El país en OCDE: juego en grandes ligas | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Presidencia
Domingo, 3 de Junio de 2018
Unidad de análisis
En medio de la coyuntura electoral, la opinión pública no ha sopesado en su justa dimensión el ingreso del país a este club exclusivo de países que aplican buenas prácticas en políticas públicas. Tras siete años y medio de proceso y muchas reformas legales, constitucionales y reglamentarias el país cumplió el examen en 23 comités. Sin embargo, todavía falta camino por recorrer. Los peros de algunos expertos no son pocos. 

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Un sello de calidad. Eso significa la entrada de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se cristalizó esta semana tras más de siete años y medio de proceso, preparación y aprobación de exámenes en 23 comités, a cual más exigentes en materia de metas, indicadores y políticas públicas en materia social, política y económica.

“Es un paso importantísimo en el empeño por modernizar al país. Nos comparamos con los mejores para poder ser los mejores. Se nos abren inmensas posibilidades para avanzar en salud, educación, lucha contra la corrupción y la protección del medio ambiente. Fueron siete años y medio de trabajo intenso y agradezco a todos los que trabajaron tanto para que este logro se convierta en realidad”, señaló el presidente Juan Manuel Santos esta semana al firmar en París el protocolo de ingreso a la organización, en presencia del secretario general del organismo, Ángel Gurría.

Este último destacó los logros y avances del gobierno colombiano durante el proceso de adhesión, entre los que se encuentran avances en la lucha contra la corrupción, la reforma a la justicia, el aumento del empleo y el manejo de recursos hídricos.

Tanto para el gobierno Santos como para la mayoría de sectores políticos en Colombia el ingreso a esa organización es uno de los pasos más importantes de las últimas décadas. Un punto de inflexión en materia de hoja de ruta para el desarrollo y el progreso en el país, ya que adopta las mejores prácticas en políticas públicas aplicadas en todo el mundo.

En medio de la campaña presidencial, es claro que muchos colombianos no se han concientizado de la importancia de estar en la OCDE. Se desconoce, por ejemplo, que las 36 naciones que hacen parte de la misma concentran el 45% de la economía mundial.

La Organización trabaja con los gobiernos para comprender qué impulsa el cambio económico, social y ambiental. Mide la productividad y los flujos globales de comercio e inversión. Analiza y compara datos para predecir tendencias y establecer estándares internacionales en una amplia gama de aspectos, desde la agricultura y los impuestos hasta la seguridad de los productos químicos. Igualmente observa problemas que afectan directamente la vida cotidiana, como cuánto pagan las personas en impuestos y seguridad social, y cuánto tiempo libre pueden tomar.

De otro lado, compara los sistemas escolares con que los diferentes países preparan a sus jóvenes para la vida moderna así como los diferentes sistemas de pensiones.

A partir de esas revisiones y estudios de fondo, país por país, la OCDE recomienda políticas diseñadas para mejorar la calidad de vida y la acción estatal en pos de la misma.

También trabaja con el sector privado, a través del Comité Asesor de Empresas e Industrias de la OCDE (Biac) y el Comité Asesor Sindical (Tuac). Recomienda, por igual, estrategias para luchar contra el terrorismo, la evasión de impuestos, corrupción, morosidad judicial y otros flagelos.

Hacer parte de esa organización es clave para asegurar la confianza en los mercados y las instituciones que los hacen funcionar. También funciona como una especie de sobre-seguro en cuanto a marcos regulatorios claros para finanzas públicas saludables, crecimiento económico sostenible y políticas de innovación, estrategias de “crecimiento verde” respetuosas con el medio ambiente y el desarrollo de las economías emergentes.

Constituida en 1960, con 20 países fundadores, desde entonces sólo 16 naciones -Colombia la última- se han convertido en miembros plenos. Arrancaron Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza y Turquía.

Luego entrarían Italia y Japón (1962), Finlandia (1969), Grecia (1971), Nueva Zelanda (1973), México (1994), República Checa (1995), Polonia (1996), Hungría y Corea (1996), República Eslovaca (2000), Eslovenia e Israel (2010) y Letonia (2016).

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¿Qué gana Colombia?

Desde 2013, cuando el país pidió pista en la OCDE, comenzó un arduo trabajo multisectorial para cumplir los requisitos mínimos de ingreso a ese “club exclusivo” de naciones con buenas prácticas de gobierno.

