ESTABA descontado que el debate presidencial en Estados Unidos mostrara dos visiones opuestas de país, más no así que la candidata demócrata Kamala Harris no presentara un plan diferente al continuismo de Biden para reorientar una nación que, como aseguró el expresidente republicano, Donald Trump, “pasa por su peor momento y no podemos sacrificarlo por una visión equivocada”.

Durante 90 minutos, los dos aspirantes a ganar la Casa Blanca, respondieron a una docena de temas que les plantearon los presentadores de la cadena ABC y aunque en algunos momentos hubo amagos de debate, fue más para desmeritar sus personalidades que para discutir a fondo los asuntos sobre los que fueron indagados.

Sobre crisis económica, elevada económica, inflación, aranceles, fracking, aborto, seguridad, migración, deportaciones, asalto al Congreso, el apoyo a Israel, la invasión rusa a Ucrania, el improvisado retiro de Afganistán y la transición pacífica del poder respondieron someramente Trump y Harris. El líder conservador cuestionando la gestión del gobierno demócrata en temas de alto impacto para la ciudadanía como son el costo de vida y la crisis migratoria, mientras que la vicepresidenta respondió con una reiterada defensa de las políticas de Joe Biden las que dejó entrever mantendrá si gana este 5 de noviembre.

El expresidente republicano empezó criticando el manejo que se ha dado a la economía, después de que “mi gobierno creó una de las más fuertes que ha tenido Estados Unidos. Les entregamos un país donde la economía y la bolsa estaban muy altas y mejor antes que la pandemia. Logramos una de las tasas de inflación más bajas.  Y desde hace tres años tenemos un elevado costo de vida. Hay cosas cuyo precio ha subido más del 70%. La inflación rompe a los países”.

Harris, en un intento de desvirtuarlo expresó: "Usted nos dejó los peores datos de desempleo desde la Gran Depresión. Nos dejó la peor epidemia pública en un siglo y el peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil. Y lo que hemos hecho es limpiar el desastre de Donald Trump. Lo que hemos hecho y lo que pretendo hacer es construir sobre lo que sabemos", para finalmente señalar que el exmandatario “no tiene un plan económico para los estadounidenses, simplemente quiere reducir impuestos a los ricos, a los multimillonarios”.

Y la respuesta de un Trump que permaneció calmado y respetando el silencio establecido en las reglas para este primer y tal vez único cara a cara presidencial, fue: “usted es la que no tiene ningún plan, solo copió el de Biden, una política de “cuatro frases”.

Aborto y crisis migratoria fueron los temas en los que claramente se evidenciaron las posturas opuestas. Frente al primero, el candidato republicano reiteró que cree en las excepciones y que es la gente con su voto, en cada Estado, las que deben definir sobre la interrupción voluntaria del embarazo y hasta que tiempo. En el otro extremo y “radical como son los demócratas, según expresó Trump”, Harris aseguró que “un gobierno debe decirle a una mujer de debe hacer con su propio cuerpo” y por ello que como presidenta “firmaré con orgullo una ley nacional para que haya protección para el aborto”.

Sin embargo, el líder conservador le anticipó que no puede cumplir esa promesa, como tampoco el gobierno Biden pudo hacerlo con la condonación de los préstamos estudiantiles, ya que no cuentan en el Congreso con los votos necesarios.

Frente a la segunda mayor preocupación de los ciudadanos, la imparable crisis por la migración ilegal, aunque la vicepresidenta intentó justificar su fallida gestión frente a ese tema que es de su resorte culpando a Trump de presionar para que se hundiera una ley que destinaba millonarios recursos y más de 1.500 agentes para la frontera sur, éste le enfatizó que la criminalidad en todo Estados Unidos se ha “disparado” porque este gobierno permitió el ingreso de millones de personas de todo el mundo que son “terroristas”, “delincuentes” y “narcotraficantes”.

Y aunque Harris le recriminó que “usted quiere tener este problema en lugar de arreglarlo”, Trump le contestó que si fuera así no tendría listo un plan de deportación masiva para todos esos ilegales con antecedentes judiciales porque “ellos están destruyendo la esencia de este país” y una “migración mala destruye nuestra economía”.

