Hablamos con Mauricio Jaramillo, un académico quien considera que justifica estar en esa instancia por tener un vecino como Venezuela
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EL NUEVO SIGLO: ¿Con el nuevo gobierno se debería dar un cambio en el actual manejo de relaciones internacionales?
MAURICIO JARAMILLO JASSIR: Hay aspectos que creo son difíciles de modificar. El liderazgo que por ejemplo ha asumido Colombia en la Alianza del Pacífico creo que es difícil que llegue un presidente nuevo y dé un timonazo en otra dirección. Luego hay temas que obligatoriamente llegue quien llegue tiene que haber una cooperación estrecha como en el caso de Estados Unidos.
ENS: ¿En qué habría ajustes?
MJJ: Hay temas espinosos donde eventualmente si llega Petro o Duque habrá cambios. Digo dos que son para mí los más visibles: uno es el tema de Unasur, que creo que para Colombia es importante mantenerlo activo porque tenemos un vecino como Venezuela. Cerrar la puerta de Unasur es clausurar un espacio eventual de diálogo al que podemos acudir en caso de que la crisis se agrave, como todo parece indicar. Con Duque ya se dijo que Colombia abandona de manera irremediable Unasur.
La otra gran diferencia que se desprende un poco de eso es la relación con Venezuela: tengo un poco la impresión que con Duque prácticamente no habrá relaciones diplomáticas, es decir, no vamos a nombrar embajador, y aunque Petro no ha hecho mayor alusión al respecto, me imagino que con Petro se buscará alguna manera de tener un diálogo con Venezuela, sin hacer una alianza con Maduro porque es evidente que en este momento ningún gobierno de la región, con excepción de Cuba y de Bolivia y tal vez de Surinam, el resto todos, incluso Ecuador, están distanciados.
ENS: ¿Cuál fue el mayor éxito y mayor fracaso de Santos en sus 8 años en política exterior?
MJJ: El éxito es uno muy grande pero sintetiza todo: después de 8 años de Uribe, Colombia estaba aislada, un poco por lo que significó los últimos años de la seguridad democrática el ataque contra el campamento de las Farc en el que terminamos sin relaciones con Ecuador ni con Venezuela.
Entonces el principal activo está en esa inserción que se ve hoy en la Alianza del Pacífico, en la asociación estratégica con la OTAN, insertar a Colombia en el modelo OCDE, así a muchos no nos guste, es algo que el Gobierno había buscado. Superó tal vez la crisis diplomática más dura en la historia de Colombia Siglo XX y Siglo XXI, que fue la decisión de la Corte Internacional de Justicia.
Entonces el país siempre estuvo activo regionalmente como muy pocas veces en la historia de Colombia: el Grupo de Lima, el Unasur, incluso Colombia desempeñó un papel importante al destrabar con una mediación las elecciones legislativas en Venezuela en 2015.
El principal fracaso se explica por los retrocesos constantes en los temas. Uno con Venezuela, el gobierno Santos no pudo manejar bien el tema de la crisis con Venezuela. Se insistió mucho en que no iba a haber confrontación, luego hubo confrontación; luego se le llamó dictadura al gobierno de Maduro. Seguimos teniendo relaciones diplomáticas pero no tenemos embajador. Y el otro punto que para mí no es un fracaso pero es un bemol es la relación reciente con Estados Unidos. Estamos en un momento crítico. Santos deja una relación no en cuidados intensivos pero pensaría que débil. Hay una relación muy fría con Trump, a propósito del tema de la droga, el tema del posconflicto.