Norte de Italia aislado y el país confinado | El Nuevo Siglo
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Domingo, 22 de Marzo de 2020
Claudia Bermúdez

 

SER el país más viejo del mundo después de Japón, es decir con el mayor número de adultos mayores que padecen diversas enfermedades y una de las naciones centro del turismo mundial pueden ser las razones por las cuales tanto la aparición como el rápido contagio del Covid-19 llevaron a Italia a convertirse en el foco europeo de la pandemia, con un elevado saldo de muertes, superando a China, donde se originó el coronavirus.

Cuando a comienzos de año el mundo conocía sobre un pequeño grupo de afectados por un extraño virus en Wuhan, China, era impensable que el mismo se convirtiera, en tan poco tiempo (menos de tres meses) en una pandemia que tiene en vilo al mundo y el mayor reto para la salud pública global.

Desde finales de enero y comienzos de febrero, residentes de Codoño, una ciudad de la región de Lombardía, en el norte de Italia, fueron hospitalizadas 10 personas por lo que en su momento se consideró una afección viral respiratoria grave. Sin embargo, con el pasar de los días los médicos notaron que la evolución de los pacientes no solo era diferente sino más grave, por lo que decidieron hacer un cerco epidemiológico.

Fue así como médicos, virólogos y científicos pudieron determinar que se trataba de un  coronavirus, el que posteriormente fue bautizado Covid-19, y que entre los hospitalizados estaba el llamado “Paciente 1”, del mismo, un ejecutivo italiano de la multinacional Univelever,quién también fue foco de contagio en una pequeña localidad de la provincia de Véneto, cuya capital es Ve necia.

En pocos días y sin encontrar el ‘Paciente 0’, que pudo ser desde un nacional que hubiese estado en China o uno de los miles de turistas chinos que a comienzos de año visitaron Italia, específicamente el norte del país donde se registró el primer deceso por Covid-19 en Europa.

Desde ese momento las autoridades italianas pusieron primero la lupa epidemiológica sobre Codoño y la pequeña localidad de Véneto, donde ante el crecimiento exponencial de contagios el Gobierno decidió aislar las tres regiones del norte del país que se convirtieron en foco del Covid-19: Lombardía (capital Milán) y sus vecinas Emilia Romaña (Bolonia) y Véneto (Venecia).

Fue el 7 de marzo que se ordenó confinamiento casi que inmediato de más de 11 millones de habitantes del norte del país, con ciertas excepciones a la movilidad. Y fue precisamente eso lo que permitió que decenas de personas decidieran desplazarse a otras regiones, entre ellas el sur, y por ellos los contagios que posteriormente se han registrado en varias provincias.

El blindaje que el gobierno italiano ordenó en el norte del país se fisuró con esos viajeros permitiéndose la propagación de los contagios y forzando a que una semana después se decretara el aislamiento social obligatorio en todo el país, Es decir, 60,4 millones de residentes en Italia confinados en sus casas, salvo los equipos médicos, fuerzas de seguridad y trabajadores esenciales de servicios públicos.

Pese a ello, los contagios se dispararon y con ello los fallecimientos, convirtiendo a Italia en el foco europeo de la pandemia: (hasta el viernes en la noche) 47.021 contagiados y 4.032 muertos, con una tasa de letalidad de alrededor de 8,5%, la más elevada del planeta.

Y, como era de suponerse, por ser el foco del virus, la región de Lombardìa sigue pagando el precio más alto de fallecimientos: 2.549 del total nacional. Le siguen sus regiones vecinas, Emilia Romaña (5.214 casos y 531 decesos) y Venecia (3.484 casos y 11 muertos).

La situación se ha tornado más dramática ya que con los hospitales desbordados, en dichas regiones se ha llegado a la dolorosa decisión de dar prioridad a los pacientes que tienen mayores posibilidades de supervivencia, lo que significa que la calidad de la atención desciende a pesar de que el sistema sanitario lombardo se considera eficaz.

Y lo peor de todo es que según investigadores y científicos, el “pico” de la `pandemia en Italia y específicamente en el norte del país, en las regiones antes mencionadas, no ha llegado. Se supone que será entre el 23 y 25 de este mes, lo que hace presagiar que la letalidad aumentará y podría darse una cifra mayor a la del viernes pasado cuando se informó de 627 muertes en solo 24 horas.

Sin embargo otros expertos, como el director del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Instituto Superior de Salud, Giovanni Rezza, señalan que "hablar del pico de la epidemia a nivel nacional no tiene sentido".

"Tenemos que ver de qué parte de Italia estamos hablando, porque en Lombardía estamos en una situación de incidencia máxima en las zonas de Brescia y de Bérgamo, mientras que lo peor ya pasó en la región de Lodi (primer foco de la epidemia en Italia)", explicó.

El virus no respeta sexo, edad o creencia. Y otro asunto que se registra en el norte de Italia es que varias de las víctimas han sido sacerdotes. Han muerto como sus fieles, sin misa ni rito fúnebre. A hoy se contabilizan 12 Bérgamo, cinco en Parma, al igual que en Milán y dos en Cremona.

l confinamiento obligatorio, decretado para todo el país el 11 de marzo hasta el 25 de seguro se prolongará y las autoridades deberán abocarse a la difícil tarea de convencer a los ciudadanos que es el único blindaje posible y eficaz para enfrentar el Covid-19.

Y aunque son muchos los que comienzan a impacientarse y desafiando el asilamiento forzado han vuelto a las calles, no habrá de otra. Hasta el momento más de 53 mil personas han sido multadas por salidas injustificadas y si reinciden pueden ser objeto de medida carcelaria por tres meses y multa de 206 euros.

En los medios y en las redes sociales el Gobierno reitera un mensaje muy simple: "io resto a casa" ("Yo me quedo en casa"). Este leitmotiv, que también es el nombre dado al decreto del 9 de marzo que instaura las restricciones a los desplazamientos, está prácticamente inscrito en todas partes.

Previendo que se deberá aplazar el aislamiento, lo que generará enorme descontento, el Gobierno estaría contemplando un decreto en que autorizaría al Ejército a tomarse las calles para cumplir las restricciones en los desplazamientos, según informó la prensa italiana.

Se habla de una cifra de 17.000 soldados, según el diario Il Corriere della Sera. Ello vendría a añadirse a los 7.000 soldados ya presentes en las calles italianas para garantizar las misiones de orden público.

En el actual escenario y aunque el aislamiento del norte del país es total para evitar que se expanda con mayor fuerza el virus, el confinamiento de toda Italia es inevitable porque como han coincidido en señalar científicos y autoridades sanitarias a nivel mundial “hoy solo tenemos la misma arma que se usó en siglo XIV contra la peste negra: evitar el contacto con los demás". De esta forma no solo los italianos, sino todos en el mundo deben tener paciencia y resistencia porque lo que está en juego es la vida y el futuro de la humanidad.