Colombia espera reanudar este año la fumigación aérea de cultivos ilícitos tras una histórica alza de las áreas sembradas con hoja de coca, materia prima para producir la cocaína, dijo el viernes en Washington el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
"Estamos avanzando en eso con toda celeridad y por supuesto el propósito es que haya aspersión aérea este año", dijo Trujillo en rueda de prensa al concluir reuniones con autoridades estadounidenses.
El ministro agregó que el gobierno de Iván Duque está elaborando los informes de impacto sanitario y ambiental para cumplir con los requisitos establecidos por la Corte Constitucional para reiniciar el programa, una iniciativa aplaudida por Estados Unidos pero muy resistida por los campesinos y organizaciones de derechos humanos.
"Esto no es un debate sobre un herbicida. Este es un debate sobre el narcotráfico y las acciones tienen que conducir a combatir el narcotráfico, porque lo que sí está probado es que el narcotráfico mata, envenena las fuentes de agua, deforesta, destruye el medio ambiente, aumenta la corrupción, destruye la credibilidad en las instituciones y viola los derechos humanos", dijo Trujillo.
Las aspersiones aéreas con glifosato para la lucha antidrogas en Colombia fueron suspendidas en 2015, cuando el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos acogió una advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que consideró este herbicida como "probablemente" cancerígeno.
Pero la administración de Duque, que asumió en 2018, solicitó a la Corte una "modulación" de la sentencia que supeditó el empleo del glifosato a que se demuestre "ausencia de daños". En julio del año pasado, el alto tribunal rechazó flexibilizar las condiciones, pero abrió una rendija para que el gobierno regrese a las fumigaciones siempre y cuando se minimicen sus efectos adversos.
Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, con 169.000 hectáreas sembradas en 2018 y un potencial para producir 1.120 toneladas de cocaína, según la ONU.
Los sembradíos ilegales se redujeron levemente con relación al pico de 171.000 hectáreas de 2017, y según el gobierno, el año pasado se logró erradicar un "récord" de más de 100.000 hectáreas manualmente.
"Nos complació ver un aumento en las erradicaciones el año pasado, y nos sentimos alentados por sus esfuerzos aún mayores este año", dijo a periodistas el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, tras reunirse con Trujillo.
El ministro dijo que en el país operan varios carteles mexicanos, aunque declinó identificarlos y se mostró decidido a usar toda las herramientas a disposición para luchar contra el "atroz crimen del narcotráfico en Colombia".
Estados Unidos, primer consumidor de la cocaína colombiana, anunció en enero que entregará a Colombia, su estrecho aliado en la región, 5.000 millones de dólares para invertir en zonas afectadas por los narcocultivos, algunas de ellas establecidas como prioritarias en el acuerdo de paz de 2016 que desarmó a la exguerrilla comunista FARC.