Tras tachar de "dictadura" al gobierno de Nicolás Maduro, el presidente electo Iván Duque anunció que presionará diplomáticamente para que "Venezuela haga una transición hacia elecciones libres".
Duque, quien asumirá el poder el 7 de agosto, cuestionó la reelección de Maduro el 20 de mayo y lo acusó de intentar "acallar" a sus adversarios políticos.
"Lo que hemos visto en Venezuela, además por unas elecciones que fueron abiertamente manipuladas y que ha llevado a que muchos países no reconozcan sus resultados (...), nos reafirma en la idea de seguir buscando una estrategia articulada, multilateral, de manera diplomática para que Venezuela haga una transición hacia elecciones libres", afirmó.
En declaraciones a los medios, Duque denunció la supuesta intención de Maduro de encarcelar a la opositora María Corina Machado, en medio de la las excarcelaciones que ofreció el mandatario venezolano de personas acusadas de "violencia política".
"A mí me parece vergonzoso lo que estamos viendo y es que la dictadura de Nicolás Maduro quiere ahora perseguir para llevar a la cárcel a la líder María Corina Machado y es una forma de acallar las voces de la oposición", sostuvo el futuro gobernante de Colombia.
En ese sentido, pidió la "liberación de presos políticos" y llamó a los países que firmaron "la carta democrática interamericana" a hacer valer su voz frente a Maduro con "coherencia y contundencia".
Colombia lidera la presión internacional contra Maduro tras desconocer su reelección. Al tiempo que lidia con la mayor migración de venezolanos de su historia.
En los últimos 16 meses, poco más de un millón de personas habían llegado provenientes de ese país, huyendo de la severa crisis económica.
Aunque es un duro opositor del gobierno saliente de Juan Manuel Santos, Duque ya había anticipado en campaña que se mantendría al frente de la condena internacional contra Maduro, a quien incluso trató de "genocida" y amenazó con llevarlo ante la Corte Penal Internacional (CPI)
Diálogo con condiciones
De otra parte, Duque anunció que impondrá nuevas condiciones en el diálogo con el Eln, así como buscará una "paz creíble" con las Farc.
Durante un encuentro con la prensa, se mostró adverso a que las conversaciones con el Eln continúen en medio del conflicto.
En ese sentido, planteó que esa organización armada debe suspender sus "actividades criminales" y concentrar sus tropas bajo "verificación internacional".
"La única manera de construir un proceso que entregue confianza al pueblo colombiano debe ser sobre la suspensión de todas las actividades criminales", señaló.
Anticipó que se opondrá a que los guerrilleros reciban beneficios jurídicos y políticos sin antes pagar un mínimo de cárcel. Esto puede "implicar una reducción sustancial de penas pero no la ausencia de las mismas", enfatizó.
Ayer, el jefe negociador del Eln, Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, confió en que el próximo gobierno prosiga con el proceso de paz iniciado en febrero de 2017 y que se desarrolla actualmente en La Habana.
"Seguimos en la idea de mantenernos en la mesa hasta el último día, cuando se posesione el presidente. Traemos una agenda que fue firmada con un Estado, y esperamos que si hay más avances, lo más racional es que el nuevo presidente les dé continuidad", le dijo Ramírez a la AFP.
Sobre los acuerdos con las Farc señaló que "no vamos a hacer trizas los acuerdos y la aproximación a modificaciones se hará sobre la base de una paz que una a Colombia, porque no podemos seguir divididos (...) entre amigos y enemigos de la paz", sostuvo.
El acuerdo de paz les otorga a los exguerrilleros una representación mínima en el Congreso que se instalará el 20 de julio, y donde el futuro gobierno tendrá mayorías.