¿Maduro en posesión de López Obrador? | El Nuevo Siglo
Foto AFP.
Jueves, 15 de Noviembre de 2018
Redacción internacional

Por primera vez Donald Trump y Nicolás Maduro se encontrarían el 1 de diciembre en la posesión de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente de México. Antes de su intervención en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el Mandatario venezolano no logró hablar con su homólogo norteamericano, quien descartó cualquier acercamiento. Esta vez, sin embargo, por osmosis o interés, parece que se podrán encontrar.

Varios sectores en México han criticado la invitación hecha por el gobierno entrante a Maduro. Como la mayoría de presidentes de la región -salvo Nicaragua, Bolivia, Cuba y algunos países del Caribe- , Enrique Peña Nieto ha calificado al régimen venezolano de  “dictadura” y violador de derechos humanos.

Su canciller, Luis Videgaray, ha sido uno de los principales críticos del régimen de Maduro y de sus funcionarios en el marco del sistema interamericano, liderando largas sesiones en la Organización de Estados Americanos (OEA) para “tomar medidas diplomáticas”.

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Tono de AMLO

Es, por ahora, una incógnita la posición de López Obrador frente a Venezuela. Por su pasado en el PRD (partido de izquierda) y su coalición MORENA (que agrupa a varios sectores socialista y otros que no), algunos dicen que será un aliado de Caracas y que incluso comparten cierta afinidad ideológica.

Pero esta lectura parece prematura. AMLO sabe que tiene la oportunidad de revertir la mala hora de la izquierda latinoamericana, golpeada por numerosos escándalos en Brasil, Argentina y Ecuador y, sobre todo, carente de legitimidad política, pues su discurso de justicia social ha quedado en entredicho por la corrupción.

En un reciente artículo de El País de España, “Cómo reinventar la izquierda latinoamericana”, se plantea que el entrante Presidente pudiera ser quien reinterprete el socialismo con una visión menos dogmática y más abierta a nuevas narrativas, definidas por algunos como progresistas.

López, en ese sentido, dijo en la campaña presidencial que no tenía vínculos con Caracas y dejó claro que representaba otro tipo de política, sabiendo que electoral e internacionalmente el Socialismo del Siglo XXI  ha perdido fuerza.

Pero en el marco de ese discurso incluyente ha explicado que “vamos a mantener una política de amistad con todos los gobiernos del mundo”, meses después de haber dicho que “yo no estoy de acuerdo cuando se violan derechos humanos. Yo padecí de acoso, de persecución, me desaforaron por cuestiones políticas. Yo defiendo a los presos políticos. Deberían estar libres Leopoldo López y todos los presos políticos de Venezuela”.

Con el nombramiento de Marcelo Ebrard Casubó como canciller, un político del PRD, AMLO ha enviado el mensaje de que la política internacional mexicana será manejada por la izquierda, un distanciamiento de lo que se venía haciendo en los gobierno de Vicente Fox, Daniel Calderón y Enrique Peña Nieto.

Este nombramiento, y la invitación de Maduro, muestran que el Presidente tendrá un tono diferente frente a Caracas y, probablemente, será uno de los pocos que podría insistir en una transición democrática.

Hace poco, cuando le preguntaron sobre la oposición en Venezuela, dijo: “No caigan en la trampa de la violencia. A nosotros nos robaron la Presidencia de la República para imponer a Felipe Calderón, hay pruebas de lo que les estoy diciendo. No se rompió un vidrio nunca, no hemos llevado a la gente a la confrontación, a la violencia”.

La crisis en Venezuela se empeora a pasos de gigante y las pocas conversaciones entre oposición y gobierno están bloqueadas. Tras el fallido papel de José Luis Rodríguez Zapatero como negociador, AMLO parece uno de los posibles mediadores entre las partes. La invitación a Maduro y sus guiños a la oposición venezolana indican que es probable que sea así.

 

Críticas

En México, la invitación a Maduro cayó muy mal. “Que quemadota te has dado, @m_ebrard, invitando a criminales con manos llenas de sangre como @NicolasMaduro”, escribió en Twitter el expresidente Fox.

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en el exilio, de Venezuela, también le envió una carta a López Obrador solicitándole que eche para atrás la invitación a Maduro, porque “fue declarado culpable y condenado a 18 años y tres meses de prisión, por incurrir en delitos de corrupción propia y legitimación de capitales, en consecuencia (…) el señor Maduro Moros ha quedado formalmente destituido de su cargo de presidente de la República”.

Además de solicitar el retiro de la invitación, el TSJ advirtió que, como órgano constitucional y elegido formalmente, ha solicitado a la Interpol que “detenga a Nicolás Maduro al ingresar a cualquiera de los 192 países donde opera esta organización, incluyendo México”.

El gobierno entrante no se ha pronunciado sobre la misiva enviada el 1 de noviembre, aunque el canciller Ebrard comentó, que “México nunca ha rechazado a ningún país con representación diplomática”, justificando la invitación.

El lunes, una funcionaria del nuevo gabinete mexicano indicó que Donald Trump habría confirmado su asistencia a la posesión. Minutos después, el portavoz del Presidente electo, Jesús Ramírez Cuevas, desmintió dicha afirmación e informó que el vicepresidente Mike Pence era el único que oficialmente había garantizado su arribo a la capital azteca.

Se sabe, sin embargo, que Trump acortó su visita al G20 en Buenos Aires por compromisos los primeros días de diciembre, que -se rumora- sería la posesión de López Obrador, su vecino y dirigente de un país con el que tienen fuertes lazos comerciales, políticos y de seguridad.

Sin la confirmación oficial de Trump, se especula que finalmente el mandatario viajaría el 1 de diciembre a México y allí, muy probablemente, se vería con Nicolás Maduro,