Las tierras raras de Ucrania, ‘arma’ de guerra y paz | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE DE Ucrania, Volodimir Zelenski, se prepara para una posible negociación de paz con Rusia, a la que se llegaría con la mediación del mandatario estadounidense, Donald Trump./Archivo AFP
Miércoles, 5 de Febrero de 2025
Redacción internacional con AFP y Europa Press

SON CLAVES para la economía del futuro, en particular para las grandes tecnologías de la transición energética y la explotación de sus probadas reservas se convierten hoy en un arma tanto para la guerra como la paz. Se trata de las llamadas ‘tierras raras’ que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski abriría a la inversión estadounidense a cambio de la ayuda militar que necesita para fortalecerse de cara a una eventual negociación que acabe el conflicto con Rusia.

En la antesala de cumplirse tres años de la ‘ofensiva militar especial’ ordenada por Putin a su vecino (24 de febrero), el presidente estadounidense, Donald Trump, que desde su campaña había anunciado que frenaría la millonaria ayuda que el gobierno demócrata de Joe Biden entregó recurrentemente a Kiev, dijo a comienzos de semana que buscará negociar un acuerdo con Ucrania para que ofrezca “garantías sobre sus tierras raras y otras cosas, a cambio de lo que les damos”.

"Estamos buscando llegar a un acuerdo con Ucrania, donde ellos aseguren lo que les estamos dando con sus 'tierras raras' (...) Estamos poniendo cientos de miles de millones de dólares. Tienen 'tierras raras' excelentes. Quiero su seguridad y ellos están dispuestos a darla", afirmó Trump.

La propuesta no fue descabellada ni fuera de lugar. Prueba de ello que, a las pocas horas, el presidente Zelenski dijo estar dispuesto a recibir “inversiones de empresas estadounidenses" para los yacimientos de estos minerales que contienen no menos de 17 materias primas claves imprescindibles para varias industrias, desde las pantallas de televisión y catalizadores de los motores de combustión hasta una estación eólica o instrumentos de aviones de combate.

Ucrania necesita, y con urgencia, la ayuda que en equipos y tecnología ha entregado desde hace tres años Estados Unidos para mantenerse en esta guerra estancada, cuya resolución se dará en una negociación que el propio Trump busca impulsar, al igual que lo ha hecho con el conflicto Israel-Hamás, por ser prioridades en su agenda exterior.

"Quiero que las empresas estadounidenses (...) desarrollen ese sector aquí. Estamos abiertos a que eso pueda ser desarrollado con los socios que nos ayudan a proteger nuestro territorio ", respondió el martes Zelenski para, a renglón seguido advertir que “una parte de estos recursos minerales" está en zona ocupada. Rusia controla el 20% del territorio ucraniano.

Si esos minerales estuvieran bajo control ruso, países como "Irán y Corea del Norte" podrían acceder a ellos, añadió.

De esta forma, utiliza esas “tierras raras” como “arma” tanto para la guerra como para la paz, porque mientras las ofrece como ‘canje’ para la ayuda militar que urge, también la convierte en el instrumento para forzar una negociación, en la conocida estrategia de “la paz a través de la fuerza”, es decir, un diálogo en igualdad de condiciones.

O como destacó el embajador ucraniano en España, Serhii Pohoreltsev. “lo más importante es que coincide la visión de la parte ucraniana y la parte estadounidense en cómo podemos conseguir la paz, y no es a través del apaciguamiento del enemigo. Tenemos que ser fuertes para poder celebrar las negociaciones de paz y acumular todos los esfuerzos para conseguir unas negociaciones verdaderas”, sostuvo a la agencia Europa Press.

En un plan de paz revelado en octubre pasado, Volodimir Zelenski propuso, sin mencionar específicamente las tierras raras, un "acuerdo especial" con los socios de su país, garantizando una "protección común" y la "explotación común de los recursos estratégicos" de su país, ofreciendo como ejemplos “el uranio, el titanio, el litio, el grafito y otros de gran valor".

Por su parte el canciller ucraniano, Andri Sibiga, reafirmó que en el mencionado plan hay una cláusula sobre esas riquezas naturales y que se trata de "una garantía" tanto del "gran interés" de Ucrania como de sus aliados más cercanos, incluido Estados Unidos, de "desarrollar y proteger estos yacimientos".