Fue ahí cuando Harris, al igual que lo ha hecho en varias ocasiones su jefe, apeló a los problemas judiciales de Trump, una ofensiva que como se sabe se gestó desde la Casa Blanca meses atrás, cuando el republicano anticipó su deseo de volver al poder. “Usted es una persona condenada y debe seguir respondiendo ante la justicia”, lo que de inmediato recibió como respuesta: “son ellos los demócratas los que han usado el sistema judicial como arma contra mí. ¿Soy una amenaza para la democracia? No son ellos”.

Una Nación en declive

Trump insistió durante el debate realizado en Filadelfia que son muchas las cosas que muestran Estados Unidos pasa por su peor período: resultados económicos, la imparable migración ilegal, la disparada criminalidad y su pérdida de credibilidad en el escenario global, a lo que atribuye que siga la guerra en Ucrania y la respuesta militar israelí en Gaza.

“Somos una nación en declive… Muchos líderes del mundo que me llaman me han preguntado qué es lo que está pasando”, señaló Trump, al tiempo que recordó que si él hubiera estado como presidente no se habrían desatado los conflictos antes mencionados ya que, conociendo bien a Putin, ante las advertencias se habría abstenido de invadir al país vecino.

Indagado reiterativamente por los presentadores de ABC si como presidente buscaría que Ucrania ganara la guerra, el líder republicano fue enfático en señalar que “lo que quiero es que la guerra se acabe. Hablaré con uno y con otro para negociar un acuerdo. El interés de Estados Unidos debe ser acabar con la guerra que ha cobrado miles de vidas. Y hay que recordar que Putin tiene armas nucleares y es algo de lo que no se habla”.

Ante la respuesta de Harris de que Estados Unidos en su compromiso de mantener la estabilidad global “logramos juntar a 50 países para dar a Ucrania lo que necesita para defenderse”, agregando que inclusive se reunió y compartió información de inteligencia con el presidente ucraniano Volodomir Zelenski antes de que ocurriera la invasión, Trump le enrostró que eso evidencia “lo mala negociadora que es usted…La mandaron a negociar la paz y tres días después empezó la guerra porque sus ideas fueron tontas”.

En cuanto a la legítima respuesta israelí contra Hamás por los mortíferos ataques del pasado 7 de octubre, Trump aseguró que el ataque terrorista se hizo posible por los millonarios recursos que consiguió Irán luego que el gobierno Biden quitara las sanciones que él durante su mandato había impuesto a ese país, uno de los “ejes del mal”.

Harris, por su parte, tras tildar reiteradamente de ‘mentiroso’ a su competidor político, aseguró que “los líderes del mundo se ríen de Trump lo califican como una desgracia”.

El fracking, sobre el que Harris aseguró “no va a prohibir” y Trump le recordó que durante 12 años se opuesto al mismo y anticipó “no permitirá”; el improvisado retiro de Afganistán, la seguridad social y el medicare, fueron otros de los temas levemente tocados.

Los 90 minutos de ‘debate’ cerraron con un mensaje final para los electores. Harris expresó: “hemos escuchados dos visiones diferentes; una que se concentra en el futuro y otra en el pasado. Pero no vamos a retroceder. Tenemos mucho más en común que lo que nos separa. Voy a crear una economía de oportunidades…Voy a ser la presidenta que defenderá los derechos fundamentales y que la mujer tenga derecho sobre su propio cuerpo. El país necesita una presidenta que le importe usted, que no se ponga antes que usted”.

Trump, por su parte, no hizo un llamado sino una pregunta a Harris para evidenciar su falta de gestión. Dijo: ¿Por qué no ha hecho las cosas que dice o promete si ha tenido 3 años y medio para ello? Ella cree en cosas que el pueblo no cree. No podemos sacrificar a nuestro país por una visión equivocada. Somos una nación en serio declive y debemos hacer a América grande de nuevo”. /Redacción internacional