Tuvo que ser aprobado en un total de 23 comités: competitividad, estadística y política estadística, salud, política del consumidor, mercados financieros, política científica y tecnológica, política regulatoria, asuntos fiscales, educación, inversiones, política económica digital, pesca, cohecho en las transacciones, relaciones comerciales internacionales, desarrollo regional, gobierno corporativo, seguridad social y pensiones privadas, gobernanza pública, política ambiental, química, economía y desarrollo, laboral  y comercio.

Este último fue uno de los más difíciles de superar, a tal punto que sólo semanas atrás el respectivo comité le dio el visto bueno al país, ya que naciones miembro como Estados Unidos estaban poniendo peros a Colombia por temas como respeto a derechos de autor, política farmacéutica y chatarrización vehicular.

Según explicaba esta semana Luis Fernando  Mejía, director de Planeación Nacional, que es la entidad que se encargará de coordinar el proceso de “pos-acceso” para dar cumplimiento a los compromisos adquiridos, entrar a la OCDE es determinante para el país.

De acuerdo con el alto funcionario, en una columna de prensa publicada en los sitios web de Planeación Nacional y Presidencia, los beneficios se pueden agrupar en tres categorías: mejores políticas públicas, mayor confianza e inversión en la economía nacional.

En cuanto a las primeras, Mejía indicó que para superar el examen de los 23 comités, el país ya implementó más de 51 medidas de política pública que implicaron cambios sustantivos en materia de leyes, resoluciones, decretos y documentos Conpes.

Así, en el sector Hacienda se sancionaron las leyes de antisoborno y de regulación de conglomerados financieros, al tiempo que se aseguró la autonomía de los superintendentes de Sociedades, Financiero, y de Industria y Comercio, que podrán permanecer en el cargo 4 años.

En cuanto a las normas para combatir la evasión presupuestal, sobre todo frente a los llamados “paraísos fiscales”, el Director de Planeación indicó que para ello se firmó la Convención sobre Asistencia Mutua en temas tributarios. Gracias a ese convenio, la DIAN puede intercambiar información con más de 90 países y contrastar sus datos con los de casi una centena de naciones.

Mejía también subrayó que para avanzar en el proceso de ingreso a la OCDE, el Gobierno presentó al Congreso un proyecto sobre derechos de autor y propiedad intelectual, aprobado semanas atrás.

En la misma línea también se aprobaron e implementaron en los últimos años distintas medidas para una mejor medición estadística, como por ejemplo la realización del censo agropecuario y el poblacional que está en marcha.

Normas que hicieron parte de la última reforma tributaria, como el impuesto al carbono y a las bolsas plásticas, así como la regulación del uso de sustancias químicas, hacen parte de los compromisos adquiridos en materia ambiental y desarrollo sostenible.

En el tema laboral, Planeación Nacional indicó que se procedió al fortalecimiento de normas contra la contratación ilegal, al tiempo que se expidieron medidas para combatir la informalidad laboral y asegurar la labor sindical.

Otro de los temas clave para ingresar a la OCDE fue la remoción de los ministros de las juntas directivas de las empresas estatales, asunto determinante para garantizar que el Gobierno no es arte y parte en materia regulatoria.

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Más ajustes

Como se dijo, Colombia ya tiene avanzadas no pocas políticas para entrar dentro de los estándares de la OCDE. De no haber procedido en esa dirección, difícilmente podría haber finiquitado el proceso de acceso.

Por ejemplo, la mayor asignación presupuestal a la educación es uno de ellos. El país cuenta hoy con positivas tasas de cobertura, avances en jornada única y en las pruebas estandarizadas internacionales que miden la calidad de la educación, así como más acceso a la educación superior.

La política digital es otro de los flancos en donde Colombia se puso a tono con los estándares de la OCDE, no sólo en cuanto acceso de la población a banda ancha e internet, sino sobre control de derechos de autor y propiedad intelectual.

Igualmente, según lo explicó Santos en París, Colombia redujo su desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, más que cualquier otro país de América Latina.

“En el proceso de adhesión también pudimos fortalecer la independencia de nuestros órganos de control; modernizar el gobierno corporativo de nuestras empresas estatales; mejorar la política regulatoria; extender el alcance de la supervisión a los conglomerados financieros; fortalecer la capacidad del Ministerio de Trabajo para hacer cumplir las regulaciones laborales y luchar contra la informalidad, que hemos reducido”, agregó el Jefe de Estado.

