Miles de manifestantes marcharon el jueves en Buenos Aires, contra "las políticas de ajuste" del gobierno de Mauricio Macri, a quien reclaman un cambio de rumbo económico en un año marcado por las elecciones presidenciales de octubre.

"El gobierno le pide préstamo al FMI pero nosotros nos cagamos de hambre", dijo a la AFP Julián Pérez de 19 años, que llegó desde La Plata (60 km al sur) para "reclamar puestos de trabajo" con sus compañeros de la cooperativa Aníbal Verón. Vive de un subsidio estatal de 5.000 pesos mensuales (116 dólares), menos que medio salario mínimo.

La protesta se enmarca en un clima social conflictivo, con un gobierno decidido a hacer los ajustes necesarios para lograr este año un déficit cero prometido al Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un auxilio financiero de 56.000 millones de dólares hasta 2020.

Sindicatos, trabajadores y organizaciones sociales se sumaron a la movilización convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central obrera, a la que varias organizaciones más combativas vienen reclamando una convocatoria al cuarto paro general contra Macri.

"Estamos complicados. No se puede pagar la luz, el gas. Antes la gente del barrio hacía changas (pequeños trabajos informales) de construcción, jardinería, pero ahora no hay más, porque la clase media se está cayendo. Este año se nota más porque los aumentos también les afecta a ellos", advierte Blanca Carmona, de 55 años, venida desde Lomas de Zamora (periferia sur) que marcha con la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Malestar

"Esta movilización es una expresión más del malestar que hay", declaró a la AFP el sindicalista Juan Carlos Schmid, dirigente del gremio del personal de Dragado y Balizamiento y líder de la Confederación del Transporte.

Según Schmid, "por este camino vamos al abismo. Tiene que cambiar la política económica. Hasta ahora ha habido una política de ajuste permanente".

"Vamos a ir en la misma dirección, lo más rápido posible", ratificó la semana pasada el presidente Macri sobre lo que hará si fuera reelecto, en una charla pública con el escritor peruano Mario Vargas Llosa.

Desde la ciudad de Gualeguay, a 250 km de Buenos Aires, Macri afirmó este jueves que está "con cada argentino, sé lo que está pasando, lo que cuesta llegar a fin de mes, pero estamos construyendo el país".

En tres años de gobierno, Macri no logró domar la inflación, que fue de 47,6% en 2018, la segunda mayor de América Latina y entre las 10 más altas del mundo y que acumuló 6,7% en el primer bimestre del año. El país registró una fuerte caída del consumo y un derrumbe de la industria que sufre una de las peores crisis de la última década al operar con la mitad de su capacidad instalada.

A eso se suma una incesante alza de costos y de tarifas de servicios públicos, con aumento del desempleo (9,1% en el último trismestre de 2018) y la pobreza, que el año pasado subió de 25,7% a 32%.

Frente al Congreso, unos jóvenes cuelgan una gran bandera donde se lee "Paro general ya". "Es la única manera de derrotar los planes de ajuste de Macri", dice Nazarena Luna, una activista de izquierda de 27 años al explicar por qué no se contenta con la marcha.

En Argentina hay "una combinación letal y perversa de tarifas impagables, mercado interno destruido producto de salarios que pierden día a día por la inflación, despidos masivos que sacan personas del mercado como sujetos consumidores, apertura indiscriminada de importaciones, tasas de interés desquiciadas y presión impositiva inviable", consideró la CAME, que representa a las pequeñas y medianas empresas.