Dos menores, Maicol Delgado Villamizar de 16 años y Yorban Andrey Robles Quintero de 17 años, fueron liberados por el ELN en una zona rural del Catatumbo.
Este acto se llevó a cabo mediante una comisión humanitaria integrada por la Iglesia Católica, la Defensoría del Pueblo y la Personería Municipal de El Tarra. Ambos jóvenes habían sido secuestrados el pasado 9 de junio desde el colegio Monseñor Díaz Plata en El Tarra.
El secuestro fue justificado por el ELN como un acto de "control social", argumentando que los jóvenes estaban involucrados en actividades relacionadas con estupefacientes dentro de la institución educativa. Tras la liberación, se realizó una reunión con los padres de familia para informarles sobre un supuesto seguimiento futuro.
En palabras de los menores, expresaron haber recibido buenos tratos durante su cautiverio y se encuentran en buen estado de salud después de su regreso a la libertad.
La liberación de estos dos jóvenes en el Catatumbo generó una gran atención tanto a nivel local como nacional. El hecho de que hayan sido entregados a una comisión humanitaria compuesta por instituciones reconocidas como la Iglesia Católica y organismos gubernamentales como la Defensoría del Pueblo y la Personería Municipal de El Tarra, resalta la importancia de la colaboración entre diferentes sectores para lograr resultados positivos en situaciones delicadas como esta.
Es importante destacar que el secuestro de estos menores, según la declaración del ELN, se debió a un supuesto control social ejercido por la guerrilla. Sin embargo, esta acción ha sido condenada por diversas organizaciones que defienden los derechos humanos, argumentando que el secuestro de menores nunca puede ser justificado bajo ninguna circunstancia.
En cuanto al estado de los jóvenes tras su liberación, es alentador saber que manifestaron haber recibido buenos tratos y que se encuentran en buen estado de salud. Esto refleja la importancia de garantizar la integridad física y emocional de las personas, especialmente de los más vulnerables como son los menores de edad.
Por otro lado, la reunión realizada con los padres de familia para informarles sobre un presunto seguimiento futuro por parte de los secuestradores, genera preocupación y refuerza la necesidad de implementar medidas de seguridad y protección para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.