Resaltó, además, que la OCDE avaló ya políticas públicas en Colombia como la que llevó a que la clase media sea hoy el segmento más grande de la sociedad y esté creciendo luego de que más de 5,5 millones de personas salieron de la pobreza y se crearon más de 3,5 millones de empleos.

También destacó que durante el proceso de adhesión hubo un crecimiento de la inversión extranjera y se activó un plan de infraestructura que demanda 40.000 millones de dólares.

También se introdujeron nuevas políticas a nivel nacional sobre productos químicos industriales y gestión de residuos.

 

Carta de presentación

Ahora bien, en cuanto a los beneficios que traerá a futuro el ingreso a la OCDE, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, sostiene que en esta organización se encuentran desde los países más desarrollados, como Alemania, Estados Unidos, Francia, Japón y el Reino Unido, hasta otros con condiciones similares a Colombia, como México o Chile. Las 36 naciones representan el 45% de la economía mundial.

“El trámite para el ingreso fue un aprendizaje en sí mismo, y también una gran oportunidad de mejoramiento. Para lograr lo que nos habíamos propuesto tuvimos que presentar nuestros avances ante 23 comités, y en el camino, emprendimos una serie de reformas que impactarán positivamente diferentes sectores del país: un proceso de mejoramiento de las empresas estatales, que incluyó la decisión de excluir de las juntas directivas a los ministros, cuya función debe ser regular y diseñar políticas en sus sectores, y la creación de la Dirección General de Participaciones Estatales, para centralizar la propiedad de todas las empresas del orden nacional”, explicó.

Según el zar de las finanzas también se adoptaron mecanismos que le dan aún mayor independencia a los superintendentes, para que puedan ejercer mejor sus funciones, como la de vigilar a los conglomerados financieros, “algo que antes no se hacía”.

“Adicionalmente, consolidamos el intercambio de información tributaria con 115 jurisdicciones, lo cual nos permite controlar mejor la evasión de impuestos, y actualizamos nuestro estatuto tributario; reformamos el régimen que regula el monopolio de los licores, para crear unas condiciones más competitivas y más transparentes, al tiempo que incrementamos los recursos de los departamentos”, explicó.

De acuerdo con Cárdenas, ahora el país podrá seguir aprendiendo de los mejores y aportará experiencias, que son propias del mundo emergente. “Nuestra voz será tenida en cuenta en los principales debates relacionados con la economía global; pero, sobre todo, aprovecharemos, para beneficio de millones de colombianos, las oportunidades de inversión, intercambio y alianzas que se nos abren”.

Según el Ministro, muchos fondos de inversión internacionales sólo destinan o privilegian el envío de capitales a países que se rigen por las normas de la OCDE. De igual manera, los mercados internacionales ven la pertenencia a este club exclusivo de naciones como una especie de “sello de calidad”. Por lo mismo, a la hora de buscar préstamos en la banca externa se pueden conseguir créditos en mejores condiciones y tasas.

Esto es clave, toda vez que, según el Director de Planeación, los miembros actuales de la OCDE concentran el 75% de la inversión extranjera directa a nivel global y el 60% del comercio y PIB mundiales.

Para Cárdenas se recalca, asimismo, un estatus de país serio en materia de políticas públicas en muchos sectores como educación, salud, medioambiente, política tributaria, información estadística y protección laboral.

“Hay muchos que solo invierten en países de la OCDE. Sabemos, por ejemplo, que hay fondos internacionales de inversión que estaban esperando esta noticia para financiar grandes proyectos de infraestructura… Los bancos prefieren y otorgan condiciones más favorables a países miembros de la OCDE”, dijo, en Paría, el Presidente.

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Buen recibo

El sector privado está de acuerdo con ese enfoque de las oportunidades que abre entrar a la organización. Por ejemplo, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master consideró que la aceptación de Colombia es una respuesta clara al esfuerzo que ha estado haciendo el país por tener las mejores prácticas.

“Hacer parte de este grupo le permitirá a Colombia seguir avanzando en su desarrollo económico y social, así como atraer la atención de los inversionistas internacionales, para quienes los altos estándares recomendados por esa organización, son indicadores de seriedad y estabilidad de un país”, sostuvo.

