Vínculos discretos entre los gobiernos de Israel y Arabia Saudita | El Nuevo Siglo
AFP
Lunes, 23 de Noviembre de 2020
Redacción internacional con AFP

La noticia de una visita secreta del primer ministro Benjamin Netanyahu a Arabia Saudita, revelada en Israel y negada por la diplomacia saudita, relanza las especulaciones sobre el acercamiento entre estas dos potencias del Medio Oriente sin relaciones diplomáticas, pero con vínculos discretos.

Medios israelíes informaron que Netanyahu viajó para reunirse con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, en lo que sería el primer viaje conocido de un primer ministro israelí a la monarquía del Golfo, y un paso gigante en el reconocimiento de Israel en el mundo árabe. Pero el ministro de Relaciones Exteriores saudita, príncipe Faisal bin Farhan, dijo que ese encuentro "no ocurrió".

Desde hace años, la hostilidad común hacia Irán permitió a varios Estados árabes del Golfo tender discretos puentes con Israel, que veía progresivamente cómo su relación con Teherán se deterioraba.

Esta diplomacia discreta salió a la luz en agosto cuando Emiratos Árabes Unidos anunciaron la normalización de relaciones con Israel.

De darse un trato así con Arabia Saudita, Israel conseguiría un preciado acuerdo diplomático. Riad afirmó que no seguiría el camino de sus aliados, pero Baréin firmará en breve su acercamiento con Israel, lo que se interpreta como un visto bueno saudita.

En otro signo implícito de concordia, Arabia Saudita permite ahora que los vuelos directos entre Emiratos Árabes Unidos e Israel atraviesen su espacio aéreo.

La posición oficial de la monarquía saudita es que un acuerdo para resolver el conflicto palestino-israelí es la condición previa para normalizar sus relaciones. Esta postura refuerza su estatus en el mundo árabe como guardián de los lugares santos del islam.

Arabia Saudita se ha mostrado siempre discreta ante cualquier acercamiento público de Israel, por miedo a una reacción popular negativa en una nación tan conservadora.

Sin embargo, las posiciones se han acercado en un movimiento liderado por el príncipe heredero Bin Salmán, el ambicioso joven que gobierna de facto.

Las monarquías petroleras del Golfo y el Estado de Israel son aliados firmes de Estados Unidos y les une, además, su preocupación común por la influencia en varios países de Oriente Próximo de Irán, lo que facilitó el acercamiento.

Pero también asoman los importantes beneficios económicos que provocaría el incremento de relaciones entre Estados del Golfo y la poderosa economía israelí.

La normalización de relaciones pone en riesgo el proyecto financiado por Arabia Saudita en 2002, Arab Peace Initiative, que exigía a Israel retirarse de los territorios árabes ocupados en 1967, a cambio de la paz y el establecimiento de relaciones entre los países árabes e Israel.

Cualquier pacto entre las dos naciones podría ser criticado por los vecinos y visto como un abandono a los palestinos. /