Según un experto, Venezuela tiene uno de los arsenales de este tipo más modernos de A. Latina, como los que probó la semana pasada en la isla de Orchila
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Si bien ya las autoridades colombianas y la ciudadanía en general están acostumbradas a las reiteradas ‘descargas’ discursivas del régimen chavista venezolano en torno a que tiene el suficiente poderío bélico no solo para repeler una supuesta invasión militar extranjera sino, incluso, para atacar y avanzar sobre territorio de nuestro país, siempre es mejor estar alerta.
Por ejemplo, la semana pasada el presidente Nicolás Maduro indicó que su Fuerza Armada realizó pruebas de misiles en La Orchila, isla al norte de Venezuela, como parte de los ejercicios militares "Escudo Bolivariano", una “estrategia de despliegue militar” permanente en las fronteras terrestres, marítimas y aéreas reforzada después de que el gobierno Trump ordenara una megaoperación militar en el Caribe para frenar el narcotráfico -la mayoría proveniente de Venezuela-, casi en forma paralela a la orden de captura contra la cúpula de la dictadura emitida por la justicia estadounidense por narcoterrorismo, incluyendo recompensas de 10 millones de dólares en adelante. A ello se vino a sumar en los últimos días el supuesto complot fallido para una intentona de golpe de estado contra el gobierno chavista...
Es más, Maduro insinuó que las pruebas con misiles se hacían en prevención a que las fuerzas norteamericanas se atrevieran a interceptar los cargueros petroleros iraníes que empezaron a llegar este fin de semana a Venezuela. La oposición, en cabeza de Juan Guaidó, sostiene que, en realidad, hay de por medio negocios ocultos de oro entre Miraflores y Teherán…
¿Qué tiene?
Más allá de todo ese rifirrafe, varios sectores colombianos han mostrado su inquietud sobre la capacidad de los misiles de que habló Maduro y si representan algún peligro para la seguridad nacional de Colombia.
EL NUEVO SIGLO consultó con expertos en la materia, quienes confirmaron que el régimen de Venezuela posee modernas defensas antiaéreas de corto, mediano y largo alcance, arsenal bajo control del llamado Comando de Defensa Aeroespacial Integral (Codai).
Para el consultor en Seguridad y Defensa Nacional, coronel de la Reserva Activa del Ejército colombiano, Jhon Marulanda, “Venezuela cuenta, sin lugar a dudas, con el mejor sistema antiaéreo de defensa en América Latina, integrado por tres clases de misiles interconectados de corto, mediano y largo alcance”.
Explicó que desde el siglo pasado Venezuela viene adquiriendo moderno material de guerra, especialmente, antiaéreo. Inició con la adquisición del RBS 70, misil sueco. Esta arma ha sido actualizada y mejorada con un alcance de 5.000 a 6.000 metros y un techo de 3.000 metros
Venezuela también adquirió el S-125 Neva Pechora, de fabricación rusa, que tiene un peso de 953 kilogramos, una longitud de 5.88 metros, un diámetro de 375 milímetros y un alcance efectivo entre 300 metros y 15 mil metros, con un techo de vuelo de 18.000 metros y una velocidad Mach 3 y 3.5.
Según Marulanda, “el S-125 se dispara desde rampas de lanzamiento que normalmente son fijas, pero pueden ser reubicados y transportados en camiones modificados Zil-131 o Zil-157”.
“Los sistemas del Pechora moderno están dotados ahora de misiles más potentes y eficaces y cuentan con radioespoleta y ojiva de ataque perfeccionadas, llegando a ser más precisos en los procesos de guiado de misiles tierra-aire y cuenta con mejores características del grupo propulsor”.
Los primeros Pechora arribaron a la Venezuela en 2011 y varios fueron instalados en una base en las inmediaciones del aeropuerto internacional “Josefa Camejo”, cerca del principal complejo de refinación de petróleo en la península de Paraguaná, en el Estado de Falcón, en el norte del país.
Pero no son los únicos. Según Marulanda, el régimen también viene modernizando sus misiles rusos Buk-M2E con capacidades antitanque y antibuque desde 2013. Es un arma ampliamente conocida por su efectividad en la guerra de Osetia del Sur en el 2008 y en la guerra en el Donbass.
Este misil tiene un peso de 715 kilogramos, una longitud de 555 centímetros, un diámetro de 40 centímetros y un alcance efectivo de 42 kilómetros contra objetivos aerodinámicos, pero también de 20 kilómetros contra objetivos balísticos, de 25 kilómetros contra buques y de 15 kilómetros contra objetivos terrestres.
“Es un misil muy versátil, debido a su sistema de defensa antiaérea con misiles tierra aire. Fue diseñado para interceptar misiles de crucero, bombas inteligentes, aeronaves tripuladas, aeronaves no tripuladas o drones. Desarrolla una velocidad máxima de 1.230 metros por segundo y registra una precisión entre el 90 y 95 por ciento”, anotó. Agregó que son portátiles y se pueden adquirir en grandes cantidades, debido a su versatilidad y porque pueden ser operados por una o dos personas. Fuentes castrenses que pidieron no ser identificadas señalan que Venezuela tiene unos cinco mil misiles Buk-M2E.
El tercer misil ruso es el S-300 VM, que cuenta con un sistema de corto, medio y largo alcance, tipo "tierra-aire", para interceptar objetivos aéreos.
“Indudablemente se trata de un misil desarrollado para abatir o neutralizar blancos enemigos como aviones de combate, aviones de vigilancia, helicópteros militares o de ataque y misiles. Es transportable en camiones con ruedas y orugas, funciona en conjunto con varios camiones equipados con radares y estaciones de comando. Cuenta con la más alta tecnología y su rango de acción es de hasta 200 kilómetros”, insistió.
Según Marulanda, con la adquisición de S-300 VM Venezuela creó un sistema de defensa antiaérea escalonada, que además está integrado por cañones antiaéreos ZU-23, sistemas de misiles Buk- M2E y Pechora-2 M.
Por último, precisó que “el ejercicio con los disparos de los misiles Buk-M2E son prácticas normales por parte del Codai por cuanto tienen una vida útil y en caso que no sean utilizados, entonces pierden su efectividad o sencillamente no se pueden emplear”. Agregó que “es probable que estén empleando los misiles viejos o que su vida útil está por expirar y el Codai requiere reemplazarlos por misiles nuevos”, precisó.
Puntualizó Marulanda que “estos ejercicios no representan ninguna amenaza para Colombia, por cuanto se trata de armas exclusivamente defensivas y por ello no sería lógico que fueran empleados para blancos terrestres, cuando su razón de ser es otra”.