DESDE que comenzó la invasión militar rusa a Ucrania, el pasado 24 de febrero, de febrero, son varios los capítulos que ha tenido esa guerra, pero lo más preocupante es que el escenario tiende a complicarse, con movidas claves en el ajedrez geopolítico.

Esta semana Finlandia y Suecia solicitarán formalmente su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que representa un revés político para Moscú, pues el coqueteo de Ucrania a esta Alianza militar disuasiva fue, precisamente, el argumento esgrimido por el presidente ruso Vladimir Putin para justificar su ‘ofensiva especial’ en el país vecino. 

Las advertencias sobre “retaliaciones de todo tipo” -sin descartar la militar- que hizo el gobierno ruso no frenaron lo que la ciudadanía finlandesa y sueca ven como una necesidad para su seguridad nacional: hacer parte de esta gran alianza trasatlántica.

Para evidenciar de que no eran solo palabras, desde ayer Rusia suspendió la entrega de electricidad a Finlandia, según confirmó el operador RAO Nordic, filial del grupo estatal ruso InterRAO, con sede en Helsinki.

Para analizar los más hechos de la guerra y las decisiones políticas que la mueven, EL NUEVO SIGLO habló con la internacionalista de la Universidad de la Sabana, Luisa Lozano.  

EL NUEVO SIGLO: ¿En qué va hoy la guerra en Ucrania?

LUISA LOZANO: Describir el estado de la guerra en Ucrania hoy es complejo porque Rusia ha tenido altibajos. Comenzó la invasión intentando controlar Ucrania, deponer al gobierno y tomarse Kiev, pero fracasó en el intento por lo que ha comenzado a replegarse.  Hoy vemos que se está concentrando en el oriente y sur del país, así que se podría decir que hoy intentarán asegurar el control que ya tiene en la región del Dombás. Ahora, creo que hoy el gobierno ruso se está replanteando ese plan inicial de la toma de Kiev, pero no querrá retirarse con las manos vacías, por lo que posiblemente buscará asegurar una ruta terrestre hasta Crimea.

ENS: ¿Cree que Putin tenía previsto todo lo que se ha derivado de su acción inicial?

LL: Me atrevo a decir que el Kremlin no esperaba que esto saliera tal y como está sucediendo hoy en día, sobre todo con relación a dos temas: en una primera medida, creo que él esperaba una reacción menor por parte tanto de occidente como de Ucrania. Con Occidente creo que él esperaba, y ya lo había visto con la toma de Crimea en 2014, que hubo una serie de sanciones pero que no pasó mayor cosa a nivel internacional. Considero que veía que esto podía desarrollarse de la misma manera, comenzando por las dos regiones de Donetsk y Lugansk, con un Occidente más bien separado y debilitado, y un Estados Unidos con bastante incertidumbre a nivel internacional.

A este respecto hay que tener en cuenta que muchos analistas ya están hablando de un declive de la hegemonía estadounidense a nivel mundial, pero no veía a Occidente unificado y poderoso y quiso aprovechar ese escenario, con un antecedente de pocas sanciones y una Casa Blanca posiblemente en declive, para tomarse esta región.

Por otra parte, yo creo que Rusia no esperaba que los ciudadanos reaccionaran de la forma en la que lo están haciendo con el enorme insumo de armas e insumos militares por parte de la comunidad internacional. Y sobre todo, creo que no calculó la fuerza mediática que ha tenido el presidente Volodimir Zelenski​. El presidente ucraniano ha manejado muy bien su imagen y ha sido muy estratégico en cómo comunicar al mundo lo que está sucediendo a través de videos, declaraciones e imágenes. Ha usado una plataforma mediática muy fuerte que se convirtió en un arma poderosa en esta guerra. Conquistó la opinión internacional.

Finlandia y Suecia a la OTAN  

ENS: La presentación de la candidatura de ingreso a la OTAN por parte de Finlandia y Suecia, que se tiene prevista para hoy, ¿qué efecto tendrá en la forma en la que se está desarrollando este conflicto?

LL: Rusia ya hizo la advertencia directa a estos dos países de que, en caso de que inicien su proceso de ingreso a la OTAN, tomará medidas en represalia y fue claro al advertir que lo haría en el terreno militar, pues esto significaría una amenaza directa a su seguridad.

