antimafia italiano Nicola Gratteri, recibe a las víctimas de la mafia en su oficina para escuchar sus quejas, una labor clave para la lucha contra la poderosa organización criminal con tentáculos en medio mundo.

En Calabria, la región del sur de la península que se encuentra en la punta de la bota, cuna de la temida mafia 'Ndrangheta, responsable del lucrativo comercio internacional de drogas, la población local debe enfrentar a diario amenazas, intimidación, extorsión, usura y asesinatos.  

En las oficinas de la fiscalía de Catanzaro, las personas suelen ser recibidas diez minutos por Gratteri.

Se trata de calabreses que hasta hace poco consideraban que el Estado central estaba "muy distante" de sus problemas, explicó el fiscal en una entrevista con la AFP. 

"Son personas que han sufrido intimidaciones, sometidas a humillaciones y amenazas, que vienen a hablar conmigo", cuenta el fiscal, quien vive bajo protección policial desde hace más de 30 años. 

"Lloran, están desesperadas (...) se animan a hablar con el fiscal porque sienten que estamos trabajando en serio", recalca.

Desde que fue nombrado en 2016 en la fiscalía de Catanzaro como responsable de los procesos contra la mafia de tres cuartas partes de la región, Gratteri es visto por algunos como la última esperanza para esa región desfavorecida, pero también como un hombre con demasiado celo que cultiva las relaciones con los medios de comunicación.

Su objetivo es en realidad el de ganarse la confianza de la población con la condena de los miembros de la 'Ndrangheta. 

Ejemplo de ese compromiso es el "maxi-juicio" que se celebra en la vecina localidad de Lamezia Terme, el mayor proceso contra la mafia desde finales de los años ochenta.