LA MOVILIDAD se ha convertido en uno de los principales problemas en Bogotá, generando trancones de muchas horas que impiden a los ciudadanos, sobre de todos los de estratos más bajos que residen en las periferias de la capital, desplazarse con agilidad y rapidez.
Terminar con ello requiere de la voluntad de los políticos y de la continuidad de un sistema de movilidad y transporte eficiente que, según el profesor José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad y Logística de la Universidad Nacional, estaría listo en 10 o 15 años.
“Será posible siempre que haya seguimiento en el sistema de movilidad y transporte y cuando no haya tanta discusión política que le interpone cortapisas a la ejecución técnica”, manifestó el catedrático en conversación con EL NUEVO SIGLO.
Reconoció tres importantes aspectos que acrecientan el problema y que ubican a Bogotá como una de las ciudades con mayor congestión vehicular en el mundo.
“El atraso en el plan maestro de transporte y movilidad desde hace varios años es uno de los inconvenientes. A esta fecha ya debería estar construida la primera línea del metro de Bogotá, al igual que las troncales de la 68 y avenida Boyacá”, puntualizó.
Como segundo elemento están las decisiones políticas que no han permitido la implementación de soluciones eficientes. “El tema político ha interrumpido la implementación de ese plan y lo ha redireccionado provocando un atraso”, dijo.
El tercer elemento es un desenfoque del concepto de movilidad. “Con Antana Mockus, el concepto de movilidad llegó con fuerza, pero después de eso se perdió. Enrique Peñalosa, Gustavo Petro y Claudia López impusieron el concepto de transporte, colocándonos en la época arcaica de transporte en Bogotá y no promoviendo el concepto moderno de movilidad que impera en las ciudades europeas y de Estados Unidos”, destacó.
Explicó que el sistema de movilidad va mucho más allá de una infraestructura. “Estamos hablando de la forma en la que se desplazan las personas en el espacio público, lo que incluye, por ejemplo, andenes, peatonalización, cultura ciudadana y convivencia”.
Consultado sobre si la construcción del metro de Bogotá será la solución para que los capitalinos puedan desplazarse con tranquilidad, respondió que es vital la creación de una red de metros, pero que solo es un elemento de muchos que necesita el sistema del que ha hecho referencia. “El otro componente es todo el tema de peatonalización, buses complementarios y una red de ciclorrutas”, señaló.
Crecimiento de la ciudad
El profesor de Transporte de la Universidad Javeriana en Bogotá, Darío Hidalgo, también hizo referencia al tema de transporte y movilidad en la capital que es, sin lugar a dudas, uno de los principales problemas reconocidos por los habitantes, después de la inseguridad.
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“Tenemos viajes excesivamente largos en términos de distancia y tiempo que concentran a la población de menores ingresos que viven en las periferias, que tienen que gastar más del 20 % de su ingreso en los desplazamientos”, dijo el catedrático a EL NUEVO SIGLO.
Reconoce que el crecimiento acelerado de la ciudad en términos poblacionales ha sido una de las causas del conflicto, que no es equivalente a las inversiones insuficientes hechas por los gobiernos en materia de vialidad, transporte público masivo y acceso a la ciudad.
“Se hizo un avance importante a partir de la primera mitad de este siglo, entre los años 1996 y 2012, cuando se amplió la red de transporte masivo en 84 kilómetros. Pero a partir del 2012 no se ha visto una expansión significativa de la red de transporte público”, explicó.
Para el profesor, queda pendiente la inversión para el metro de Bogotá, cuya primera línea ya está en ejecución. “Apenas ahora se está trabajando en los accesos a la ciudad, por lo que se está gestionando en la Avenida Longitudinal de Occidente, ampliación de autopista Norte, ampliación de la Calle 13, después de muchos años en que debieron ponerse en marcha”.
Sobre los tiempos de ejecución y culminación de proyectos, detalló que “a final de 2023 podría estar listo el corredor de la avenida Cali, en un par de años los de la avenida 68, cuyo inicio se demoró. En el 2028 se concluirá la primera línea del metro, mientras que en el 2032 la segunda línea. En tres años estará el Regiotram de Occidente y en otros seis años, si se aprueba, el Regiotram del Norte. Para tres años podría concretarse el corredor verde de la carrera Séptima”.
Aunque dijo que los proyectos en marcha son necesarios para mejorar la movilidad, no serán suficientes. “Las siguientes administraciones tienen que seguir avanzando en los proyectos que están en curso y asegurar nuevas propuestas”.
Por último, consideró que además del metro, para que exista un sistema de movilidad y transporte efectivo se requiere de un plan de ordenamiento territorial, además de “los trenes de cercanía y Regiotram. Están los cables de conexión a las redes de transporte masivo y nuevas troncales, las cuales están en construcción, como avenida 68, avenida Cali y Calle 13”.