No obstante, podemos también prever que Vladimir Putin será más precavido ya que si bien Finlandia no pertenece a la OTAN, sí hace parte de la Unión Europea y como tal, hay un acuerdo de defensa colectiva que está en el Tratado de Lisboa que de alguna forma da una protección a estos países, independientemente de que hagan o no parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.  

Estos son países que a diferencia de Ucrania están en la Unión Europea, políticamente están más cerca de Europa y puede ser peligroso para el Kremlin emprender una acción militar en contra de Finlandia, por ejemplo. No creo que lo vaya a hacer de la misma forma en la que lo está haciendo con Ucrania ni con la misma libertad. Seguramente emitirá amenazas o realizará acciones que tengan que ver con el suministro de gas y electricidad, como la que se inició ayer.

ENS: Frente a la solicitud de ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, ¿cree que la invasión rusa a Ucrania fue contraproducente frente a sus propios intereses?  

LL: Creería que sí. Hay que tener en cuenta que en Finlandia la opinión popular ha cambiado muchísimo. Este país se había mantenido relativamente neutral y con buenas relaciones con su vecino ruso precisamente para evitar cualquier tipo de confrontación, y porque no quería seguir, a través de vincularse a la OTAN, replicando las narrativas oriente-occidente.

La intención siempre fue la de mantener una buena relación por la extensa frontera que comparte, que es de más de mil kilómetros. Sin embargo, con las acciones rusas contra Ucrania, la población finlandesa ha ido cambiando su forma de ver a Rusia y hoy hablamos de un 80% de finlandeses que apoyan la adhesión de su país a la OTAN.

Esto, de acuerdo con encuestas locales, se ha duplicado en los últimos meses. Sin duda Rusia está generando un efecto negativo y sus acciones resultaron contraproducentes porque tal vez, de no haber invadido Ucrania, hoy Finlandia no estaría considerando unirse a la Organización. Y Suecia, muy en línea con lo que haga Finlandia creo que se pronunciará de forma similar. 

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El tema energético  

ENS: Rusia cortó las exportaciones del gas natural a Polonia y a Bulgaria y hay un temor eventual de escasez. ¿Qué puede pasar a este respecto?

LL: Sin duda este es un tema que la Unión Europea viene pensando desde hace varios años: el de cómo evitar la dependencia a nivel energético y particularmente el suministro de gas por parte de Rusia. En este momento, con la amenaza tangible de la suspensión de los flujos de gas a Europa, es claro que el continente se enfrente a una posible crisis energética. Ahora bien, eso no significa que este sea el único proveedor de la Unión Europea.  

Hay otros proveedores, pero a otro precio. Eso generará un incremento en los costos pero será un costo que varios países en la UE están dispuestos a asumir. Ahora la pregunta es ¿qué tanto y quién aguantará más estos nuevos costos que se derivan de cambiar los proveedores de gas?

Esta es una oportunidad para la UE que, dicho sea de paso, está buscando en estos momentos un interconector de gas entre Grecia y Bulgaria para completar esa red europea que ya existe. Hay que esperar.

ENS: La inteligencia norteamericana dijo que Putin quiere expandir la guerra a una región separatista en Moldavia. ¿Cómo se debe asumir esta alerta?  

LL: Ese escenario sería muy delicado en la medida en la que extender el conflicto no solo sería una amenaza a la estabilidad de la región, sino a la estabilidad mundial. Extender esta guerra a más territorios significa poner en riesgo a más civiles.

Semanas antes del primer ataque militar Estados Unidos había advertido que tal cosa pasaría, así que en este caso hay que prestarle atención a esa alerta, pero sin entrar en especulaciones sobre futuros avances que aúnen un pánico generalizado.  

ENS: Estados Unidos previó que la guerra en Ucrania será larga, con riesgo de escalada. ¿Coincide?

LL: Sin duda. Creo que esto ha desafiado un poco lo que muchos académicos pensábamos sobre este conflicto. Pensábamos que este sería un ataque muy rápido de entrada, conquista y salida. Sin embargo, el conflicto se ha extendido y yo creo que esta se puede convertir en una guerra de desgaste, las que pueden terminar siendo muy largas.

Creo que Rusia está jugando con eso y podría estarlo logrando en ciertos territorios. Así que no veremos grandes golpes militares y grandes avanzadas, sino que estaremos viendo una guerra constante con pequeñas “victorias” diarias que van generando un desgaste en la contraparte