Tanto el Consejo Nacional Electoral (CNE) como la Misión de Observación Electoral (MOE) coincidieron en que es el momento de presentar una reforma política electoral para aprovechar el aire fresco de un nuevo Congreso de la República.
Teniendo en cuenta las complejidades de la misma y el tiempo que tomaría su trámite en el Legislativo, consideran que se debería radicar un proyecto de ley para hacer ajustes puramente procedimentales de cara a los comicios regionales del año próximo; y al mismo tiempo una reforma constitucional con los cambios gruesos al sistema, pero con la expectativa de empezar a aplicarla en las presidenciales y parlamentarias de 2022.
En noviembre pasado se echó por tierra en el Congreso la reforma política y electoral que presentó el Gobierno como parte de la implementación del acuerdo de paz con las Farc, la cual a pesar de ser una reforma constitucional se esperaba que fuera aprobada con premura porque se tramitó por la vía fast track o exprés, y la idea era que se empezara a aplicar desde los comicios parlamentarios y presidenciales de este año.
No obstante la discusión de la iniciativa se prolongó en medio del pulso que libraron la coalición gobiernista por aprobarla y la oposición encarnada en el uribismo por cerrarle el paso. Al final una de las razones que más pesaron para que el proyecto quedara atascado en tierra movedizas en la plenaria del Senado fue que no era conveniente aprobar una reforma política y electoral a cuatro meses de las elecciones parlamentarias de marzo pasado, pues era como cambiar las reglas del juego.
Con este panorama gris al ministro del Interior, Guillermo Rivera, no le quedó otra que retirar el proyecto.
Para el nuevo Congreso se han anunciado distintas iniciativas de reforma política y electoral, hasta ahora por parte de la Registraduría Nacional, los partidos y el presidente electo Iván Duque. No obstante el dilema que existe tiene que ver con que una reforma constitucional tomaría al menos un año en el Parlamento y luego tendrá que ir a la Corte para el respectivo estudio de exequibilidad.
Como consecuencia este tipo de reforma estaría lista a pocas semanas de las elecciones territoriales de octubre de 2019, lo cual nadie quiere porque cambiaría las reglas de juego.
Ahí está el dilema si jugarse con una reforma política electoral de bajo espectro para 2019 que permita corregir flaquezas que se notaron en los comicios de este año, como se vio con los tachones en los E-14, o consensuar un proyecto de acto legislativo integral que aborde la estructura del sistema y los procedimientos.
CNE
La presidenta del CNE, la magistrada Idayris Yolima Carrillo, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “además de la reforma política tiene que hacerse una reforma electoral porque la reforma política es tan holística” que no observa aspectos de procedimiento electoral.
Citó como ejemplo la reforma política que se hundió a finales del año pasado en el Congreso, “no contemplaba aspectos en materia de procedimiento electoral que son necesarios, que son imprescindibles. Por ejemplo, el término de la primera a la segunda vuelta, eso no estaba en ninguna reforma política, y eso hace parte de la necesidad de la lección aprendida que ha dejado este debate electoral. Por ejemplo, los tiempos y la necesidad de enfatizar la preclusividad de los escrutinios para que haya escrutinios en los municipales y de allí termine y luego pase a lo departamental, termina, y luego a lo nacional y no se revivan términos aquí en lo nacional”.
Carrillo puso más ejemplos de ajustes que se requieren: “Poner fecha máxima para efectos de interponer reclamaciones y fecha máxima para que el Consejo Nacional Electoral tenga que decidir y por lo tanto declarar la elección. Esos son aspectos que contienen una reforma electoral, y porque en nuestro Código Electoral todavía se habla de las tarjetas electorales y está diseñado y concebido así, y hoy en día se habla de las papeletas, y hoy en día tenemos tarjetón electoral”.
Carrillo señaló que “ahora que tenemos el tiempo y que tenemos un Congreso tan plural, creo que es hora de llevar al Congreso una reforma integral que permita que se haga la reforma política, pero también la reforma electoral. Creería que eso tiene que ser complementado necesariamente”.
Recalcó que “una reforma política tiene que ir de la mano de una reforma electoral”.
MOE
El coordinador del Observatorio Político de la MOE, Camilo Vargas, le dijo a este Diario que “lo que la MOE piensa es que la llegada de un nuevo gobierno y un nuevo Congreso es un momento propicio para la realización de reformas electorales”.
En este sentido rememoró que “dos de las más grandes reformas electorales recientes, tanto constitucionales como legales, se han hecho en un momento así. La reforma constitucional de 2003, tramitada al inicio del primer gobierno de Álvaro Uribe, y la Ley estatutaria 1445 del 2011, tramitada al inicio del gobierno de Juan Manuel Santos”.
Por ello señaló Vargas que este es “un momento propicio para impulsar reformas tanto legales como constitucionales. En esa medida desde la MOE creemos que lo que se puede es hacer dos cosas: hay muchas lecciones aprendidas que nos muestran una gama de reformas que van desde lo constitucional hasta lo legal e incluso lo reglamentario. Creemos que es el momento de hacer las reformas a dos niveles. De cara a 2019 quisiéramos que se hiciera una gran cantidad de reformas legales, incluso administrativas, como por ejemplo simplificar los escrutinios, que no tengamos tres formularios E-14 sino solo un formulario E-14. Eso lo estamos evaluando jurídicamente, pero incluso podría requerir solamente de reformas administrativas, decisiones de la Registraduría, ni siquiera legales. U otras cosas como mejorar el acceso a los puestos de votación en zonas rurales, solo necesitan pequeñas reformas legales que pueden aplicarse antes de las elecciones de 2019”.
Añadió el experto que por otro lado es un buen momento para “hacer reformas constitucionales necesarias, contemplando que empiecen a aplicar después de las elecciones de octubre de 2019. Somos conscientes que no es bueno cambiar las reglas del juego en la mitad del partido, pero lo que pasa es que Colombia por lo general suele estar siempre en elecciones, pasa poco tiempo entre una elección y otra”.
Registraduría
En enero pasado el registrador Juan Carlos Galindo dijo a este medio que “en julio de 2018 la Registraduría Nacional le presentará al país un proyecto de reforma política y electoral para que empiece a ser discutida por los sectores políticos, los partidos, las autoridades, la ciudadanía y la academia para ver cómo, entre todos, diseñamos la mejor reforma político electoral en Colombia”.