Colombia no encontrará en la OCDE las soluciones que necesita para avanzar. Así lo señaló el Centro de Estudios Latinoamericanos al analizar el camino de ingreso de Colombia a la OCDE y las implicaciones de esta adhesión en el desarrollo del país.
En el estudio se destaca que la OCDE se promueve a sí misma como una organización dedicada exclusivamente al análisis y producción investigativa sobre economía y asuntos sociales, y como un organismo que busca contribuir al “crecimiento económico mundial”, pero sus otros 36 países miembros no parecen tener necesariamente las economías más prosperas o con un crecimiento estable y sostenido.
Por ejemplo, México, que tiene el índice de Gini más alto de los países OCDE (0.459), seguido por Chile con (0,454), Turquía (0,398), Estados Unidos (0,39) y Lituania (0,381), países que además coinciden en ser los de mayor porcentaje de pobreza relativa de dicha organización.
Contrario a eso, no son miembros de la OCDE países como India o China que en los últimos diez años han mostrado crecimiento significativo de sus economías, tres veces por encima del promedio de crecimiento del PIB de los países de la OCDE. Colombia no se parece a la OCDE, ya que no se acerca a los indicadores sociales y de desarrollo de quienes la conforman. Mientras que en los países que ya pertenecen a la OCDE la media de gasto público social como porcentaje del PIB es de 21%, en Colombia es apenas de 8,7%. Por su parte, la tasa de desempleo promedio de los países miembros es de 6,3% y la de Colombia 9,4%, y mientras que los ingresos fiscales representan en promedio 34,3% del PIB, los de Colombia solo 14%.
Las orientaciones
Para Mario Alejandro Valencia, director de Cedetrabajo, “el ingreso de Colombia a la OCDE es el resultado del lobby político y no de las buenas prácticas. Es un club en el que el único papel de Colombia es hacer el ridículo”. Esto porque Colombia no se parece en nada a los países de la OCDE en materia económica y social. Además, “lo paradójico es que ninguno de los países que hoy hacen parte de la OCDE han seguido las orientaciones del club para lograr el desarrollo, pero ahora se las impondrán a Colombia.
“Medidas como aumentar el IVA, bajar el salario mínimo, aumentar la edad de pensiones, es el regalo de despedida de Santos al país un capricho arribista que tendrá un costo altísimo y un impacto social y económico negativo”, agregó Valencia.
La defensa
Por su parte el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, en un editorial defendió la entrada del país a la OCDE y señaló que “en el camino, emprendimos una serie de reformas que impactarán positivamente diferentes sectores del país: un proceso de mejoramiento de las empresas estatales, que incluyó la decisión de excluir de las juntas directivas a los ministros, cuya función debe ser regular y diseñar políticas en sus sectores, y la creación de la Dirección General de Participaciones Estatales, para centralizar la propiedad de todas las empresas del orden nacional. También adoptamos mecanismos que le dan aún mayor independencia a los superintendentes, para que puedan ejercer mejor sus funciones, como la de vigilar a los conglomerados financieros, algo que antes no se hacía”.
Señala que “adicionalmente, consolidamos el intercambio de información tributaria con 115 jurisdicciones, lo cual nos permite controlar mejor la evasión de impuestos, y actualizamos nuestro estatuto tributario; reformamos el régimen que regula el monopolio de los licores, para crear unas condiciones más competitivas y más transparentes, al tiempo que incrementamos los recursos de los departamentos”. Indicó que “en este proceso, en consonancia con el espíritu de la OCDE, también trabajamos en los temas sociales y nos interesamos en velar por los derechos de los trabajadores. Prueba de ello es que ampliamos el número de inspectores, para asegurar el cumplimiento de las normas laborales”.
Adicionalmente, los costos derivados del lobby internacional de ingreso a la OCDE, como pago de honorarios a funcionarios encargados del proceso, viajes, entre otros gastos, pudieron haber tenido costos altísimos que hoy se desconocen, debido a la confidencialidad que ha mantenido el Gobierno sobre el presupuesto entregado para el ingreso a la OCDE.
Cabe señalar que, como una de las condiciones finales para la adhesión de Colombia a la organización, Estados Unidos solicitó hacer modificaciones sobre patentes que afectarían el acceso a medicamentos.
Por el contrario, para la Andi, la aceptación de Colombia a la OCDE es una respuesta clara al esfuerzo que ha estado haciendo el país por tener las mejores prácticas. “Hacer parte de este grupo le permitirá a Colombia seguir avanzando en su desarrollo económico y social, así como atraer la atención de los inversionistas internacionales, para quienes los altos estándares recomendados por esa organización, son indicadores de seriedad y estabilidad de un país”, señala la Asociación.
El presidente de la Andi Bruce Mac Master, recordó que estas buenas prácticas son estándares técnicos que se promueven para toda la política pública e instituciones en temas como regulación, ambientales, laborales o de comercio.