La Unión Europea califica elecciones en Bielorrusia como una “farsa” | El Nuevo Siglo
ALEXANDER LUKASHENKO ganó las elecciones, que fueron calificadas de “farsa” por la UE y la oposición, en Bielorrusia./AFP
Domingo, 26 de Enero de 2025
Redacción internacional con AFP y Europa Press

La Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, calificó de “farsa” las elecciones presidenciales que se celebraron ayer en Bielorrusia, criticando la falta de legitimidad democrática del actual presidente, Alexander Lukashenko, a quien los sondeos otorgan una victoria holgada sobre sus cuatro oponentes.

Kallas denunció que “Lukashenko se haya aferrado al poder durante 30 años” y lamentó que, muy previsiblemente, “se autoproclamará (presidente) nuevamente en otra farsa electoral”.

“Esto constituye una flagrante afrenta a la democracia”, ha apostillado la líder de la diplomacia europea en una publicación en su cuenta en la red social X en la que se ha mostrado tajante al zanjar que “Lukashenko no tiene ninguna legitimidad”.

 

El pasado sábado, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, se pronunció exactamente en los mismos términos.

“Las elecciones en Bielorrusia son una farsa. Mi mensaje al pueblo de Bielorrusia es: manteneos fuertes, os respaldamos, el tiempo de la dictadura terminará. La democracia prevalecerá”, aseveró.

Según un sondeo oficial a boca de urna, en unas elecciones sin oposición, dieron la victoria al autócrata que gobierna con mano de hierro. desde 1994, Alexander Lukashenko, con el 87,6% de los votos.

Durante su mandato que ahora termina, el líder de 70 años sofocó por completo cualquier tipo de disidencia tras las protestas de 2020. La oposición en el exilio calificó las elecciones de “farsa”.

La de ayer fue la primera elección presidencial desde 2020, cuando Lukashenko reprimió las grandes protestas contra él tras una elección que los opositores y los países occidentales consideraban fraudulenta.

En febrero de 2022 se permitió a Rusia utilizar su territorio para lanzar la invasión a Ucrania.

“Tenemos una democracia brutal en Bielorrusia”, dijo Lukashenko a la prensa tras votar.

“No presionamos a nadie y no silenciamos a nadie”, agregó, señalando que los presos encarcelados podían pedir ser perdonados pero “si tú no lo pides, quiere decir que estás bien. Tienes que pedirlo”.

Los principales adversarios políticos del gobernante están actualmente encarcelados o exiliados.

La líder de la oposición exiliada en Polonia, Svetlana Tijanóvskaya, tachó la elección de “farsa” y calificó a Lukashenko de “criminal que se hizo con el pode”.

Lukashenko, de quien algunos sospechan que quiere delegar el poder a unos de sus tres hijos, desmintió el rumor. Su hijo más joven, Nikolai, “ni en su peor pesadilla soñaría” en convertirse en presidente y “ninguno de mis hijos podría”, aseguró a la prensa.

Los candidatos en la votación del domingo fueron escogidos para darle a los comicios un aire de democracia, y pocos saben quiénes son.

“No todo es perfecto”

En Minsk, Nadejda Gujalovskaia, una jubilada de 74 años, que se presenta como “patriota”, dijo que votaba “por primera vez en 20 años”.

Como muchos electores, ante la ausencia de otras alternativas, votaron por Lukashenko. “No quiero un Maidán”, explicó, en alusión a la revolución prodemocracia de 2014 en la capital de Ucrania.

“Tal vez no todo sea perfecto, que no seamos una democracia”, dijo, una cuestión tabú en un contexto muy represivo en el país contra las voces críticas.

El viernes, en un discurso a sus seguidores, Lukashenko calificó lo que ocurrió en 2020 “como una vacuna” para no que vuelva a suceder.

“Todos nuestros opositores y enemigos deben entenderlo: no tengan esperanza, nunca se repetirá lo que tuvimos en 2020”, declaró en un estadio de la capital Minsk.

En aquellas protestas, decenas de millas de personas salieron a la calle para denunciar unas elecciones amañadas.

Con el apoyo de su aliado, el presidente ruso Vladimir Putin, consiguió mantenerse en el poder mediante arrestos, violencia y duras penas de prisión contra opositores, periodistas, cooperantes o simplemente manifestantes.

Según la ONU, más de 300.000 bielorrusos, de una población de nueve millones, han huido por razones políticas, principalmente a Polonia.

Frente a esta represión, los países occidentales han impuesto una serie de sanciones a Bielorrusia, lo que ha llevado a Lukashenko a acelerar su acercamiento al Kremlin y abandonar su estrategia de equilibrio entre Moscú y Occidente.