EL NUEVO SIGLO: ¿Con la revocatoria del mandato del Alcalde de Tasco (Boyacá) se puede entender que por fin este mecanismo es asimilado por la población?
JUAN CARLOS LANCHEROS: Lo principal en eso es entender que se trata de un municipio pequeño, y que en esa medida las posibilidades de que ganara eran amplias. El mismo resultado en una ciudad más grande es un poco más difícil de obtener. A pesar de que puede ser en principio un avance en la reforma que permite que este tipo de revocatorias proceda, la verdad me preocupa porque un Alcalde puede ser revocado por un número inferior de votos al que fue elegido. Ese es un tema.
Lo otro es que en muchas ocasiones los procesos de revocatoria son utilizados como precampaña por parte de ciertas organizaciones políticas para obtener justamente el acceso al poder que no obtuvieron en la primera vuelta. O sea que termina siendo casi que una segunda vuelta para la elección de alcaldes. Creo que hay algunos aspectos que posiblemente haya que revisar.
ENS: ¿Sería necesario reducir más el umbral de participación en revocatorias, que ya se bajó al 40% por tantas jornadas que fracasaron porque no se alcanzó?
JCL: Creo que hay que revisar en general la figura de revocatoria del mandato, aquí no puede ser más importante la revocatoria del mandato que la elección del funcionario. La elección del funcionario es el momento más importante y supone una decisión de carácter democrático por parte del pueblo. La revocatoria del mandato genera una presión innecesaria en muchos casos para el Alcalde, quien justamente para evitar ser revocado puede llegar a terminar haciendo acuerdos o alianzas con grupos políticos que afecten su gobernabilidad.
Si bien en muchas ocasiones los ciudadanos pueden elegir mal o el funcionario elegido incumplir con sus funciones, creo que existen otros mecanismos, fundamentalmente las funciones a cargo de la Procuraduría de carácter disciplinario, que pueden en un momento determinado suspender a los malos alcaldes. Pero estemos cambiando permanentemente de Alcalde y someter a una inestabilidad política a los propios municipios, creo que no se compadece con las necesidades que tiene el país.
ENS: ¿Qué sentido tiene revocar al Alcalde de Tasco pero no hacer elecciones porque faltan menos de dieciocho meses del período?
JCL: La verdad ninguno, por eso insisto es importante que reflexionemos sobre el proceso de revocatoria del mandato porque el período para el cual son elegidos es corto, estamos hablando de cuatro años. Si fuera un período más largo podría uno pensar en la utilidad, pero sí nos genera una inestabilidad política muy importante. Además porque so pretexto de generar un mecanismo de participación democrática, en el fondo lo que estamos haciendo es dándole a un partido político, en este caso el partido político que postuló al Alcalde revocado, el poder para postular tres candidatos y que luego sea el Gobernador el que termine eligiendo cuál es el Alcalde que debe gobernar sin ningún tipo de legitimidad democrática.
Entonces ahí es donde la cosa se pone complicada porque si la gente revoca un Alcalde y puede reelegir, pues vaya y venga. Pero cuando se revoca un Alcalde y resulta que es el Gobierno nacional o departamental el que termina eligiendo al Alcalde, ¿dónde está la legitimidad?, no hay ninguna. Además porque los alcaldes van representando un partido político, que también debería sufrir algún tipo de responsabilidad o castigo en ese tipo de revocatoria.