Al menos 39 muertos y 29 heridos dejó un incendio en un centro de detención de migrantes en la mexicana Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, informó este martes el gobierno de México, que atribuyó el fuego a personas que protestaban contra su deportación.
El siniestro se desató la noche del lunes en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) de esta ciudad del estado de Chihuahua, ocupadas por decenas de hombres mayores de edad provenientes de Centroamérica y Sudamérica.
"Esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron, a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados", dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia diaria.
"Como protesta, en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego, y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia", agregó, al confirmar el número de muertes.
El canciller guatemalteco, Mario Búcaro, confirmó que 28 de los fallecidos son ciudadanos de su país y dijo que el gobierno trabajará para castigar a los responsables y reparar a los familiares.
Por su parte, la Fiscalía General de México, citando al INM, reportó que entre "los migrantes identificados" también hay 13 hondureños, 12 venezolanos, 12 salvadoreños, un colombiano y un ecuatoriano, sin diferenciar entre muertos y lesionados.
Los heridos, algunos de ellos graves, fueron trasladados a cuatro hospitales, según las autoridades, mientras el INM coordina con funcionarios consulares de diferentes países para identificar a los fallecidos.
La tragedia generó múltiples expresiones de pesar. El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió una "investigación exhaustiva" del evento, según su portavoz Stephane Dujarric.
En tanto, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, lo consideró "un recordatorio de los riesgos de la migración irregular", de acuerdo con un comunicado.
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"No te dicen nada"
El fuego en el centro de detención se inició en la zona donde son albergados los extranjeros sin papeles.
Una periodista de la AFP observó el momento en que socorristas sacaban los cadáveres para ponerlos en la zona del estacionamiento del recinto antes de ser retirados por personal forense.
Aferrada a una ambulancia, una venezolana que se identificó solo como Viangly llamaba a gritos a su esposo de 27 años, quien según ella fue detenido pese a tener los documentos para permanecer en México.
"Se lo llevaron en una ambulancia. Ellos (oficiales migratorios) no te dicen nada, se te puede morir un familiar y no te dicen 'está muerto'", contó alterada minutos después.
El incendio en este centro, localizado cerca de la frontera estadounidense, provocó la movilización de bomberos y de decenas de ambulancias. Hechos similares se registraron en los últimos años en este tipo de instalaciones, aunque sin la magnitud del de Ciudad Juárez.
El "deterioro" de las condiciones en estaciones migratorias fronterizas los somete a "peligros innecesarios", advirtió este martes en Twitter la oenegé Comité Internacional de Rescate.
Numerosos migrantes han sido trasladados a la estación de Ciudad Juárez en días recientes luego de que las autoridades locales retiraran de la zona a vendedores ambulantes, muchos de ellos extranjeros.
"Lo que sucedió en las calles no tiene ninguna relación con lo que pasó ahí", declaró a periodistas el alcalde de la urbe, Cruz Pérez Cuéllar, al negar que las autoridades hubieran lanzado "redadas" antes de la catástrofe.
El lugar de la tragedia permanecía custodiado este martes por militares y guardias nacionales.
Ciudad Juárez, vecina de El Paso, Texas, es una de las localidades fronterizas donde permanecen varados numerosos migrantes que buscan cruzar a Estados Unidos para pedir refugio.
Hartos de esperar, cientos de ellos, la mayoría venezolanos, intentaron cruzar en estampida por un puente internacional el pasado 13 de marzo, pero agentes estadounidenses les impidieron pasar.
Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señala que desde 2014 unas 4.400 personas han muerto o desaparecido en la frontera entre México y Estados Unidos, de 3.180 km.
El presidente estadounidense, Joe Biden, endureció la política migratoria, obligando a los migrantes de Ucrania, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití a pedir asilo desde los países por los que transitan o a gestionar citas en línea.
Estas medidas se anuncian cuando el mandatario demócrata es acusado por la oposición republicana de haber perdido el control de la frontera, con más de 4,5 millones de personas sin papeles interceptadas en esa región desde que asumió el cargo.