El dirigente gremial recordó que estas buenas prácticas son estándares técnicos que se promueven para toda la política pública e instituciones en temas como regulación, ambientales, laborales o de comercio. 

Incluso recordó que desde hace varios años la ANDI viene trabajando de forma intensa como observador del BIAC.  Con el ingreso del país, el gremio entra a ser miembro pleno de este comité, en el que participan las diferentes agremiaciones.

“Representaremos al sector privado colombiano y estaremos llevando todas las inquietudes y solicitudes. Este hecho también será muy positivo para las empresas colombianas lo que conllevará positivos impactos para la economía y el crecimiento del país”, aseguró Mac Master.

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Lo que viene ahora

Como se dijo, oficializado el ingreso, ahora viene la difícil tarea de mantenerse a tono con las metas y políticas que exige la OCDE a sus países miembro.

Según Mejía, a partir del ingreso a la OCDE, Colombia será evaluada periódicamente y se comparará con los mejores estándares internacionales, lo que le permitirá acceder a mecanismos de revisión para mejorar de manera continua sus políticas públicas.

Para ello Planeación Nacional coordinará con los ministerios los temas de los diferentes comités en los que se adquirieron compromisos.

Sin embargo, el alto funcionario indicó que este es un  primer paso en el largo camino por recorrer. Esto porque Colombia tiene compromisos pos-acceso a la OCDE en siete comités: químicos, pesca, ambiente, gobernanza pública, política regulatoria, empleo y comercio.

En otras palabras, se admitió al país pero con una serie de tareas pendientes que debe implementar a corto, mediano y largo plazos.

Por ejemplo, es claro que hay que profundizar mucho en eficacia judicial y prevención para cumplir los estándares de convención contra la corrupción y el cohecho de la OCDE.

También, indicó Mejía en su aludida columna, debe avanzarse más en el uso de big data para el cálculo de la inflación regulatoria, el sistema de seguimiento y evaluación de políticas y los avances recientes en políticas públicas inteligentes, con su énfasis en la experimentación, el uso de datos masivos y la participación ciudadana.

Ahora bien: es evidente que todo el proceso de cumplimiento de los compromisos de la OCDE dependerá del próximo gobierno. Hasta el momento es claro que el aspirante uribista Iván Duque considera positivo este proceso, en tanto que su rival para segunda vuelta, Gustavo Petro, le tiene algunas reservas.

Igualmente está determinado ya que el próximo Plan Nacional de Desarrollo tiene que adecuarse a las metas y compromisos de la OCDE, toda vez que ese instrumento, que debe ser presentado por el nuevo gobierno y aprobado por el Congreso en su primer año, es la hoja de ruta de las políticas públicas en el cuatrienio.

Como se ve, entrar a esta organización no es un hecho menor. Tiene muchos retos y desafíos que solo el tiempo dirá si el país es capaz de cumplir y dieron los resultados esperados.

 

Los peros…

Algunos expertos consideran que el ingreso a esta organización trae más costos que beneficios. Para ello señalan, por ejemplo, que muchas de las naciones que hoy hacen parte de ella incumplen buena parte de los estándares mínimos en materia de metas y políticas públicas de buen gobierno.

Incluso ponen como ejemplo México, que está muy retrasado en temas como transparencia, comercio, seguridad, reducción de la desigualdad, y otros, pese a que lleva tantos años en la organización.

También advierten que muchos tratados y convenciones internacionales en distintas materias han rebasado la operatividad de la OCDE.

Otro de los peros es que las metas promedio de la organización en materia de gasto público social como porcentaje del PIB están muy por encima de lo que registra Colombia. Igual ocurre con los ingresos fiscales.

Además es claro que en materia de corrupción, tendencia al soborno, evasión y elusión tributaria, inseguridad, piratería, crisis en el sistema de salud, desigualdad social, estabilidad fiscal, informalidad laboral y muchas otras materias, el país tiene muchos indicadores en rojo.

Es más, no faltan los que consideran que el convenio de adhesión a la OCDE afecta la autonomía estatal para tomar las decisiones que soberanamente considere pertinentes. Esto porque se someterá a constante monitoreo de la organización, la misma que no ha podido llevar a que naciones, que llevan más tiempo, cumplan con los estándares mínimos. Es más, algunos países como Grecia tuvieron años atrás una debacle muy grave pese a pertenecer al citado ente.