El citado plan de Zelenski está "lleno de acciones, proyectos y soluciones concretas", explicó este miércoles en una rueda de prensa conjunta con su par de Reino Unido, David Lemmy.

"Es necesario fortalecer nuestra capacidad defensiva a través de medidas y decisiones concretas para acelerar el suministro de equipos y estabilizar la situación en el frente", reiteró el canciller, al tiempo que destacó la necesidad de conservarlos, ya que como lo dijo el presidente, sus yacimientos están en los territorios hoy ocupados por las fuerzas rusas.

Metales imprescindibles

Las tierras raras están compuestas de 17 materias primas como el disprosio, el neodimio o el cerio, descubiertos a finales del siglo XVIII en Suecia.

Aunque sus propiedades son distintas, estos elementos se agruparon bajo un solo nombre porque suelen estar presentes en el mismo suelo.

Una vez se recupera el material de la tierra, se debe someter a un tratamiento de "separación" de los distintos minerales mediante operaciones químicas que a veces implican ácidos.

Su rareza se debe a la cantidad de componentes útiles para cientos de aparatos que usamos en el diario vivir, más no a que sean escasos. Por el contrario, son abundantes en el planeta.

En un balance de 2024, el Servicio Geológico de Estados Unidos calculaba que había más de 110 millones de toneladas en el mundo. Más de un tercio de estas reservas están en China, con 44 millones de toneladas. Los siguen Vietnam (22), Brasil (21), Rusia (10) e India (7).

"Cuanto más aumenta la demanda por estas materias primas, la gente más las busca y más las encuentra. El problema está más en la relación entre el coste de extracción y el precio del mercado", analiza John Seaman, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).

La demanda seguirá aumentando. Para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, la Unión Europea, por ejemplo, necesitará 26 veces más tierras raras de las que usa en la actualidad, calculó la Universidad KU Leuven para la asociación europea de productores de metales Eurometaux.

Cada uno de estos minerales tiene su propia utilidad para la industria: el europio para las pantallas de televisión, el cerio para el pulido de vidrio o el lantano para los catalizadores de los motores de combustión.

Pero también pueden encontrarse tierras raras en un dron, una estación eólica, un disco duro, el motor de un coche eléctrico, la lente de un telescopio o en un avión de combate.

"Algunos de estos elementos son más o menos irremplazables o tienen costos elevados", apunta Seaman.

Y es que sus propiedades son a veces únicas. Por ejemplo, las cualidades del neodimio y el disprosio los hacen idóneos para fabricar los imanes permanentes de las turbinas eólicas en el mar. Una vez instalados, estos imanes necesitan poco mantenimiento y ofrecen un alto rendimiento que facilita el funcionamiento de estas centrales.

China, primero

El gigante asiático dispone de una amplia riqueza de base, pero su dominio es "la culminación de una política industrial a largo plazo" y "la ventaja obtenida por un retraso en la regulación de las industrias extractivas", afirma Jane Nakano, investigadora en Washington del Centro Internacional de Estudios Estratégicos (CSIS).

A base de años de inversión pública masiva, Pekín ha mantenido una amplia red de refinado de estos materiales, lo que ha llevado a muchos países productores a exportar allí sus minerales.

Además, China dispone de más patentes vinculadas con las tierras raras que el resto del planeta unido, señala Nakano. Este dominio se ha conseguido una costa de un alto perjuicio ambiental.

Las tensiones entre China y Occidente, ya sean por motivos comerciales o geopolíticos, son abundantes. Esto hace que en Bruselas y Washington se vean como una necesidad urgente de diversificar su suministro de tierras raras.

Su inquietud se basa en precedentes históricos: un conflicto territorial llevó a China a cortar su aprovisionamiento de tierras raras a Japón en 2010.

Desde entonces, el archipiélago asiático diversificó sus proveedores, cerrando un acuerdo con la empresa australiana Lynas y desarrollando su propia filial de reciclaje.

En Estados Unidos se produjo otra alerta en mayo de 2019. En plena guerra comercial con Washington, el presidente chino, Xi Jinping, visitó una fábrica de tratamiento de tierras raras y dejó caer la amenaza de bloquear la exportación de estos materiales.

Es por declaraciones como ésta que Trump, en su segundo mandato, pone la mira en esa riqueza sepultada en Ucrania. Y aunque se desconoce la estrategia del presidente estadounidense para llegar a un acuerdo, como experto negociador que es buscará que las ‘tierras raras’ sean abono para la paz.